Manual de economía política Р. Nikitin
Enviado por CAPOMUAAHORRO • 2 de Diciembre de 2013 • Tutorial • 42.650 Palabras (171 Páginas) • 1.123 Visitas
MANUAL DE ECONOMÍA POLÍTICA P. NIKITIN
QUÉ ESTUDIA LA ECONOMÍA POLÍTICA
La Economía política marxista-leninista es parte de la ciencia íntegra del marxismo-leninismo.
El marxismo-leninismo es la ciencia de las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad, la ciencia de la revolución socialista y la dictadura del proletariado, la ciencia de la construcción de la sociedad socialista y comunista. El marxismo-leninismo es una doctrina íntegra y armoniosa que comprende tres partes: la Filosofía, la Economía política y la teoría del Comunismo Científico. La Economía política es una parte importante del marxismo-leninismo, ya que trata de la base de la vida de la sociedad humana.
La producción de bienes materiales es la base de la vida de la sociedad
Hace ya mucho tiempo que surgió el problema de móvil que hace progresar a la sociedad humana. A este respecto se han expuesto distintos criterios. Por ejemplo, los representantes de la religión vienen afirmando que el desarrollo se produce obedeciendo a la voluntad divina. Sin embargo, la ciencia y la práctica han demostrado que no existen fuerzas sobrenaturales. También se ha difundido la opinión, compartida hoy todavía por muchos hombres de ciencia burguesa, de que el desarrollo de la sociedad depende en grado decisivo del medio geográfico es decir, de determinadas condiciones naturales (clima, suelo, minerales, etc.). Claro que el medio geográfico es una de las condiciones indispensables para el desarrollo de la sociedad, pero no la determinante. A lo largo de tres mil años, por ejemplo, se han sucedido en Europa tres regímenes sociales distintos, y en Europa Central y Oriental, incluso cuatro. Mientras tanto, durante el mismo período, las condiciones geográficas de Europa no experimentaron cambio alguno, y si se produjo fue tan insignificante que la geografía apenas lo registra. Hay quien considera que la marcha de la historia depende de la voluntad de personalidades eminentes: hombres de Estado, jefes militares, etc. En realidad, las personalidades eminentes aceleran o retardan el advenimiento de uno u otro acontecimiento, pero no pueden cambiar el curso de la Historia.
¿Cuáles son, pues, las fuerzas determinantes del desarrollo de la sociedad? Marx fue el primero en responder a esta pregunta.
Para vivir, los hombres necesitan alimentos, vestido, calzado, vivienda y otros bienes materiales. Y para poseer estos bienes, tienen que producirlos, tienen que trabajar. Cualquier sociedad está condenada a desaparecer si deja de producir bienes materiales. Por eso, la producción de los bienes materiales es, como enseña Marx, la base de la vida y del desarrollo de cualquier sociedad.
¿Qué se debe entender, pues, por producción de bienes materiales? En el proceso de producción de los bienes materiales concurren el trabajo del hombre, los medios de trabajo y el objeto que ha de ser elaborado.
El trabajo es la actividad racional del hombre encaminada a la producción de bienes materiales. En el proceso del trabajo, el hombre ejerce su influjo sobre la naturaleza para adaptar los objetos de ésta a sus necesidades. El trabajo es patrimonio
exclusivo del hombre, una eterna necesidad natural y la primera condición de toda la vida humana. Según expresión de Engels, el trabajo ha creado al propio hombre.
El proceso de la producción es inconcebible sin los medios de trabajo. Medios de trabajo son todas las cosas de que se sirve el hombre para actuar sobre los objetos que han de ser elaborados. Figuran entre ellos las máquinas, el utillaje, instrumentos, instalaciones, edificios destinados a la producción, todos los tipos de transporte, los canales, las líneas de conducción de energía eléctrica, etc. La tierra es también un medio universal de trabajo. De todos estos medios de trabajo, corresponde el papel decisivo a los instrumentos de producción. De los instrumentos de trabajo de que se vale el hombre depende precisamente su poder sobre la naturaleza. Marx señala que las épocas económicas se distinguen unas de otras no por lo que se produce, sino por los instrumentos que se emplean en la producción de bienes materiales.
Los hombres se valen de los instrumentos de producción para actuar sobre los objetos del trabajo, es decir, aquello sobre lo que recae el trabajo del hombre. Y como el trabajo del hombre recae sobre la naturaleza circundante, la propia naturaleza (la tierra y el subsuelo, las aguas) es objeto universal del trabajo. Todos los objetos primarios del trabajo se encuentran en la naturaleza. El hombre debe adaptarlos para satisfacer sus necesidades.
Los medios y los objetos del trabajo forman, en conjunto, los medios de producción. De por sí, los medios de producción, como es lógico, no pueden crear bienes materiales. La maquinaria más perfecta es ineficaz si no interviene el hombre. De ahí que el factor decisivo de toda producción sea el hombre, su fuerza de trabajo.
Las fuerzas productivas y las relaciones de producción
En cualquier fase de desarrollo que se hallara, la producción siempre ha tenido dos aspectos: las fuerzas productivas y las relaciones de producción.
Las fuerzas productivas son los medios de producción y, ante todo, los instrumentos de trabajo creador por la sociedad, así como los hombres que producen bienes materiales. Precisamente los hombres, gracias a su experiencia y hábitos de trabajo, son los que accionan los instrumentos de producción, los perfeccionan, inventan máquinas y amplían sus propios conocimientos científicos. Con ello se asegura el desarrollo continuo de las fuerzas productivas y se despliega la producción de bienes materiales en medida creciente.
Sin embargo, los hombres no producen los bienes materiales trabajando aisladamente, sino en común, en grupos o en sociedades. Tomemos, a título de ejemplo, una fábrica de calzado de nuestros días. ¿Cuántos hombres trabajan en ella para producir una clase de mercancía: el calzado? Centenares e incluso millares, todavía trabajan más personas para esta empresa en la fabricación de máquinas, el curtido de pieles, la producción de hilos, agujas, etc. Por consiguiente, en el proceso de la producción de bienes materiales, los hombres se hallan vinculados entre sí, dependen los unos de los otros y contraen determinadas relaciones.
Marx dio el nombre de relaciones de producción o económicas a las que surgen entre los hombres en el proceso de la producción, el cambio y la distribución de los bienes materiales. Las relaciones de producción pueden ser relaciones de cooperación y ayuda mutua de hombres libres de la explotación o bien relaciones de explotación del hombre por el hombre. Esto depende
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