Lavanda (Usos Y Cultivo)
Enviado por KarenninaGarcia • 10 de Septiembre de 2014 • 2.028 Palabras (9 Páginas) • 479 Visitas
LAVANDA
Nombre científico: Lavándula angustifolia Miller y Lavandula hybrida Reverchon (Fam. Labiadas).
Nombres vulgares:
Castellano: Lavanda fina
Francés: Lavande, Lavandin
Catalán: Espigol femella, Espigolina
Inglés: Lavender,Lavandin
Gallego:Esprego
Alemán: Lavendel Spiklavendel
Italiano: Lavanda,Lavandino
Etimología
El nombre genérico proviene del verbo lavare, lavar, aludiendo al uso de sus flores, en la antigua Roma, para perfumar las aguas de baño. El nombre específico expresa la estrechez de sus hojas, en la lavanda, o su origen híbrido, en la lavandin.
Descripción
La lavanda: Es una masilla leñosa en la base, pero todos los años arroja nuevos vástagos herbáceos, cuadraditos de 2 palmos de altura o más. Tiene las hojas opuestas estrechamente lanceoladas o lineares, de color verde franco. Las flores forman glomérulos en la sumidad de los vástagos, cada uno de los cuales trae en la base dos hojitas florales opuestas, de figura redondeada romboidal y membranosa; estos glomérulos pueden quedar más o menos separados o bien aproximarse tanto, que formen a modo de apretada espiga. El cáliz es estrechamente tubuloso, de 5 a 6 mm de largo por 1.5 de ancho, con 13 a 15 nervios en resalto y 5 dientecitos en su extremo uno de los cuales trae en su dorso unpequeño apéndice a manera de capucho. La corola es azul, un poco mayor que el cáliz. Los cuatro estambres quedan encerrados en el tubo de la corola. Las hojas y sobre todo las sumidades floríferas son muy aromáticas. Hay diversos ecotipos, como la «Fina blanca» o la «Barremme», y clones seleccionados como la «Maillette» o la «Materonne».
El número de flores varía de una planta a otra. Una espiga floral contiene entre 6 y 12 venteaos florales, más o menos espaciados, que pueden tener cada uno de: 8 a 30 flores. El ramillete floral puede, pues, tener de 50 a 180 flores, incluso 200. Su color varía del violeta al azul pálido. Su diámetro mide de 25 a 60 cm, de forma más O menos circular. Se estima generalmente que las flores intensamente coloreadas proporcionan una esencia más fina. Florece en julio.
Parte útil
Las espigas floridas.
Ecología de la lavanda
Habitar: Francia, Italia, Yugoeslavia, Suiza y Pirineos de España. Se cultiva en Francia, principal productor, Italia, Yugoeslavia, Grecia, Chipre, Bulgaria, Hungría. Inglaterra, Irlanda, Unión Soviética, España, Argentina, Brasil, Estados Unidos, Kenia, Tanganica, Tasmania, Japón y la India.
Altitud: Tiene una escala muy amplia,según las variedades, que oscila entre los 600 y los 1.800 m, estando su óptimo comprendido entre 800 y 1.200 m que es donde se obtienen las mejores esencias. Las zonas de cultivo suelen estar situadas entre los 700 y 1.100 m.
Clima: Como especie xerófila soporta bien la sequía mediterránea, aun cuando soporte bastante bien las precipitaciones anuales de 1.000 ms. Si se las encuentra en regiones secas es porque tienen que soportar la competencia de gramíneas, leguminosas y otras herbáceas, que cierta humedad hace crecer en los terrenos que le son propicios, por lo que prefiere retirarse a zonas más secas y pedregosas. No obstante las prolongadas sequías le son siempre perjudiciales, ya que pueden reducir la cosecha en un 50 %.
Las lavandas y lavandínes temen tan poco la humedad atmosférica, que a veces se cultivan en climas particularmente húmedos, como ocurre con las plantaciones inglesas de Lavandula intermedia Chorsei o «Lavanda inglesa».
La repartición mensual de las precipitaciones sí que tiene influencia decisiva en la vida de la planta y en su producción de esencias. Lo ideal sería que las precipitaciones necesarias tuviesen lugar en mayo o junio, unas semanas antes de la floración. Las tormentas de verano, como el fuerte rocío por la mañana, son nefastos cuando coinciden con la época de la siega, pues puede reducir la cosecha en un 25 %. Las heladas, tempranas o tardías, son también desastrosas en el primer año de plantación y siempre perjudiciales.
A pesar de su resistencia al frío, las heladas muy fuertes o persistentes, en la época de reposo vegetativo, les perjudican; pudiendo producir pérdidas que oscilan del 10 al 40 % de la producción.
Las parcelas de lavanda fina se colocan siempre sobre las pendientes donde el aire frio no se acumula. Si es posible las pendientes deben estar bien soleadas. La luz juega un papel importante, por eso se escoge la orientación Sur, siendo la del Sudeste la que permite obtener los rendimientos más elevados.
La nieve, en fin, es favorable para la vida de la planta.
Los vientos suaves favorecen la calidad de la esencia, pues ayuda a la evaporación de los componentes más volátiles, que son los terpenos, que restan calidad a aquélla.
Suelo: Si las lavandas son plantas poco exigentes que pueden desarrollarse sobre los terrenos pobres, a despecho de sequías y de fríos, frecuentemente muy desfavorables, no les es posible pasar de ciertos tipos de suelos. Las lavandas son «esencialmente calcícolas», repudiando los terrenos ácidos. Se admite que los suelos autóctonos, que se desarrollan sobre las calizas jurásicas y cretácicas, favorecen el crecimiento de las lavandas que producen unos rendimientos muy interesantes. El lavandin, corno su padre el espliego, es menos calcicola que la lavanda, ya que el espliego puede vivir sin peligro en terrenos con cierta cantidad de elementos ácidos. El lavandina, pues, puede vivir bien en terrenos calizo-arcillosos, o sobre suelos gredosos.
Parece ser que los suelos muy calcareos no son muy favorables al lavandin; donde el CO3Ca puede alcanzar el 50% de las plantas se resienten.
La arcilla y los elementos finos del suelo no perturban al lavandin, pero son nefastos para la lavanda fina.
Tanto la lavanda como el lavandin temen los terrenos húmedos que se drenan mal y aquellos de capa freática superficial, durante largos períodos.
Los suelos blancos, magros y muy pedregosos son los propios de las lavandinerías.
Una de las características de todos los suelos de lavandas y lavandines es su constante pobreza en humus.
En resumen la lavanda, muy calcicola, y el lavandín, más tolerante en ese sentido, son plantas poco exigentes y soportan bien la sequía. Suelos ligeros bien drenados con elementos gruesos, una gran luminosidad y un buen soleamiento, en especial para el lavandin, un aire
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