PRACTICA N°1 VENDAJES EN PRIMEROS AUXILIOS EN CANINOS Y ADMINISTRACIÓN DE ANTIPARASITARIO
yesita25Informe4 de Julio de 2017
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UNIVERSIDAD NACIONAL MICAELA BASTIDAS DE APURIMAC[pic 2][pic 3]
FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA
“ESCUELA ACADEMICO PROFESIONAL DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA”
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CURSO : ANIMALES DE COMPAÑIA
DOCENTE: MVZ. CRISTIAN HERRERA
ALUMNO: TEVES TORRES RONY CARLOS
ABANCAY - APURÍMAC
2015
PRACTICA N°1
VENDAJES EN PRIMEROS AUXILIOS EN CANINOS Y ADMINISTRACIÓN DE ANTIPARASITARIO
- INTRODUCCIÓN
Los vendajes desempeñan un papel importante en la medicina veterinaria, dado que el paciente no coopera y que su hábitat no suele ser higiénico. Aunque en general la mayoría de las heridas no son vendadas y se inspeccionan y tratan diariamente, las lesiones con excesivo daño hístico, exudación o infección establecida pueden requerir cambios de apósitos 2 veces al día. Las funciones de los vendajes son cuatro: protección, absorción de exudados, compresión para reducir los espacios muertos y la formación de hematomas, y estabilización e inmovilización. Además, el mantenimiento de calor en la herida mejora la cicatrización y facilita la disociación de oxígeno desde la hemoglobina. La cobertura lesionado promueve un medio ambiente ácido en la superficie de la herida al impedir la pérdida de dióxido de carbono y la absorción del amoníaco elaborado por los microorganismos. Este ambiente ácido favorece la disociación del oxígeno a partir de la hemoglobina, incrementando su disponibilidad en los tejidos lesionados. Los materiales y métodos utilizados para efectuar los vendajes dependen del estadio de cicatrización y de la necesidad de presión e inmovilización. En general, los apósitos ideales para una herida son aquellos que proporciona protección y que además son oclusivos, característica que genera el ambiente físico propicio para la cicatrización. Si bien un apósito biológico es ideal para esta función, no es practicable en la mayor parte de animales. Los apósitos deben ser confortables y limpios. Los vendajes incómodos molestan al paciente, que entonces puede mutilar al apósito y/o herida. Cabe considerar, que la presión en los vendajes debe ser aplicada sobre y en distal a las heridas más que en proximal de ellas, para minimizar la afección venosa o linfática.
- OBJETIVOS
- Es realizar el vendaje adecuadamente en perros que hayan sufrido algunas fracturas para evitar posibles complicaciones.
- Realizar correctamente la administración de medicamentos vía oral
- REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
Vendajes más habituales
Vendaje de Robert-Jones: inmoviliza tanto el miembro anterior como el posterior y su tamaño y dimensión variará dependiendo de la zona. Es imprescindible que llegue distalmente hasta el final de la extremidad, dejando a la vista la última falange del tercer y cuarto dedo a fin de comprobar día a día que no está demasiado apretado y comprometiendo la circulación. Lo peculiar del Robert-Jones son los estribos o tirantes de esparadrapo pegados directamente a la piel de proximal a distal y que vueltos de nuevo hacia arriba consiguen que el vendaje no se vaya cayendo.[pic 5]
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Vendaje de Velpeau: se trata de un cabestrillo que impide el apoyo de la extremidad anterior y mantiene sujeta su parte proximal. Está indicado en fracturas de escápula, de cavidad glenoidea, subluxaciones y luxaciones de hombro y fracturas de húmero.
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Vendaje de Ehmer: se trata de un cabestrillo que impide el apoyo de la extremidad posterior y mantiene sujeta la parte proximal de dicho miembro. Está indicado en fracturas de cadera, prótesis, fracturas de cabeza y cuello femoral, luxaciones coxofemorales y fracturas de fémur.
Vendaje acolchado: se trata de un simple vendaje cuya finalidad es proteger y mantener limpia la parte distal de cualquier extremidad tras una intervención simple o tras la extracción de cuerpos extraños en las almohadillas.
Vendaje de flexión del carpo y del tarso: inmoviliza la parte distal del carpo o del tarso impidiendo el apoyo de la extremidad.
Vendaje de Hobbles: vendaje muy simple pero a la vez muy efectivo para evitar la abducción de los miembros posteriores. Está indicado en problemas de rodillas o tarsos en los que se requiere una limitación del movimiento.
Vendajes
En general los vendajes se componen de tres estratos, cada uno con propiedades y funciones definidas. A causa de heridas, por inflamaciones o por traumatismos sin heridas, el perro necesita muchas veces protección de vendajes o yesos que impidan que al lamerse elimine el medicamento. Para realizar un buen vendaje es necesario utilizar vendas de algodón, gasas y telas elásticas.
Primero debes desinfectar el área afectada si la herida es sangrante debes aplicar presión directa, con una gasa o toalla limpia, esto bloquea la salida del plasma. enseguida aplica algún medicamento tópico o un polvo, antes de cubrir la lesión con una gasa y algodón
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Estrato de contacto o primario: Es el que se apoya sobre la herida y es utilizado para desbridar tejidos, suministrar medicaciones, transmitir exudados lesiónales o formar un sello oclusivo sobre la herida. Puede ser adherente o no.
