INTEGRACION A LAS EMPRESAS TURISTICAS

El Turismo está estrechamente vinculado con la consolidación de un país competitivo, productivo, próspero y sustentable, y es precisamente uno de los sectores de la economía cuyo desarrollo impacta de manera inmediata a la comunidad entera y a su calidad de vida.

Están sucediendo acciones extraordinarias en el sector del Turismo que no debemos dejar de observar, ya que constituye otra fuente de divisas alterna al petróleo, y desde esta óptica cualquier esfuerzo que permita fortalecer el emprendimiento de los colombianos, sus capacidades, competencias así como el conocimiento de las personas y organizaciones que trabajan en esta área de la economía, impulsará la construcción de una industria turística fuerte y exitosa, y de un turismo competitivo y sustentable al mismo tiempo.

Uno de los factores críticos para lograr el crecimiento del Turismo competitivo en Colombia es la articulación de esfuerzos entre los distintos sectores que conforman este entramado empresarial, desde los bancos, micros, pequeñas y medianas empresas, hasta las posadas. Todos estos sectores se pueden apoyar como un frente de servicio ante el cliente y cuenta con un alto potencial para generar empleo y riqueza de manera sostenible para el país, y me parece positivo observar una coincidencia de intenciones políticas de parte del Gobierno Nacional para apoyar este sector y darle la atención y respaldo que amerita.

Hay que hacer mención a la importancia del sector turístico como un claro ejemplo de convertir las ventajas comparativas en ventajas competitivas, donde el recurso natural es el principal capital que tiene Colombia para generar empleo, aprovechar oportunidades y conjugar esfuerzos articulados de la mano de la innovación y creatividad. Nuestro país cuenta con atractivos turísticos de toda variedad y la plataforma de personas competentes y organizaciones eficientes es importante para atraer a más turistas al país

Los criterios que hacen a la competitividad del turismo en el nuevo milenio son diferentes a aquellos considerados en la época que comenzaron los vuelos comerciales. Las visiones más tradicionales de competitividad se centran en las dimensiones económicas de los destinos turísticos. Si bien este aspecto es importante, no es el único. También importan las fuerzas sociales, culturales, tecnológicas y políticas.

Lo que hace a un destino competitivo es su habilidad para aumentar el gasto turístico, atrayendo más visitantes que tienen en el destino experiencias significativas, que generan ingresos que mejoran la calidad de vida de sus habitantes, conservando el capital ambiental para las generaciones futuras.

El desafío que enfrentan los gestores de la política del sector es establecer metas que reflejen los valores y ambiciones de los grupos de interés del destino, para promover una política que actúe como marco de estas

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