Mates para pensar.

En primer lugar, para empezar a resolver el ejercicio, debemos definir que es una proposición. Una proposición es una frase que describe algo, dicha proposición tiene que ser resuelta con verdadero o falso. Otro punto a considerar, una proposición puede ser falsa o verdadera y cualquiera de las dos tiene la misma importancia, es decir, se tiene que considerar al mismo nivel.

Por tanto, con la proposición “2+2=5”, suponemos que es cierta y la consideramos como correcta, realmente sabemos que “2+2=4”, así pues se puede deducir que 5=4, ya que las dos sumas idénticas dan ese resultado.

Como “4=5” es una igualdad, podemos aplicar reglas matemáticas y reducir sus dígitos. Si restamos 3 a cada parte, nos queda “2=1”, que sigue siendo una proposición, por lo tanto puede ser cierta o no, en este caso debemos asumir que es cierta.

Ahora viene la parte más importante del problema, como dice el enunciado, El Papa de Roma y yo tenemos que ser la misma persona, podemos deducir a que nosotros somos dos personas, pero si tomamos la igualdad deducida anteriormente “2=1”, y la aplicamos a nuestra persona, se observa que dos personas también puede ser una, por ende, yo puedo ser El Papa de Roma y el Papa puede ser yo.

Si partimos de una proposición falsa podemos demostrar hasta los razonamientos más absurdos.

P: 2+2=5

Q: 2+2=4

R: yo soy el Papa de Roma

La implicación lógica sería:  (P ^ Q) → R

Podemos observar como la resolución final de la tabla sale verdadero, por tanto se podría afirmar que yo soy el Papa de Roma.

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