Nadar Y Volar
Bill151 de Septiembre de 2012
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NADAR Y VOLAR
Objetivo
Relacionar el número de Reynolds con el nado de las peces y el vuelo de las aves. Analizar la anatomía de los peces, el funcionamiento de los submarinos, la anatomía de aves y el funcionamiento de los aviones y hacer una pequeña comparación entre estos aparatos y los animales.
Introducción
El número de Reynolds nos permite relacionar las propiedades de flujo de agua con las del aire, gracias a lo cual podemos relacionar los mecanismos del vuelo con los de la natación.
El Número de Reynolds es un numero adimensional, es decir, no tiene unidades físicas que lo definan. Dicho número o combinación adimensional aparece en casos relacionado con el hecho de que el flujo (agua o aire) pueda considerarse laminar (número de Reynolds pequeño) o turbulento (número de Reynolds grande). El número de Reynolds se define con la siguiente fórmula:
Nadar.
Clasificación y sistemas de propulsores
La parte del cuerpo que está implicada en la propulsión de los peces puede ser muy diferente y dependiendo de la longitud y flexibilidad de la cola, podemos observar tres tipos.
El movimiento de tipo anguiliforme, que utilizan las anguilas, es aquel en el que la propulsión participa todo el cuerpo.
La mayoría de los peces utilizan la propulsión de tipo carangiforme, la cola que tiene una longitud media permite una natación rápida y diestra, siendo capaces de acelerar rápidamente, alcanzando una alta velocidad en muy poco tiempo.
El movimiento de tipo ostraciforme, nombre que viene del tronco del pez cobre, se debe únicamente a las aletas que, como hélices, empujan al pez, que sólo puede nadar lentamente.
Numero de Reynolds
El Número de Reynolds permite caracterizar la naturaleza del flujo, es decir, si se trata de un flujo laminar o de un flujo turbulento, además, indica la importancia relativa de la tendencia del flujo hacia un régimen turbulento respecto de uno laminar y la posición relativa de este estado dentro de una longitud determinada.
Los animales que se desplazan en fluidos sufren básicamente las mismas exigencias del medio; es decir, todos los fenómenos físicos que se aplican a los peces se dan de manera análoga sobre las aves. En general, hay cuatro características físicas que afectan a la interacción dinámica de un cuerpo y un fluido. Una es la densidad o masa por volumen del fluido; la segunda es el tamaño y la forma del cuerpo que se enfrenta al fluido; la tercera es la velocidad del fluido y, finalmente, la viscosidad o elasticidad de un fluido.
El agua y el aire difieren básicamente en la viscosidad y la densidad por lo que experimentan fuerzas adicionales del medio que los rodea; debido a que estas fuerzas son diferentes, los diseños que las enfrentan también lo son.
Re= (δ l U)/Ï
Donde δ es la densidad del fluido, l es una expresión de la forma y tamaño característico del cuerpo, U es su velocidad a través del fluido y Ï es una medida de la viscosidad del fluido.
Lo que más nos interesa de esta fórmula es que puede darnos un resumen de las presiones físicas que experimenta un cuerpo en un fluido y cómo las características de un animal afectan al movimiento de los fluidos a su alrededor. Este elemento, por poseer el componente del tamaño dentro de su fórmula, nos permite clasificar el modo de locomoción del los animales chicos y grandes, según el número de Reynolds en el que se deben manejar y según las adaptaciones que para ello deben realizar.
Si el número de Reynolds es bajo, las fuerzas de viscosidad son más fuertes que las de la inercia, teniendo como consecuencia un flujo suave y lento; y si, en cambio, dominan las fuerzas de inercia, el flujo es turbulento; por consiguiente, significa una mayor dificultad atravesarlo y controlar la navegación en él.
Tamaño y forma del cuerpo: Los modelos que rigen el movimiento de la mayoría de los animales se los clasificó según tengan un número de Reynolds alto o bajo y el medio en el que se desplazan.
El medio acuático, por sus características físicas (alta densidad relativa) y colateralmente evolutivas posee gran variedad de formas o modelos para la locomoción en los fluidos, los organismos pequeños que se desplazan a bajos números de Re son muy sensibles a la viscosidad del medio; por lo tanto, un modelo que sirva en este medio deberá tener como mínimo ciertas características: disminuir al máximo la superficie que determina un aumento del arrastre, que por la viscosidad y la densidad aumenta rápidamente (ello hace que las formas más frecuentes de los organismos microscópicos, nadadores libres, sea la circular o la ovoidea), y debido a que las fuerzas de inercia son prácticamente inexistentes, no deben detenerse nunca a fin de poder avanzar.
