Las ciencias y tecnologías de la cognición (CTC)

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Las ciencias y tecnologías de la cognición (CTC) constituyen la revolución conceptual y tecnológica más significativa ejerciendo un impacto de largo plazo en la sociedad. Las CTC son un híbrido de diversas disciplinas interrelacionadas en donde la ciencia cognitiva es una disciplina aparte cuyo polo tecnológico es la inteligencia artificial. Las CTC tiene poco más de 40 años pero el desarrollo futuro de ellas dista de ser claro pero sus productos ya han ejercido un profundo impacto. La radiografía de la situación actual de las CTC, se conocen 4 etapas o también conocida como capas. En la Primera Etapa, los años fundacionales se dieron en los años 1943-1953; mientras que en la Segunda Etapa: los símbolos el paradigma cognitivista; en la Tercera Etapa: la emergencia: una alternativa ante la manipulación de símbolos; por último en la Cuarta Etapa: la enacción como una alternativa ante la representación.

Dentro de la Primera etapa: los años pioneros fueron el resultado de un intenso diálogo entre gentes de diversa formación: un esfuerzo interdisciplinario singularmente feliz que se produjo con una notable coincidencia en Europa y los estados unidos. Por su parte Jean Piaget formuló un programa de investigación en lo que el denominaba Epistemología Genética.; mientras Konrad Lorenz describía su visión de una Epistemología Evolutiva. Al mismo tiempo en estados unidos Warren McCulloch empezaba a hablar de Epistemología Experimental.

Encontramos como principales actores un puñado de científicos respaldados por algunas mentes pródigas John Von Neumann, Norbert Wiener, Alan Turing y Warren McCulloch. La intención que expresa el primer movimiento se resume en: “Crear una ciencia de la mente”; mientras que en la Segunda Etapa se encuentra como percepción central es que la inteligencia se parece tanto a un ordenador o computador en sus características esenciales, y que la cognición se puede definir como “la computación de representaciones simbólicas”.

El argumento cognitivista es que la conducta inteligente supone la capacidad para representar el mundo de ciertas maneras. Así que no podemos explicar la conducta cognitiva a menos que demos por sentado que un agente actúa representando rasgos relevantes de las situaciones en que se halla. En la Tercera Etapa: aquí no partimos de descripciones simbólicas abstractas, sino de una hueste de componentes de tipo neural, no inteligentes, que apropiadamente conectados presentan interesantes propiedades globales y estas propiedades globales corresponden a las aptitudes cognitivas que se estudian.

Por lo tanto todo enfoque depende de introducir las conexiones apropiadas, lo cual se suele hacer mediante una regla para el gradual cambio de conexiones a partir de un estado inicial bastante arbitrario. Y por último encontramos la Cuarta Etapa: la enacción: tanto en el cognitivismo como en el conexionismo,

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