PEDAGOGIA

“Todos nosotros sabemos algo, todos nosotros ignoramos algo, por eso, aprendemos siempre” (Paulo Freire).

Todos los seres humanos sin distinción de sexo o condición estamos diseñados para aprender, por tal razón resulta inaceptable que en pleno siglo 21 se continúe pensando que los aprendientes actuales, son haraganes, tontos, indecisos y que no saben nada, aunque por todos es conocido las deficiencias que presentan en Nicaragua los que egresan de la educación secundaria e ingresan a las universidades y ni leer saben.

En este sentido quiero referirnos a los siete saberes necesarios para la educación del futuro de Edgar Morín:

1. Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión:

Como docentes es nuestra tarea preparar a nuestros aprendientes para que no descarten que no haya conocimiento que no esté amenazado por el error y la ilusión, propiciar el desarrollo de sus inteligencias, razonamientos dirigiendo su educación hacia la identificación de los errores en el conocimiento, de las ilusiones y las cegueras que provocan atrasos en sus desempeños.

2. Los principios de un conocimiento pertinente:

Los docentes estamos obligados a promover un conocimiento capaz de abordar problemas globales y fundamentales para inscribir allí conocimientos parciales y locales, tomar aquellas experiencias y lecciones positivas de otras regiones y circunscribirlas a una realidad local.

3. Enseñar la condición humana:

Nuestros estudiantes deben tener conciencia que el ser humano es físico, biológico, psíquico, cultural, social e histórico e integrarlo a la educación para que sepa que en todas las ciencias existe una unidad indisoluble: lo humano.

4. Enseñar la identidad terrenal:

El mundo moderno tiene innumerables avances en todos los ámbitos, la era de la sociedad del conocimiento, los avances de informática y comunicaciones, inmersos en un mundo desigual pero igual al mismo tiempo, enseñar a hacer uso racional y provechoso de los recursos disponibles, la solidaridad, generosidad y amor por los seres humanos.

5. Enfrentar las incertidumbres:

No es tarea fácil, no así imposible, enseñar que las incertidumbres siempre están presentes en la vida, el miedo es humano, enfrentar los riesgos y desafíos para obtener un nuevo conocimiento, no se puede con exactitud predecir el futuro y educar es estar a la vanguardia de las incertidumbres de nuestros tiempos.

6. Enseñar la comprensión:

Este reto plantea un cambio de mentalidad para el que enseña y de ahí para los que aprenden, comprender que somos humanos falibles, inciertos e históricos reforzará que los procesos de comunicación entre los humanos encaminados hacia una necesidad mundial: CULTURA Y VIDA DE PAZ.

7. La ética del género humano:

Enseñar ética no es proveer moral, la ética individuo/especie necesita un control mutuo de la sociedad por el individuo y del individuo por la sociedad, es decir la democracia, tan necesaria para esta Nicaragua nuestra en la que enseñamos a enfrentarnos unos con otros por razones políticas olvidando que todos somos nicaragüenses y humanos.

Para incorporar estos siete saberes en mis clases requiere de mi como Licenciada en Español una preparación dinámica, humana, cambio de paradigmas y convencionalidades y de parte de las entidades universitarias una nueva cultura pedagógica que incorpore las particularidades de cada estudiante que tiene en sus aulas, promoviendo la identificación de sus fortalezas y debilidades que le permitan comunicarse efectivamente hacia la búsqueda de un mejor aprendizaje en aras de su desempeño laboral y humano.

Es imperante para la educación universitaria en este país que incorporemos una nueva forma de ver a la pedagogía, pues no es una varita mágica que pueda solucionar todos los problemas que se presentan en términos de educación, nos impulsará a:

• Seleccionar una serie de estrategias y medios para impulsar cambios

• Proponer las prácticas pedagógicas deseables de las dominantes

• Disminuir las brechas de aprendizaje entre los aprendientes

• Desarrollara procesos pedagógicos que de manera intencional produzcan un aprendizaje significativo

No debemos perder de vista que existe una visión tridimensional de la pedagogía:

1. La pedagogía como arte: la pedagogía no es un arte pero la educación si lo es. Podemos decir que arte es: "modo en que se hace o debe hacerse una cosa. Actividad mediante la cual el hombre expresa estéticamente algo, valiéndose, por ejemplo, de la materia, de la imagen o todo. Cada una de las ramas en que se divide una actividad". Lemus dice "la pedagogía tiene por objeto el estudio de la educación, esta si puede tener las características de una obra de arte...la educación es eminentemente activa y práctica, se ajusta a normas y reglas que constituyen los métodos y procedimientos, y por parte de una imagen o comprensión del mundo, de la vida y del hombre para crear o modelar una criatura humana bella... cuando la educación es bien concebida y practicada también constituye un arte complicado y elevado, pues se trata de una obra creadora donde el artista, esto es, el maestro, debe hacer uso de su amor, inspiración, sabiduría y habilidad"

2. La pedagogía como técnica: por técnica, según el diccionario Kapelusz de la lengua española entendemos, un conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o arte. La pedagogía puede, perfectamente y sin ningún problema ser considerada una técnica, pues son los parámetros y normas que delimitan el arte de educar.

3. La pedagogía como ciencia: la pedagogía cumple con las características principales de la ciencia, es decir, tiene un objeto propio de investigación, se ciñe a un conjunto de principios reguladores, constituye un sistema y usa métodos científicos como la observación y experimentación.

En resumen la pedagogía no puede existir sin educación, ni la educación sin pedagogía.

Desde mi visión en Nicaragua las universidades desde ya han interiorizado que la prioridad de la labor educativa es la educabilidad de los aprendientes considerando que poseen inteligencia y libertad, una muestra es la transformación curricular, la incorporación de la labor social de los estudiantes, los procesos de autoevaluación y acreditación.

Asistimos a la universidad porque es una decisión personal basada en la necesidad de educarnos para cumplir nuestras metas y fines de carácter personal y social, para transformarnos y cambiar nuestro entorno. En este contexto se ponen de manifiesto las características de la educabilidad que son cinco:

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