MITOS Y VERDADES

ENSAYO – “MITOS Y VERDADES POR YOKOI KENJI”.

“Desconocer una verdad me hace esclavo de una mentira.” Es el adagio a partir del cual Yokoi Kenji pretende demostrar que entre un mito y la realidad se esconde un vacío mental.

Para el expositor, a partir de realidades cotidianas, como “salió el sol” o “la ropa me queda pequeña”, se construyen mitos ocultos en interpretaciones falsas de una situación particular, frente a esto la sociedad se ha concentrado en mantener una concepción quizás errada de lo que realmente constituye una cultura en particular, para el caso en análisis, una comparación entre la real cultura de Japón y Colombia y la inevitable y errada concepción de la sociedad en general. Adicional a lo considerado por Yokoi Kenji no debemos olvidar que el sujeto, entre otras, se construye a partir de la experiencia con la sociedad y bajo ese panorama crea en su mente suposiciones sobre situaciones particulares, que de cierta manera impiden que el ser humano traspase la barrera de la experiencia para llegar a la verdad.

En conclusión, el conocimiento como fuente de verdad adquirida a partir de la experiencia, es aquel que permite demostrarse así mismo una realidad sin basarse en el punto de vista del común de la sociedad.

Partiendo de esta introducción el expositor – Yokoi Kenji – analiza tres Mitos demostrando el lado real de los mismos, a partir de su propia experiencia como fuente de conocimiento.

1) ”Los Japoneses son más inteligentes?”

Los Japoneses son considerados una raza superior a las demás por los logros

tecnológicos obtenidos; sin embargo, el común de la gente que vive engañada sobre ese supuesto, no ha considerado que la fuente de ese éxito sea una distinta a su supuesta superioridad; tal y como lo demuestra Yokoi Kenji, quien afirma que el éxito obtenidos por los Japoneses no es resultado de algo distinto a su “DISCIPLINA”, de allí el adagio Japonés “La disciplina tarde o temprano vencerá la inteligencia”.

Caso contrario pasa con los colombianos, quienes a pesar de no basar nuestro diario vivir en la disciplina, poseemos un gran intelecto e ingenio (si no lo sabemos nos lo inventamos) para resolver las situaciones que se presentan en el camino; bajo las cuales se generan respuestas nuevas y efectivas; sin embargo, para Yokoi Kenji no es suficiente ser inteligente e ingenioso para lograr el éxito, sino que a ello hay que sumarle la disciplina que se le imprima a cualquier actividad, con la cual inevitablemente se obtendrá un resultado óptimo.

Frente a este mito / verdad, es una realidad considerar que uno de los pensamientos más comunes al referirnos a los japoneses es que son más inteligentes que nosotros y que son una raza superior a la nuestra; sin embargo, adicional a lo considerado por el expositor en el vídeo, no podemos desconocer el desarrollo económico, social y cultural de Japón frente al nuestro, puesto que de allí es de donde se ha construido esa cultura de disciplina que los ha llevado al éxito.

2) ”Los Japoneses son karatekas?”

El expositor para explicar este mito parte de experiencias personales, en las que se enfrentaba a una realidad que consistía en recibir agresiones físicas de los que lo rodeaban, quienes con ello trataban de demostrar que realmente todos los japoneses sabían artes marciales; sin embargo, el resultado no fue el esperado.

La palabra “Karate significa Kara: Vacío y Te: Mano; es decir el arte de tener las manos abiertas para detener toda agresión”, distinto al significado que hemos querido darle, siendo considerado como un mecanismo que puede ser utilizado para agredir al otro y demostrar la superioridad en el campo de batalla; sin embargo, quien efectivamente conoce el arte es quien domina su cuerpo, sus emociones y su espíritu. Prueba de que las artes marciales no son otra cosa que el aprender a manejar las emociones frente a una situación de violencia es que en Japón, el perdón configura la dignidad del ser humano, siendo éste, fuente de conservación de los derechos y el respeto por los de los demás; para el japonés es más importante repeler una agresión con un gesto cordial y quizás

perder pero nunca agredir al otro, que pasar

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