Manual Manejo del parkinson

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ENFERMEDAD DE PARKINSON

La enfermedad de Parkinson es un proceso crónico y progresivo provocado por la degeneración neuronal en la sustancia nigra, lo que genera disminución en los niveles de dopamina.

Su etiología es desconocida y probablemente multifactorial. Pueden estar implicados factores genéticos, ambientales, daño oxidativo y envejecimiento acelerado cerebral u apoptosis. No hay afinidad por una raza o genero en especial. La edad media de comienzo está en torno a los 55 años aunque existen formas tempranas de la enfermedad (un 5-10% de los pacientes tienen menos de 40 años)^[1] 

Inicialmente su diagnóstico es difícil. Su inicio suele ser unilateral aunque posteriormente se hace bilateral.

SINTOMAS DE LA ENFERMEDAD PARKINSON

Entre los principales síntomas tenemos:

• RIGIDEZ MUSCULAR: Los músculos están tan rígidos y la coordinación muscular es tan defectuosa que la persona enferma no presenta movimientos suaves sino una especie de sacudidas bruscas. El enfermo presenta dificultades cuando tiene que doblar las piernas o los brazos. Esta rigidez supone un problema a la hora de realizar tareas con las manos, ya que se produce una pérdida de destreza manual y el enfermo presenta dificultades para actividades tan habituales como escribir o simplemente coger objetos con las manos.

La rigidez en los músculos de la boca puede ser causante del síntoma del babeo. En enfermedades más avanzadas se puede progresar hacia una degeneración muscular causante de atrofias musculares. Signo de rueda dentada.

• TEMBLORES: Se puede producir temblores a un ritmo de 3 o cuatro veces por segundo. Estos suelen comenzar en las manos pero, posteriormente, pueden aparecer en cualquier miembro. Es muy típico el llamado “Movimiento de Píldora”, que consiste en que el paciente restriega el dedo índice con el resto de dedos, como si tuviera una píldora entre ellos. Los movimientos pueden ser más pronunciados cuando la persona descansa. Su continuidad dificulta, retrasa o imposibilita la realización de muchas de las actividades habituales del paciente. Se presenta el signo de cuenta moneda.

• DIFICULTAD EN LA MARCHA: La persona enferma tiene mucha dificultad para empezar a caminar. La cabeza, al acortarse los músculos de cuello, tiende a doblársele hacia delante y le cuesta mantener el cuerpo en equilibrio. Para poder equilibrarse tiende a mover los pies más rápidos de lo normal en pasos cortos y arrastrándolos. A veces les cuesta detenerse y, cuando se para, le cuesta volver a empezar. Es normal que la persona enferma pueda caer de tanto en tanto.

• CAMBIOS DE EXPRESION: La mirada del enfermo se vuelve a veces fija, inexpresiva, con los ojos abiertos, casi sin pestañear. Parece como si su cara fuese una máscara que no expresase nada.

• DIFICULTAD DE MEMORIA Y CONCENTRACION: La dificultad de acordarse de las cosas y la imposibilidad de concentración puede ser algo habitual.

• DIFICULTAD EN EL LENGUAJE: Muchas veces presenta habla lenta, con poco volumen o simplemente tiene dificultades para hablar.

• TRASTORNOS DE COMPORTAMIENTO Y PERSONALIDAD: Pueden aparecer otros trastornos de carácter o personalidad y la persona enferma puede manifestar síntomas de depresión, ansiedad, insomnio, irritabilidad o incluso demencia.

• DIFICULTAD PARA CONTROLAR LA MICCION Y PROBLEMAS DE ESTREÑIMIENTO: La micción involuntaria o estreñimiento son dos síntomas que pueden aparecer en muchos enfermos de Parkinson.

INCIDENCIA Y PREVALENCIA

Los síntomas de la enfermedad de Parkinson  (EP) generalmente aparecen en las personas entre los 40 y 70 años, con una incidencia máxima de EP en las personas de 60 a 69 años. La aparición de EP antes de los 20 años se denomina generalmente ‘EP juvenil’ (EPJ), y entre 21 y 40 años, EP de aparición ‘precoz’ o ‘joven’ (EPAP, EPAJ) (Gómez y col., 1997; Schrag y col., 1998).

La EPJ es rara; un estudio comunicó 4 casos entre 380 personas con EP que tenían menos de 20 años (Adams y col., 1997). Es difícil establecer un diagnóstico definitivo de EPJ; éste con frecuencia implica un patrón específico de degeneración nigral o la identificación de EP asociada con la enfermedad de Huntington o de Wilson (Fahn, 1995). La EPAP también es poco común, con una incidencia de aproximadamente 5% de todos los casos de EP (aproximadamente 0,001% por año). La EP es más común en el hombre que en la mujer: la proporción hombre/mujer es de 3,2.

La incidencia total de EP en el Reino Unido se calcula en 0,02% por año (Clarke, 2001) y, en Norteamérica, aproximadamente un 1% en la población con mayor de 65 años (Adams y col., 1997). La prevalencia de punto de la EP en Norteamérica es aproximadamente 160 personas por cada 100.000 personas y la incidencia anual es aproximadamente 20 personas por cada 100.000 (Fahn, 1995). La prevalencia y la incidencia aumentan hasta la edad de 70 años en Norteamérica, y alcanzan aproximadamente 55 y 120 casos, respectivamente (Fahn, 1995).

La incidencia en todos los países donde se llevan estadísticas demográficas es la misma y, considerando esta frecuencia, la incidencia en una familia sobre la base de las probabilidades podría llegar al 5%.

EPIDEMIOLOGÍA

La EP es un trastorno neurodegenerativo, le sigue  en frecuencia a la enfermedad de Alzheimer, que afecta alrededor de 1%  de  la  población mayor de 60 años. Su prevalencia aumenta considerablemente con el envejecimiento, llegando a cerca de un 20% a  los 90 años. Estimaciones recientes de la Organización

Mundial de la Salud calculan en cerca de 25 millones las personas afectadas por EP en el mundo para el año 2030

Existen pocos estudios de prevalencia de EP  en la población latinoamericana. En un estudio en la  población de Antioquia, Colombia, se reporta una  prevalencia de EP general de 30,7/100 000 y en  mayores de 50 años de 176,4/100 000. En otro estudio puerta a puerta realizado en la población chilena se  reporta una prevalencia de 190/100 000 habitantes.

En otros estudios latinoamericanos de diseño transversal se reportan prevalencias de EP en la población general entre 40-50,2/100 000 y en mayores  de 40 años de  286/100 000 habitantes. La presencia de manifestaciones no motoras de la EP ha sido estudiada siguiendo variadas metodologías, lo que genera cifras discrepantes entre diversos análisis.

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