Morfina

La morfina es un analgésico opiáceo, usado de forma parenteral en dosis terapéuticas puede tener grandes beneficios sobre todo disminuyendo el dolor post quirúrgico y rediciendo el uso de analgésicos de rescate postquirúrgico. La vida de administración es intratectal combinada con lidocaína.

Las posibles complicaciones con el uso de morfina pueden ser la hipotensión ortostatica en caso de que el paciente se encuentre con la cabeza alta, si el paciente se mantiene en decúbito estos riesgos se minimizan. Se debe tomar en cuenta que la morfina es un vasodilatador potente por lo tanto en la fase intraoperatoria se debe controlar la presión arterial, a pesar de que en el estudio no se reportaron cambios significativos de la presión arterial.

Por otro lado también se espera taquicardia compensatoria debido a la ley de Marey, ya que al disminuir la presión arterial se produce un estiramiento en el seno carotideo provocando aumento de la frecuencia cardiaca para remediar. Sin embargo una vez más en el estudio la frecuencia cardiaca no presento variables significativas lo que demuestra que con un correcto manejo se pueden evitar estos efectos indeseables.

Se debe tener especial atención en la frecuencia respiratoria y la oxigenación ya que si el fármaco alcanza las raíces de C3 y C4 produce un efecto inhibitorio provocando el cese instantáneo de la ventilación espontanea.

En cuento al alivio del dolor se pudo notar que los pacientes sometidos a esta técnica presentaron una gran disminución del dolor postquirúrgico. Es así que en las primeras 24 horas el dolor fue nulo hasta ligero y hasta las 36 y 48 horas se mantuvo en ligero y máximo moderado; evitando de esta manera el uso de analgésicos de rescate postquirúrgicos como el tramadol. Esto se debe a que la morfina es un analgésico potente con buen hidrosolubilidad lo que le permite absorberse por cualquier vía de administración, a excepción de la subdermica, a gran velocidad. Es por eso que es uno de los tratamientos de elección para el dolor agudo y crónico de gran intensidad ( 10 en la escala del dolor EVA).

Los efectos adversos presentados por los pacientes fueron los esperados, siendo más significativo el prurito que se presentó en la mayoría de pacientes, seguido por problemas gastrointestinales como náuseas y vomito. Estos efectos tienen relación directa con la dosis administrada a los pacientes y se deben a una depresión del SNC, la zona quimiorreceptora ubicada en el área postrema de bulbo raquídeo. Estos efectos no son graves y desaparecen en pocos días.

En general el riesgo beneficio del uso de morfina subaracnoidea en cirugías de pacientes emergentes y programados demostró que el beneficio es mayor siempre y cuando se mantenga un cuidado minucioso del paciente quirúrgico y postquirúrgico, ya que no se compromete ni la vida ni el bienestar del mismo teniendo efectos adversos menores que desaparecen

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