Perfil de un emprendedor.

EL PERFIL EMPRENDEDOR

¿Hay alguien que nunca haya pensado en abrir su propio negocio? Esa opción la están pensando cada vez más personas de diferentes oficios y profesiones y muchas ya lo están intentando.

Factores estratégicos como la subcontratación (tercerización) y la expansión del sector de negocios, han colocado a las pequeñas empresas en una situación privilegiada en el nuevo orden mundial.

Desde el punto de vista individual, se ha considerado a la pequeña empresa como la salída soñada por quienes quieren cambiar las amarras del trabajo asalariado por la aventura de la autorrealización y del éxito conquistado por medio del propio esfuerzo.

Esos motivos son más que suficientes para que se multipliquen las pequeñas empresas. Y, contradictoriamente, han sido responsables también por los trastornos que han enfrentado gran parte de los negocios que terminan cerrando.

Saber convivir con el riesgo y sacarle provecho a las oportunidades son, tal vez, las características más necesarias para la actividad empresarial y definen realmente, el perfil emprendedor.

¿Por qué ser emprendedor?

Muchos motivos son los que llevan a las personas a la idea de abrir un negocio propio. Los más comunes son:

• Ganas de ser independiente, de “ser su propio jefe”.
• Ser el patrón, en vez de ser empleado
• Ganar mucho dinero
• Dedicar más tiempo a la familia
• Salir de la rutina
• Realizar otras aspiraciones, además de la que le permitía su condición de empleado.
• Probar su capacidad para abrir y mantener un negocio
• Trabajar y tomarse vacaciones, cuando así lo quiera
• Resolver su situación laboral.

Al tomar la decisión, el emprendedor considera su compromiso (económico y psicológico) como una inversión más gratificadora que el trabajo asalariado.

Sin embargo, ser empresario exige siempre sacrificios que muchos no están dispuestos a hacer. Entre los “gajes del oficio” están los siguientes:

• La mayoría de los empresarios trabaja de 12 a 15 horas diarias en su negocio, en vez de 8 horas como empleado;
• Raramente salen de vacaciones, y cuando lo hacen, sólo es por pocos días, y no se olvidan del teléfono “sólo para saber cómo van las cosas” en su negocio;
• A veces trabajan tanto en la empresa, que disminuye, en vez de aumentar, el tiempo disponible para la familia;
• Su tan deseada independencia es muy relativa, al observar su dependencia de los proveedores, bancos, clientes, empleados, gobierno, etc.;
• El patrimonio personal del emprendedor queda comprometido con las operaciones de nuevo negocio  y  tal vez, vinculado como garantía de algún préstamo tomado por la empresa;
• La intención sola no es suficiente, es necesario que el empresario demuestre, con efectividad, su capacidad para llevar adelante su negocio.

Características del comportamiento emprendedor

Diferentes estudios del comportamiento emprendedor han permitido identificar sus rasgos más sobresalientes.

Al respecto es importante señalar que si bien algunas personas presentan naturalmente estas características, se trata de comportamientos que la mayoría de las personas pueden desarrollar, en la medida que se propongan y esfuercen en ello. De hecho, el espíritu  de superación sea tal vez el “motor” de todo aprendizaje.

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