Los organismos que se desplazan a altos números de Re tienen como ventaja la posibilidad de utilizar la inercia a su favor, permitiéndoles disminuir el esfuerzo realizado para desplazarse, pero deben solucionar el problema de la gravedad, la que en el medio acuático es controlada por medio de la disminución de la densidad relativa (vejiga natatoria, vesículas de aceite, etc). Además, la forma varía también siendo especialmente favorable para el desplazamiento los cuerpos fusiformes que disminuyen al mínimo el arrastre y la turbulencia y que favorecen el empuje.
Anatomía y músculos de los peces
El equilibrio del agua
Como los líquidos contenidos en el cuerpo de un pez de agua dulce son más salados que el agua que los rodea se hallan en peligro de absorber agua e hincharse, del mismo modo que una bolsa de agua salada, introducida en agua dulce. En consecuencia, no bebe nunca, y el agua que penetra en su cuerpo pasa a los riñones y se utiliza para arrastrar los desperdicios fisiológicos en forma de orina.
En el pez de agua salada los líquidos son menos salados que el agua exterior y se hallan en peligro de deshidratarse, como una bolsa de agua clara sumergida en un recipiente que contiene agua salada. Por ello el pez tiene que beber grandes cantidades de agua. Parte de la sal que ingiere pasa al tubo digestivo y es expulsada. Lo demás se expulsa a través de las células branquiales.
Fundamentos de la vida en al agua
Los peces tienen su ventaja al vivir en el agua, ya que el problema de soportar el propio peso es más sencillo de resolver que en tierra, ya que el protoplasma (material de que están formadas las células y que se ha descrito como la base física de la vida, existe en estado coloidal) tiene aproximadamente la misma densidad que el agua, un pez puede decirse que carece de peso. Lo que a su vez significa que solo necesita una estructura ósea ligera elemental, como la columna vertebral, que presenta uniones vertebrales ligeras pero resistentes, cuyas protuberancias sirven para la inserción de los músculos.
Las características de los peces son las aletas, que son estructuras semejantes a alas, grandes o pequeñas, que les proporciona estabilidad en el agua. La mayoría de los peces tienen dos pares de aletas: las pectorales, detrás de las branquias a lado del la cabeza, y las pélvicas, situadas más atrás. A lo largo de la línea madia superior se halla la aleta dorsal, que puede subdividirse en una parte espinosa y otra blanda, y detrás en el ano, está la aleta anal. Al extremo posterior se encuentra la aleta caudal, o cola.
Las dorsales y pectorales, actuando juntas, son los principales elementos estabilizadores. Las aletas dorsales, que se alzan hacia arriba, hacen que el pez se mantenga en posición vertical, mientras los pectorales, que se abren hacia los lados, sirven para el equilibrio y los giros. Las aletas pélvicas también son estabilizadoras. La cola puede usarse de timón o, como en los peces más rápidos, de agente estabilizador e impulsor, golpeando lateralmente con fuerza, mientras el pez hace ondular su mitad posterior para nadar. En estos peces rápidos las aletas dorsales y anales se repliegan al nadar o incluso desaparecen dentro de unas ranuras para que el cuerpo quede sin protuberancias. En diversas especies de peces las aletas pueden variar mucho en cuanto a su colocación y estructura. Entre los peces ballesta y otros de forma aproximadamente de disco, las aletas pectorales asumen la misión propulsara.
Función de electrorreceptores en peces
En los peces funciona un sentido eléctrico muy desarrollado que les permite orientarse, ubicar objetos, reaccionar ante otros animales, y también comunicarse con otros miembros de la especie por ejemplo en el período reproductivo o en los encuentros agresivos.
El sentido eléctrico de estos peces funciona en base a dos sectores:
- un generador, el órgano eléctrico que emite descargas hacia el medio ambiente
- un detector de dichas descargas, los electrorreceptores ubicados en la piel
En la mayoría de los peces, las señales eléctricas son producidas por órganos procedentes de modificaciones del sistema muscular. Estos órganos están formados por células (fibras) delgadas que reciben el nombre de electroplacas o electrocitos que tienen forma de discos y se encuentran arregladas en columnas que suelen tener 5000 y 10000 placas. Cada electroplaca presenta dos caras totalmente diferentes; una de ellas
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