Adherente: Este estrato de contacto se utiliza cuando la herida se encuentra en el estadio inflamatorio de la cicatrización. Se utiliza material de mallado amplio, sin algodón, para que las aberturas atrapen el tejido necrótico suelto y los cuerpos extraños que, posteriormente, serán extraídos cuando se cambie el apósito (Fig. 1.2). Además, permite que el exudado pase a través del vendaje y se evapore, y éste se adhiera a la costra formada.
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Tipos
Seco a seco: Se utiliza cuando la herida presenta un exudado de escasa viscosidad, que no tiende a agregarse. El material de cobertura debe mantenerse colocado hasta que los estratos de contacto e intermedio hayan absorbido los líquidos y desechos de la herida y el primero se haya evaporado. En este momento se extrae el vendaje y con él, el tejido necrótico y los cuerpos extraños atrapados.
Húmedo a seco: Se utiliza en los casos contrarios al anterior. Consiste en la colocación sobre la herida de una gasa de malla amplia embebida en solución salina estéril o en dilución 1:40 (0,05%) de diacetato de clorhexidina. Una forma más sencilla es aplicar la gasa seca y embeberla por aspersión con la solución anteriormente citada. El líquido diluye el exudado viscoso y acrecienta su absorción.
Húmedo a húmedo: Se utiliza en heridas con grandes cantidades de exudación viscosa y escasez de detritos o tejidos necróticos. Es similar al anterior excepto que la capa de contacto debe mantenerse húmeda y no dejar que se seque antes de su remoción. Se emplean para transportar calor y potenciar el movimiento capilar del exudado desde la herida. Los apósitos adherentes deben ser cambiados por lo menos una vez al día. Para aliviar el dolor generado durante la extracción se puede colocar lidocaína al 2% 1 ó 2 min previos. Asimismo, la rehumectación del apósito desecado con solución salina caliente facilita la remoción y reduce el dolor durante los cambios de los vendajes.
No adherente
Se utiliza en el estadio de reparación y son de dos tipos, oclusivos y semioclusivos. Estos últimos poseen la capacidad de retener la suficiente humedad como para prevenir la deshidratación del tejido. Además promueven la epitelización mientras que permiten que el exceso de líquido se absorba desde la herida previniendo de este modo la maceración tisular. Las gasas impregnadas en vaselina o una combinación de itrofurazona/propilenglicol, esterilizadas en autoclave, cumplen esta función. La aplicación de un ungüento con base de vaselina también provee la función de no adherente en el vendaje. Se deben dejar colocados por 1 ó 2 días de acuerdo con el volumen de drenaje de la herida. Deben permanecer colocados durante 2 o 3 días o hasta que la superficie externa que se encuentra sobre la herida quede como un recipiente lleno de líquido. Allí se extrae, se retira el gel de la herida y la piel adyacente, y se aplica un segundo vendaje. Cuando el epitelio cubre la herida se suspende la colocación.
En cambio la vaselina, además de promover una epitelización más lenta, esterilizada en autoclave se distribuye irregularmente, de modo que las gasas colocas en el fondo del recipiente contenedor se encuentran sobresaturadas de vaselina, haciendo que los intersticios se tapen creando un vendaje de tipo oclusivo. Se debe tener en cuenta que a través de estos vendajes puede drenar poco o nada de líquido y conducir a la maceración tisular. No obstante, la vaselina de bajo punto de fusión (ej. pomada de neosporina) no tiene efectos adversos sobre la cicatrización cuando se utiliza aisladamente; cuando se combina con agentes antimicrobianos (neomicina, polimixina, bacitracina, cinc, etc.) mejora en gran medida la cicatrización de la herida. Una solución de povidona yodada con vehículo hídrico, no altera la tasa de cicatrización; su actividad antimicrobiana es excelente y es material de apósito aceptable. En un estudio, el apósito que presentó la mayor tasa de cicatrización fue una crema hidromiscible que contenía sulfadiacina argéntica al 1 %. Su actividad antimicrobiana de amplio espectro, en comparación a los resultados de las heridas control no tratadas produjo una tasa de cicatrización un 28 % mayor. En heridas contaminadas por Pseudomona spp., se empleó con éxito la neomicina en solución alcalina al 0,25%. La pomada de gentamicina al 0,1% también es útil en estas heridas de difícil tratamiento. Las heridas cubiertas con material oclusivo epitelizan más rápido que aquellas con un vendaje semioclusivo. Sin embargo reducen la contracción de la herida debido a la adherencia del hidrocoloide a la piel, lo cual hace que los bordes de la herida actúen contra los elementos contráctiles. Además el gel hidrocoloide es pegajoso y difícil de eliminar. Dentro de las indicaciones más frecuentes se encuentran las heridas en estadio de reparación, que presenta tejido de granulación, producción de exudado serosanguinolento y epitelización en los bordes de la herida. La no-adherencia impide que durante su cambio se dañe a los tejidos recién formados.
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