PH En El Cuerpo Humano.
Enviado por zynrosales • 8 de Diciembre de 2011 • 2.444 Palabras (10 Páginas) • 1.053 Visitas
pH en el cuerpo humano y la salud
ÁCIDO 0 HCl
0,5 Ácido de batería
1 Ácido sulfúrico
2 Jugo gástrico
2,4 Jugo de limón
2,9 Vinagre
3 Jugo de naranja
5 Café
5,6 Lluvia ácida
5,5 - 6,5 Orina
6,5 Leche
NEUTRO 7 Agua pura
6,5 - 7,4 Saliva humana
7,35 - 7,45 Sangre
8 Agua de mar
9 - 10 Jabón de manos
11,5 Amoniaco
12,5 Lejía
13,5 Limpiatuberias
BÁSICO 14 NaOH
El pH es una forma de representar el carácter ácido, neutro o básico de una solución acuosa.
El agua pura está levemente disociada en iones H+ e iones OH- por partes iguales. Cuando la cantidad de iones H+ es mayor a la cantidad de iones OH- nos encontramos con una solución ácida. En caso inverso (OH- > H+) nos encontramos con una solución básica.
La escala del pH
La forma más cómoda de medir la concentración de iones es mediante una escala logarítmica, que es el llamado pH. La escala va de 0 a 14, y el punto neutro es el 7. El pH neutro 7 (agua pura) es equivalente a una concentración de 10 elevado a -7 iones-gramo por litro.
El pH del ácido clorhídrico (un ácido fuerte) es 1. El pH del hidróxido sódico (una base fuerte) es 13,5. Un pH inferior a 7 representa una solución ácida. Un pH superior a 7 representa una solución básica o alcalina.
La sangre es ligeramente alcalina (ph de 7'35 a 7'45), mientras que en el estómago hay un ambiente ácido (para permitir la digestión), de pH 2 a 3 en personas adultas, y 4 (más suave) en bebés lactantes.
Homeostasis y regulación del nivel de pH en el cuerpo
Hay varios sistemas mediante los cuales nuestro organismo regula los niveles de acidez o alcalinidad del cuerpo:
1.- Mediante la respiración, que hace que el anhídrico carbónico que espiramos de un carácter ácido a la sangre.
2.- Mediante los riñones, ya que nuestro organismo forma una orina más o menos ácida según las necesidades de equilibrio.
3.- Mediante la alimentación. Una dieta errónea puede provocar acidosis.
El cuerpo también dispone de un "almacén" de bases orgánicas que utiliza para restablecer el equilibrio en caso de que el pH del plasma sanguíneo varíe. Una mala alimentación provoca que estas reservas disminuyan y que pueda provocarse acidosis.
- el capítulo "La Micronutrición", del libro "Alimentación, la Tercera Medicina" de Seignalet, capítulo escrito por el doctor Lagarde.
-el libro "La importancia del equilibrio ácido-básico" de Christopher Vasey (Editorial Edaf).
La importancia del equilibrio ácido-básico está relacionado con la necesidad que tiene nuestro organismo de conseguir los llamados elementos micronutrientes, en cantidad suficiente y en forma asimilable. Estos micronutrientes son: los oligoelementos, los minerales, los aminoácidos esenciales y los ácidos grasos poliinsaturados. La carencia de algunos o todos estos micronutrientes está relacionada con gran número de enfermedades y dolencias.
En nuestro organismo la gestión de estos micronutrientes la realizan al rededor de 15.000 enzimas. Cada persona partimos con un capital genético de enzimas, un capital que es mayor o menor según seamos cada uno, y que con nuestro modo de vida y el medio ambiente que nos rodea va a ser modificado. Cada una de las carencias, excesos o ataques exteriores que padezcamos se reflejará en nuestro capital enzimático. Pero al ser tantas las enzimas y tantos los micronutrientes que las enzimas deben "gestionar", la gran diversidad de situaciones que pueda presentar cada persona: esa gran diversidad la agrupan los especialistas en unos llamados "terrenos". Estos son los principales "terrenos":
-el terreno de carencia de ácidos grasos poliinsaturados.
-el terreno hipoglicémico.
-el terreno neurodistónico (relacionado con el estrés, la fatiga, el agotamiento nervioso...).
-el terreno baso-colítico (relacionado con la flora intestinal).
-el terreno de intoxicación (metales pesados, contaminación, prótesis dentales...)
-el terreno degenerativo.
-el terreno ácido.
Aquí nos centraremos en las implicaciones del terreno ácido. Para empezar, el tema ácido-básico hace referencia al índice pH. Este índice mide la capacidad de una materia de liberar iones de hidrógeno. Así, si el pH neutro es 7, el 0 sería el ácido absoluto y 14 el alcalino absoluto. El pH óptimo de nuestra sangre se cifra en 7,4. Un pH ligeramente básico. El problema de nuestro pH es que el cuerpo humano sólo está saludable si el pH de los líquidos de los que nos componemos (sangre, linfa...) está entre 7,36 y 7,42.
Nuestros problemas habituales en este terreno están relacionados con excesos de acidificación, casi siempre (salvo en casos muy específicos). Ello suele ocurrir por alguna de estas razones:
-aporte excesivo de ácidos por nuestros alimentos.
deficiencia en la neutralización de los ácidos por nuestras carencias en vitaminas y oligoelementos.
-fatiga.
-estrés.
- poca oxigenación de nuestros tejidos por una vida sedentaria.
El organismo hace frente a un golpe de acidificación por medio de unos sistemas tampón. Hay varios sistemas tampón, que funcionan con la siguiente regla: 1 ácido + 1 base = 1 sal neutra. Entre los sistemas tampón tienen gran importancia los minerales. Hay minerales ácidos: azufre, fósforo, cloro, flúor, yodo, sílice, etc. Y minerales alcalinos: calcio, sodio, potasio, magnesio, cobre, hierro, manganeso... Estos minerales alcalinos serán los que usará nuestro cuerpo para neutralizar su estado acidificado.
Hay que decir que los pulmones aseguran el 90% de la desacidificación del cuerpo, al arrojar exterior diversos ácidos transformados en ácido carbónico. De ahí la importancia del ejercicio físico también en este terreno: Vassey afirma que una muestra de orina tomada después de un largo paseo muestra un pH más alcalino que otra muestra tomada antes del ejercicio. Un segundo sistema de desacidificación es el renal, a través de la orina. Una tercera vía es la cutánea, más limitada, pero que explica el que ciertos problemas de acidosis pueden provocar una dermatosis.
Un problema de acidosis puede ser resultado de:
-una alimentación demasiado acidificante.
-o también de desarreglos en alguno(s) de los otros terrenos que hemos citado más arriba: estrés (relacionado con fatiga, enfermedad crónica, etc.); problemas de metabolización por falta
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