PLAN DE MEJORAMIENTO
Enviado por nancy1974 • 6 de Noviembre de 2012 • Examen • 1.953 Palabras (8 Páginas) • 401 Visitas
PLAN DE MEJORAMIENTO
Soy una persona con más cualidades positivas que negativas.
Mis actitudes dentro y fuera del área de trabajo pienso que debería mejorar las negativas y fortalecer las positivas que ya tengo:
1. Procura, en cada
atención ofrecer
una esperanza
No cabe duda que la esperanza es una
Virtud. Es esa virtud que nos hace querer
Ser mejores para poder dar lo mejor de nosotros.
No importa si el servicio que damos
es pequeño o grande, bonito o feo, cómodo o
incómodo, no perdamos de vista que nuestra
misión es llevar alivio en el dolor.
2. Nuestra mejor actitud,
escuchar y mirar a
quien damos un servicio
Este segundo principio se relaciona con
dos aspectos fundamentales, la capacidad
de escuchar y la capacidad de servir.
la Desiderata, aquel pergamino anónimo
que todos conocemos y que está lleno
de frases profundas, señala: “escucha a los
demás, incluso al torpe e ignorante; también
ellos tienen su propia historia…. Si no
hemos aprendido a escuchar, no podemos
pretender aprender.
En ambientes como los de un centro de
salud, una actitud generosa, la disposición de
escuchar y mirar a quien damos un servicio,
sean probablemente un consuelo para el que
sufre y una forma de expresarles nuestra solidaridad
en momentos de dificultad.
3. Haz siempre tu mayor
y mejor esfuerzo
Esta frase tiene que ver con nuestra
actitud interior. Cuando el trabajo que desempeñamos
no llena nuestras expectativas,
hay que encontrar la forma en que nos satisfaga.
De lo contrario, se generan conflictos
emocionales y finalmente se pone en juego
nuestro prestigio y futuro profesional. Por
eso, si estamos en esta situación, lo mejor
que podemos hacer es encontrar placer en
el trabajo. Es cuestión de actitud y visión.
Es cuestión de actitud porque para disfrutar
algo hay que hacerlo bien y para hacerlo
bien hay que poner entusiasmo y esfuerzo.
Es cuestión de visión porque el trabajador
debe tener conciencia de que la labor que
desempeña no es solo un servicio sino que lo trasciende.
4. Nadie es más o menos:
todos somos
importantes
Lo dice Juan 13:16: “De cierto, de cierto
os digo: el siervo no es mayor que su señor,
ni el enviado es mayor que el que le envió”.
Así pues, como hijos de Dios, nadie es más
o menos, todos ocupamos un lugar en el
mundo y si estamos en él es porque tenemos
una misión que cumplir. Ningún ser huma-
no puede vivir ni trabajar solo, el vivir en
comunidad, en sociedad, es una necesidad
de las personas. Por eso debemos respetarnos
y darle a cada quien el lugar que merece,sin
mirar condición económica, sexo, edad,
color u otros aspectos que nos diferencian
como personas pero que al mismo tiempo
nos hacen especiales y únicos.
5. Sonríe siempre, cuesta
poco y produce mucho
Los efectos físicos y sicológicos que la
sonrisa produce en el organismo son múltiples
pero todos positivos. La sonrisa no
puede ser comprada, pedida o prestada, ni
robada, porque es algo que no rinde
beneficios nadie, a menos que sea ofrecida espontánea,
gratuita y desinteresadamente. Se sabe que
la sonrisa: Ilumina el rostro
Embellece hasta al más feo Abre puertas
Roba corazones Rompe el hielo
Alegra el día Hace más corta la espera
Facilita la conversación Consuela Comunica respeto
Enriquece a quien las recibe, sin empobrecer a quien las da.
6. Sirvamos con
alegría y gentileza:
seamos afables
Cada día podemos escoger entre vivir
con alegría o dejar que los acontecimientos
se apoderen de nuestra actitud y caigamos
doblegados en el enojo, la desesperación,
la tristeza… Si decidimos vivir con alegría,
podemos ser gentiles y servir con amor a
quien requiere de nosotros. Nuestra misión
diaria es ser acogedores, gentiles y cálidos.
Recordemos que debemos tratar a los demás
como queremos que nos traten a nosotros
mismos.
7. Practica la paciencia
No cabe duda de que la paciencia es un
valor y además es un don de Dios. La persona
que vive el valor de la paciencia posee la
sensibilidad para afrontar las contrariedades
conservando la calma y el equilibrio
interior; eso, a su vez, hace que genere paz
y armonía a su alrededor. “La paciencia
consiste en tolerar todos los males, con
ánimo tranquilo y en no tener ningún
resentimiento con el que nos lo causa” (San
Gregorio Magno). Si no tenemos paciencia
hay ejercicios importantes que nos pueden
ayudar, por ejemplo jugar ajedrez, aprender
alguna manualidad o artesanía, etc. No
esperemos más, practiquemos la paciencia en todo momento.
8. Tolerancia ante todo
La tolerancia es “indulgencia, respeto y
consideración” hacia las maneras de pensar,
de actuar y de sentir de los demás, aunque
sean diferentes a las nuestras. ¡Qué cualidad
tan deseable! ¿No? La tolerancia es como
el azúcar del café: la dosis justa añade un
toque de dulzura a la vida. Es por eso que
la tolerancia exige equilibrio, algo nada fácil,
pues somos como el oscilante péndulo de un
reloj, unas veces pecamos por defecto y otras
por exceso.
9. Respetemos a
los demás y ellos
nos respetarán
Respetar es tener respectus, palabra en
latín que significa “mirada hacia atrás”, pero
que podemos transformar en una mirada
atenta, reflexiva, considerada. El respeto
encierra tres ideas juntas: inteligencia, admiración
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