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PLAN DE MEJORAMIENTO


Enviado por   •  6 de Noviembre de 2012  •  Examen  •  1.953 Palabras (8 Páginas)  •  401 Visitas

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PLAN DE MEJORAMIENTO

Soy una persona con más cualidades positivas que negativas.

Mis actitudes dentro y fuera del área de trabajo pienso que debería mejorar las negativas y fortalecer las positivas que ya tengo:

1. Procura, en cada

atención ofrecer

una esperanza

No cabe duda que la esperanza es una

Virtud. Es esa virtud que nos hace querer

Ser mejores para poder dar lo mejor de nosotros.

No importa si el servicio que damos

es pequeño o grande, bonito o feo, cómodo o

incómodo, no perdamos de vista que nuestra

misión es llevar alivio en el dolor.

2. Nuestra mejor actitud,

escuchar y mirar a

quien damos un servicio

Este segundo principio se relaciona con

dos aspectos fundamentales, la capacidad

de escuchar y la capacidad de servir.

la Desiderata, aquel pergamino anónimo

que todos conocemos y que está lleno

de frases profundas, señala: “escucha a los

demás, incluso al torpe e ignorante; también

ellos tienen su propia historia…. Si no

hemos aprendido a escuchar, no podemos

pretender aprender.

En ambientes como los de un centro de

salud, una actitud generosa, la disposición de

escuchar y mirar a quien damos un servicio,

sean probablemente un consuelo para el que

sufre y una forma de expresarles nuestra solidaridad

en momentos de dificultad.

3. Haz siempre tu mayor

y mejor esfuerzo

Esta frase tiene que ver con nuestra

actitud interior. Cuando el trabajo que desempeñamos

no llena nuestras expectativas,

hay que encontrar la forma en que nos satisfaga.

De lo contrario, se generan conflictos

emocionales y finalmente se pone en juego

nuestro prestigio y futuro profesional. Por

eso, si estamos en esta situación, lo mejor

que podemos hacer es encontrar placer en

el trabajo. Es cuestión de actitud y visión.

Es cuestión de actitud porque para disfrutar

algo hay que hacerlo bien y para hacerlo

bien hay que poner entusiasmo y esfuerzo.

Es cuestión de visión porque el trabajador

debe tener conciencia de que la labor que

desempeña no es solo un servicio sino que lo trasciende.

4. Nadie es más o menos:

todos somos

importantes

Lo dice Juan 13:16: “De cierto, de cierto

os digo: el siervo no es mayor que su señor,

ni el enviado es mayor que el que le envió”.

Así pues, como hijos de Dios, nadie es más

o menos, todos ocupamos un lugar en el

mundo y si estamos en él es porque tenemos

una misión que cumplir. Ningún ser huma-

no puede vivir ni trabajar solo, el vivir en

comunidad, en sociedad, es una necesidad

de las personas. Por eso debemos respetarnos

y darle a cada quien el lugar que merece,sin

mirar condición económica, sexo, edad,

color u otros aspectos que nos diferencian

como personas pero que al mismo tiempo

nos hacen especiales y únicos.

5. Sonríe siempre, cuesta

poco y produce mucho

Los efectos físicos y sicológicos que la

sonrisa produce en el organismo son múltiples

pero todos positivos. La sonrisa no

puede ser comprada, pedida o prestada, ni

robada, porque es algo que no rinde

beneficios nadie, a menos que sea ofrecida espontánea,

gratuita y desinteresadamente. Se sabe que

la sonrisa: Ilumina el rostro

Embellece hasta al más feo Abre puertas

Roba corazones Rompe el hielo

Alegra el día Hace más corta la espera

Facilita la conversación Consuela Comunica respeto

Enriquece a quien las recibe, sin empobrecer a quien las da.

6. Sirvamos con

alegría y gentileza:

seamos afables

Cada día podemos escoger entre vivir

con alegría o dejar que los acontecimientos

se apoderen de nuestra actitud y caigamos

doblegados en el enojo, la desesperación,

la tristeza… Si decidimos vivir con alegría,

podemos ser gentiles y servir con amor a

quien requiere de nosotros. Nuestra misión

diaria es ser acogedores, gentiles y cálidos.

Recordemos que debemos tratar a los demás

como queremos que nos traten a nosotros

mismos.

7. Practica la paciencia

No cabe duda de que la paciencia es un

valor y además es un don de Dios. La persona

que vive el valor de la paciencia posee la

sensibilidad para afrontar las contrariedades

conservando la calma y el equilibrio

interior; eso, a su vez, hace que genere paz

y armonía a su alrededor. “La paciencia

consiste en tolerar todos los males, con

ánimo tranquilo y en no tener ningún

resentimiento con el que nos lo causa” (San

Gregorio Magno). Si no tenemos paciencia

hay ejercicios importantes que nos pueden

ayudar, por ejemplo jugar ajedrez, aprender

alguna manualidad o artesanía, etc. No

esperemos más, practiquemos la paciencia en todo momento.

8. Tolerancia ante todo

La tolerancia es “indulgencia, respeto y

consideración” hacia las maneras de pensar,

de actuar y de sentir de los demás, aunque

sean diferentes a las nuestras. ¡Qué cualidad

tan deseable! ¿No? La tolerancia es como

el azúcar del café: la dosis justa añade un

toque de dulzura a la vida. Es por eso que

la tolerancia exige equilibrio, algo nada fácil,

pues somos como el oscilante péndulo de un

reloj, unas veces pecamos por defecto y otras

por exceso.

9. Respetemos a

los demás y ellos

nos respetarán

Respetar es tener respectus, palabra en

latín que significa “mirada hacia atrás”, pero

que podemos transformar en una mirada

atenta, reflexiva, considerada. El respeto

encierra tres ideas juntas: inteligencia, admiración

...

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