Liderazgo Y Contexto.
Enviado por guaripolo79 • 31 de Agosto de 2014 • 603 Palabras (3 Páginas) • 440 Visitas
1- A través de un ejemplo usted deberá explicar cómo el contexto determina el proceso de liderazgo de una persona o de un grupo de personas.
La motivación es un proceso interno y propio de cada persona, que consiste en la ejecución de conductas hacia un propósito que el individuo considera necesario y deseable. Es un proceso producido por el resultado de una evaluación que el individuo realiza de una situación determinada. El sujeto evalúa su entorno y toma la decisión de movilizarse para lograr tal o cual cosa, siempre que eso traiga una recompensa asociada (o evite un estimulo adverso). Veamos un ejemplo: un sujeto toma la decisión de no aceptar un nuevo trabajo, aunque el sueldo es mucho mayor, pero las condiciones de vida menores a las actuales. En este ejemplo, el individuo no se sintió motivado al cambio de trabajo, dado que al evaluar dinero v/s calidad de vida, esta última prevaleció. De la misma manera, otra persona podría perfectamente aceptar este trabajo gracias a una evaluación dinero/deudas o dinero/ ahorros futuros de cómo favorecido al dinero.
Siguiendo el ejemplo, la motivación no la creó un externo, sino que se generó en la mente del sujeto. Bajo esta mirada, ninguna persona puede motivar a otra directamente, sino que sólo puede presentar alternativas o modificar el ambiente para que sea el sujeto a motivar quien tome la decisión que queremos que tome. Esto es más fácil cuando conocemos a las personas que trabajan con nosotros, función importantísima de un líder, conocer sus aspiraciones, deseos y necesidades, de manera que seamos capaces de identificar la forma de ofrecer alternativas correctas que “movilicen a otros” hacia las metas deseadas.
Dentro de lo antes expuesto podremos definir un ejemplo claro con Nelson Mandela uno de los más grandes líderes de los tiempos modernos, uno que –a diferencia de muchos− no hizo su fama a partir de la victimización, pese a haber sufrido en carne propia la tremenda tragedia que agobió a su pueblo por largos años. Por el contrario, Nelson Mandela construyó su prestigio a partir de su capacidad de perdonar y reconciliar, superponiendo a su propio dolor los reales intereses de su patria. Lo hizo en un momento en que −recién liberados de la opresión racista− la consolidación de una nación común parecía imposible, encontrándose divididos los habitantes de Sudáfrica entre blancos y negros y éstos – a su vez− separados en tribus que se odiaban y mataban entre sí. Para ello, Mandela tuvo la visión que tienen aquellos escasos y verdaderos estadistas y líderes de excepción que han sido capaces de asumir las tareas más difíciles, sin escuchar las voces disonantes, sin pensar en las encuestas de popularidad o en los cínicos aplausos de las masas.
En un incansable ejercicio de inteligencia visionaria y en uso de una voluntad de hierro, Nelson Mandela consiguió reunir
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