Politica Turistica
Enviado por faa_rmz17 • 19 de Abril de 2015 • 1.983 Palabras (8 Páginas) • 157 Visitas
La competitividad mundial y el modelo de servir con calidad
total
En este artículo se pretende sustentar claramente los límites y
los alcances del término competitividad con el objetivo de comprender
las interrelaciones entre calidad, acciones gubernamentales,
alta dirección del sector privado y turismo.
La competitividad es un concepto que se encuentra muy cercano
al hecho de que el costo final del producto coincida con la
voluntad de pago del potencial cliente externo. Resulta obvio que
Economía, Sociedad y Territorio, vol. IX, núm. 30, 2009, 515-544 533
no hay problema de competitividad cuando no existen competidores,
de ahí que la diferenciación constituya una estrategia clave
para conseguir la competitividad (García y Serrano, 2003: 424).
La empresa que tenga las habilidades suficientes y sea capaz de
gestionarlas de manera adecuada para colocar sus productos o
servicios en el mercado es una empresa competitiva. Con frecuencia
se habla de ser competitivos y esta expresión se aplica sin distinguir
si se trata de competencia entre productos, empresas, sectores,
países o regiones (Ibid.: 425). La competencia se encuentra
en todos lados y en todos sentidos: entre empresas, en los ámbitos
local, regional, nacional o internacional. Es necesario estar preparado
y ser competitivo para ser parte del mercado.
Si analizamos lo que señala Porter en relación con los diversos
impedimentos para la competencia global, vemos que algunos
son económicos, otros acerca de la tarea administrativa, “una
tercera categoría se relaciona con las restricciones puramente
gubernamentales o institucionales que no reflejan las circunstancias
económicas” (1996: 294); por tanto, ya es tiempo de que
el gobierno mexicano considere un diseño de política pública
apoyado en estudios sobre turismo –como fenómeno social y
como actividad turística–, de manera que éste sea más efectivo
en su plan de acción y su implementación.
La hipercompetencia “es un término usado con frecuencia
para captar la realidad del panorama de la competencia en el
siglo XXI, es el resultado de la dinámica de las maniobras estraté-
gicas de combatientes e innovadores. Es una condición de la rá-
pida escalada competitiva basada en el posicionamiento en la
calidad y el precio para crear conocimientos técnicos nuevos y
establecer la ventaja del pionero y de la competencia por proteger
o por invadir mercados establecidos, sean geográficos o de
productos” (Hitt et al., 2004: 11). Éste es un concepto del cual
el turismo mexicano no se puede abstraer, una realidad presente
en donde no se está preparado para participar.
En el apartado “La competitividad del producto turístico mexicano”
del PNT 2001-2006 se habla de que para México es prioridad
la actividad turística, ofrece datos del crecimiento sostenido
de este sector y se asegura que “no obstante, la industria turística
nacional muestra algunos signos de pérdida de competitividad, que
es necesario considerar para su futuro desarrollo” (Sectur, 2001).
Entre estos signos de pérdida de competitividad se encuentran
diversos indicadores: las posiciones internacionales, los ingresos
por visitante, la cantidad de turistas extranjeros, la esta-
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día promedio y la concentración de flujos en algunos destinos.
Asimismo, se percibe de manera desventajosa en rubros como
entrega de producto y condiciones de higiene. Las consideraciones
anteriores se deben, al menos en parte, a que los ejes fundamentales
del modelo de desarrollo se basan, principalmente, en
la promoción de grandes urbanizaciones de playa, inversiones
hoteleras y obras de infraestructura política. Esto ya no será viable
en el futuro inmediato, puesto que las prioridades de la inversión
pública necesitan medirse en índices cualitativos como: educación
en todos los niveles, seguridad social, combate a la pobreza,
seguridad pública, bienestar, salud pública, principios y valores
de la nación, valores personales de los mexicanos, satisfacción
individual, entre otros. Junto con esto, el modelo actual no reconoce
de manera integral las amplias posibilidades que presenta
el turismo para generar riqueza cultural y social, distribuir mejor
el ingreso, así como aprovechar los recursos naturales y culturales
del país.
Como ya se mencionó, no hacer una planeación estratégica
(PE) para el país y una planeación operativa (PO) para aplicar la PE,
ha dado como resultado el “bajo perfil estratégico que se ha otorgado
al turismo como detonador del desarrollo del país, ha contribuido
en gran medida a la pérdida de competitividad en el
mercado mundial” (Sectur, 2001: 51). Un primer paso en estos
modelos de administrar desde la calidad es reconocer qué se tiene
y qué falta para poder rediseñar y avanzar.
Por su parte, para hacer operativas las acciones estratégicas
del sector, en el PST 2007 se propone seguir índices de competitividad
mundiales. Estos índices son, sobre todo, los que marca el
Reporte Global de Competitividad del Foro Económico Mundial
y los de competitividad turística de la Organización Mundial
del Turismo (Sectur, 2007), los cuales se abordaron en el apartado
del análisis de la política turística respectiva a este periodo.
Para lograr la competitividad de México como destino turístico
es necesario atender ambos aspectos: que el gobierno comprenda
su posición y actúe incluyendo en su política pública conceptos
más amplios, como la integración del estudio y la
capacitación de la alta dirección para el manejo de los negocios.
El modelo de servir con calidad total es el que debe proponer el
gobierno, pues es el que conviene que adopte el sector privado
para que logremos competitividad en el turismo.
De lo analizado hasta aquí se puede observar que en sus planes
y programas los diferentes gobiernos han ido definiendo un
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proyecto para desarrollar a México en el aspecto turístico. Sin
embargo, sólo lo ha hecho enfocándose en los recursos
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