Modelos de crecimiento endógeno

Modelos de crecimiento endógeno

Marco teórico

Los niveles de crecimiento económico has sido objeto de estudio durante décadas de investigaciones y teorías. En este sentido las teorías modernas de crecimiento han tomado dos vertientes distintas para tratar de explicarlo de acuerdo al período de estudio que comprenden, por un lado se encuentra la visión exógena del crecimiento para luego dar paso al período caracterizado por la visión endógena del crecimiento.

Las teorías del crecimiento exógeno (o teorías neoclásicas del crecimiento) datan del período que comprende de 1936 y hasta el año de 1970. Sus principales exponentes fueron Robert Sollow y Trevor Swan; quienes, en 1950 por medio de su teoría buscaban explicar la manera en que se relaciona la tecnología, el capital y la mano de obra tal que se genere un crecimiento, sin embargo, la teoría dejaba de lado la parte de la innovación por lo cual no explicaba cómo se producen las mejoras en la tecnología.

Esta visión exógena estaba orientada a la búsqueda de las posibilidades del crecimiento regular o equilibrado. También tomaban como referencia el análisis de Keynes sobre la inestabilidad del capitalismo para extenderlo a largo plazo. Es decir, para Keynes la determinación del ingreso y de la demanda global estaba en función del papel de la inversión por lo que cuando el crecimiento de la oferta se encontraba en equilibrio con el crecimiento de la demanda había una condición apta para un crecimiento regular o equilibrado. Por tanto, Keynes afirma que la relación que determina la tasa de crecimiento es inestable siempre y cuando se tomé en consideración las anticipaciones del crecimiento en la determinación de la inversión.

De esta manera, los exponentes Roy Harrod (1939) y Evsey Domar (1946) plantean un modelo con una perspectiva keynesiana enfatizada en la importancia de la inversión respecto al nivel de crecimiento económico; por medio del cual se demuestra que el crecimiento económico posee una tendencia inestable y que, el hecho de lograr la estabilidad viene como consecuencia ya sea por cuestiones del azar o a causa de la intervención de estabilizadores por medio de instrumentos de política monetaria y presupuestarios del Estado. El modelo de Harrod-Domar buscaba poner en evidencia la inestabilidad del crecimiento considerando que no existe ningún mecanismo seguro que evite que una economía iguale las tasas natural y garantizada dado que la tasa garantizada es prácticamente inestable. Afirmaban que el problema central radicaba en la existencia de un bajo nivel de inversión respecto a las necesidades de la economía.

A pesar de ser un modelo en conjunto, cabe destacar que la visión de Harrod estaba orientada a corrientes keynesianas resaltando un interés especial a la teoría del crecimiento económico con el cual tomaban papeles específicos la acumulación de capital, la expansión de la fuerza de trabajo y el progreso técnico. Por tanto, el modelo Harrod-Domar brindó nuevas posibilidades de estudio para la teoría moderna del crecimiento. Dado lo anterior, comenzaron a surgir otros grandes tipos de modelos orientados a la búsqueda de la obtención de un crecimiento económico equilibrado de pleno empleo.

Del lado de la corriente poskeynesiana, surge el modelo de Kaldor en 1956 que establecía que la estabilidad del crecimiento económico podía lograrse en la medida que la propensión a ahorrar fluctuara en función a la distribución de los ingresos. Por tanto, Kaldor afirmaba que si la propensión al ahorro por parte de los trabajadores era inferior a la propensión a ahorrar de los capitalistas existía una relación directa entre la tasa de ahorro y la parte del beneficio del producto nacional. Además, la tasa garantizada se encontraba en función a la tasa de beneficio con una tendencia creciente. Por lo tanto, había un valor de la tasa de beneficio que permitía lograr el crecimiento equilibrado con pleno empleo.

Por otro lado, desde la perspectiva neoclásica surge el modelo de Solow y la modificación del coeficiente del capital en 1956. Entre los exponentes más representativos de la corriente neoclásica sobre las teorías del crecimiento  destacan Solow, Swan, Meade y Tobin, quienes tomaban como punto de partida la teoría de la productividad marginal e introdujeron la sustitución entre los factores o flexibilidad de las técnicas de la producción. El más destacado de ellos fue el modelo de Solow que, de la misma forma que los analistas tradicionales, toma dos factores de la producción como base de su análisis, trabajo y capital.

Solow sostenía que el crecimiento económico conllevaba a un posterior desarrollo del capital por medio de la inversión y el incremento en la población, tomándose como factor exógeno aun cuando es considerado como limitado por un ritmo de crecimiento natural. Del mismo modo, el crecimiento de capital se veía limitado por la ley de los rendimientos decrecientes en el corto plazo y por los rendimientos decrecientes a escala constantes en el largo plazo. Por tanto el modelo engloba el progreso tecnológico como medida para mejorar la productividad de los factores.

Dado que el progreso técnico no es explicado por el análisis económico se le consideraba exógeno y se afirmaba que la estabilidad del crecimiento era posible en la medida que el coeficiente de capital fuera variable. Grosso modo, este modelo neoclásico incluía mecanismos de ajuste en base a la intensidad del capital de acuerdo al comportamiento de los precios relativos de los factores de producción, lo que consecuentemente llevaría a la economía a una situación de crecimiento equilibrado considerando que los mercados no presentaran perturbaciones por rigideces o intervenciones.

En tercer lugar destaca el modelo de tipo Malthusiano y la modificación de la tasa de crecimiento natural. Thomas Malthus planteaba que el ritmo de crecimiento de la población respondía a una progresión geométrica, mientras que el ritmo de aumento de los recursos para su supervivencia lo hacía en progresión aritmética. Proponía un ajuste por medio de políticas relativas a la migración, la modificación en las tasas de actividad y las salidas prejubilacionales.

Cabe mencionar que los análisis derivados del modelo de crecimiento exógeno de Harrod-Domar, principalmente los poskeynesianos y los neoclásicos, toman como base de referencia el supuesto de que el crecimiento viene como resultado de la acción de fuerzas externas, es decir que las variables explicativas del crecimiento económico son exógenas principalmente respecto al progreso técnico integrado, sea al conjunto de la función de producción, al factor trabajo o al capital y que es esta misma exteriorización de los factores de producción lo que limita el poder explicativo de dichos modelos de crecimiento.

...