Monografía
Enviado por alejitoo • 10 de Agosto de 2014 • 6.316 Palabras (26 Páginas) • 187 Visitas
1.1 Definición y características generales.
La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune en la que se inflaman simétricamente las articulaciones, incluyendo habitualmente las de manos y pies, dando lugar a hinchazón, dolor y a menudo llevando a la destrucción definitiva del interior de la articulación.
La artritis reumatoide puede también producir una variedad de síntomas en todo el cuerpo. Se desconoce su causa exacta, aunque son muchos los diferentes factores (incluso la predisposición genética), que pueden influir en la reacción auto inmunológica. Alrededor del uno por ciento de la población padece esta enfermedad, que afecta a las mujeres dos o tres veces más frecuentemente que a los varones. La artritis reumatoide se presenta en primer lugar en individuos de entre 25 y 50 años de edad, pero puede hacerlo a cualquier edad. En algunos casos, la enfermedad se resuelve de forma espontánea y el tratamiento alivia los síntomas en tres de cada cuatro personas.
En esta enfermedad, el sistema inmunitario ataca al propio tejido que reviste y protege las articulaciones. Finalmente, el cartílago, el hueso y los ligamentos de la articulación se deterioran, provocando la formación de cicatrices dentro de la articulación, que se deteriora a un ritmo muy variable.
Fig. 01. Artritis reumatoide: aspecto de las manos.
1.2 Síntomas
La artritis reumatoide puede iniciarse de forma súbita con la inflamación de muchas articulaciones a la vez pero, con mayor frecuencia, empieza de forma sutil, afectando a distintas articulaciones gradualmente. La inflamación es por lo general simétrica, es decir, cuando afecta a una articulación de un lado del cuerpo, la correspondiente del otro lado también resulta afectada. Las pequeñas articulaciones de los dedos de las manos, de los pies, las muñecas, los codos y los tobillos suelen inflamarse en primer lugar. Las articulaciones inflamadas son generalmente dolorosas y con frecuencia rígidas, sobre todo justo después de levantarse o tras un período de inactividad prolongado. Algunas personas se sienten cansadas y débiles, especialmente durante las primeras horas de la tarde.
Fig. 02. Inflamación de las articulaciones
Las articulaciones afectadas se agrandan y pueden deformarse rápidamente. También pueden quedar rígidas en una posición (contracturas), lo que impide que se extiendan o abran por completo. Los dedos tienden a doblarse hacia el meñique en cada mano, causando la dislocación de los tendones de los dedos. Las muñecas hinchadas pueden ocasionar el síndrome del túnel carpiano. Los quistes que se desarrollan detrás de las rodillas afectadas pueden reventarse, causando dolor e hinchazón en las piernas. Alrededor del 30 al 40 por ciento de personas que padecen artritis reumatoide presenta tumefacciones duras (nódulos) debajo de la piel, con frecuencia cerca de las zonas enfermas.
Fig.03. Deformación de las articuluaciones afectadas.
La artritis reumatoide puede producir algo de fiebre y, en ocasiones, una inflamación de los vasos sanguíneos (vasculitis), que provoca lesiones de los nervios o llagas en las piernas (úlceras). La inflamación de las membranas que envuelven los pulmones (pleuresía) o de la envoltura del corazón (pericarditis), o bien la inflamación y las cicatrices de los pulmones pueden producir dolor torácico, dificultad para respirar y una función cardíaca anormal
Fig.04.Sintomatología en artritis reumatoide
1.3 Diagnóstico
Puede ser difícil distinguir la artritis reumatoide de las otras muchas enfermedades que pueden causar artritis. Las enfermedades que se parecen en algunos aspectos a la artritis reumatoide son: la fiebre reumática aguda, la artritis producida por gonococos, la enfermedad de Lyme, el síndrome de Reiter, la artritis psoriásica, la espondilitis anquilosante, la gota, la seudogota y la artrosis.
La artritis reumatoide puede producir unos síntomas muy característicos. Sin embargo, puede ser necesario un análisis del líquido que se extrae de la articulación con una aguja o bien una biopsia (extracción de una muestra de tejido que se examina al microscopio) de los nódulos para establecer el diagnóstico. Los cambios característicos en las articulaciones pueden detectarse en las radiografías.
Algunas características típicas de la artritis reumatoide se aprecian en los resultados de las pruebas de laboratorio. Por ejemplo, 9 de cada 10 personas que padecen artritis reumatoide presentan una velocidad de sedimentación de los glóbulos rojos elevada. La mayoría tiene una anemia leve. En raras ocasiones, el valor de glóbulos blancos es anormalmente bajo. En este último caso, si el individuo presenta, además, un bazo agrandado y padece artritis reumatoide, se dice que sufre la enfermedad denominada síndrome de Flety.
La mayoría de las personas con artritis reumatoide tiene anticuerpos característicos en la sangre. Siete de cada diez individuos tienen un anticuerpo llamado factor reumatoide. Este factor también se presenta en otras enfermedades (como en enfermedades crónicas del hígado y algunas infecciones), aunque en algunos casos este factor aparece sin ninguna otra evidencia de enfermedad.
Por lo general, cuanto más alto es el valor de factor reumatoide en sangre, más grave será la artritis reumatoide y peor el pronóstico. El valor de factor reumatoide puede disminuir cuando las articulaciones están menos inflamadas y aumentar al producirse el acceso inflamatorio.
Fig.05. Presencia de anticuerpos poco comunes y característicos.
1.4 Tratamiento
Existen varios tratamientos, desde las medidas clásicas y sencillas como el reposo y la nutrición adecuada, hasta los fármacos y la cirugía. El tratamiento se inicia con las medidas menos agresivas, evolucionando hacia las más agresivas en caso necesario.
Un principio básico del tratamiento es el reposo de la articulación afectada, dado que usarla empeora la inflamación. Los períodos regulares de reposo sirven para aliviar el dolor. En ocasiones, un breve reposo absoluto en cama ayuda a aliviar un brote grave en su etapa más activa y dolorosa. Se pueden utilizar tablillas para inmovilizar y proporcionar descanso a una o varias articulaciones, pero serán necesarios algunos movimientos sistemáticos de las mismas para prevenir la rigidez.
Fig.06 inmovilización
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