Primeros Auxilios
Enviado por thonyed • 2 de Marzo de 2013 • 3.970 Palabras (16 Páginas) • 293 Visitas
PRIMEROS AUXILIOS
¿QUÉ SON LOS PRIMEROS AUXILIOS?
Los primeros auxilios, son medidas terapéuticas urgentes que se aplican a las víctimas de accidentes o enfermedades repentinas hasta disponer de tratamiento especializado. El propósito de los primeros auxilios es aliviar el dolor y la ansiedad del herido o enfermo y evitar el agravamiento de su estado. En casos extremos son necesarios para evitar la muerte hasta que se consigue asistencia médica.
Los primeros auxilios varían según las necesidades de la víctima y según los conocimientos del socorrista. Saber lo que no se debe hacer es tan importante como saber qué hacer, porque una medida terapéutica mal aplicada puede producir complicaciones graves. Por ejemplo, en una apendicitis aguda un laxante suave puede poner en peligro la vida del paciente.
Cualesquiera que sean las lesiones, son aplicables una serie de normas generales. Siempre hay que evitar el pánico y la precipitación. A no ser que la colocación de la víctima lo exponga a lesiones adicionales, deben evitarse los cambios de posición hasta que se determine la naturaleza del proceso. Un socorrista entrenado ha de examinar al accidentado para valorar las heridas, quemaduras y fracturas. Se debe tranquilizar a la víctima explicándole que ya ha sido solicitada ayuda médica. La cabeza debe mantenerse al mismo nivel que el tronco excepto cuando exista dificultad respiratoria. En ausencia de lesiones craneales o cervicales se pueden elevar ligeramente los hombros y la cabeza para mayor comodidad. Si se producen náuseas o vómitos debe girarse la cabeza hacia un lado para evitar aspiraciones. Nunca se deben administrar alimentos o bebidas y mucho menos en el paciente inconsciente. La primera actuación, la más inmediata, debe ser procurar al paciente una respiración aceptable: conseguir la desobstrucción de las vías respiratorias para evitar la asfixia, extrayendo los cuerpos extraños —sólidos o líquidos— y retirando la lengua caída hacia atrás. Si el paciente no respira por sí sólo habrá que ventilarlo desde el exterior mediante respiración boca a boca hasta disponer de un dispositivo mecánico.
El segundo aspecto a corregir es el referente al sistema circulatorio, para evitar el shock. Se deben valorar la frecuencia cardiaca y la tensión arterial. Una valoración inicial se obtiene tomando el pulso: permite valorar la frecuencia y ritmo cardiaco, y su “fortaleza” nos indica una adecuada tensión arterial. El shock o choque es un trastorno hemodinámico agudo caracterizado por una perfusión inadecuada, general y duradera, de los tejidos que pone en peligro la vida. Los signos característicos son la piel fría y húmeda, los labios cianóticos (azulados), la taquicardia y la hipotensión arterial (pulso débil y rápido), la respiración superficial y las náuseas. Estos síntomas no son inmediatos; el shock puede desarrollarse varias horas después del accidente. Para evitarlo debe mantenerse abrigado al paciente e iniciar lo antes posible la perfusión de líquidos y electrolitos por vía intravenosa. Está prohibido administrar fármacos estimulantes y alcohol.
Las urgencias que requieren primeros auxilios con más frecuencia son los accidentes en los que se produce asfixia, parada e infarto cardiacos, sangrado grave, envenenamiento, quemaduras, golpe de calor e insolación, desvanecimiento, coma, esguinces, fracturas y mordeduras de animales.
¿Quiénes aplican primeros auxilios?
La persona que presta los primeros auxilios debe:
Tener unos conocimientos básicos. De no ser así, es mejor
abstenerse de actuar. Intervenciones inadecuadas pueden incluso
agravar la situación.
Hacerse una buena composición de lugar antes de actuar, es
imprescindible para garantizar la seguridad.
Protegerse contra riesgos biológicos (usar guantes, protectores
en el boca a boca, etc. ).
Actuar con tranquilidad y rapidez. Hay que intervenir con
premura, pero manteniendo la calma en todo momento y
transmitiendo serenidad a los demás y a la víctima. De esta
forma se contribuye a evitar el pánico y a minimizar el riesgo de
que el accidente acabe afectando a otras personas.
Tranquilizar al herido, dándole ánimo y mitigando su
preocupación.
Evitar mover al accidentado (salvo causa de fuerza mayor como
incendio, inmersión, etc.) y en todo caso con gran precaución. Es
necesario examinar bien al herido, sin tocarle innecesariamente.
Esto ayudará a establecer prioridades si hay varios.
Limitarse a las actuaciones indispensables:
Adoptar las medidas necesarias para asegurar la vida y evitar
lesiones mayores.
Asegurar la asistencia especializada y el traslado adecuado.
Mantener al herido caliente (abrigarlo) y aflojar las ropas que
Opriman
.
Evitar dar de comer o beber al accidentado.
Apartar a los curiosos.
Las personas encargadas de prestar los primeros auxilios a una persona lesionada ya sea por una situación de emergencia, accidente o enfermedad súbita, son socorristas, brigadistas, paramédicos y cualquier persona que tenga una capacitación y entrenamiento en primeros auxilios.
Estas personas están en capacidad de aplicar los procedimientos para la atención de primeros auxilios y para la prevención de desatares, los primeros auxilios prestados por este personal deben ser:
• Inmediatos
• Adecuados
• Provisionales
EJEMPLOS:
Mareos
El mareo es, sin lugar a dudas, la afección más corriente en las travesías en la mar. Incluso los marineros expertos, con años de mar, pueden sufrirlo en los días en que el tiempo no acompaña y las condiciones son malas. El mareo surge como resultado de una desincronización entre las diferentes informaciones que provienen de los órganos del equilibrio (vista y oído), por lo tanto cualquiera de nosotros puede sentirlo, con más o menos intensidad.
La sintomatología es muy variada, incluyendo:
Hipotensión.
Palidez.
Sudor intenso.
Pupilas dilatadas.
Náuseas (que pueden ir acompañadas de vómitos o no). Aunque parece ser una enfermedad de poca importancia, debemos tener cuidado ya que un mareo persistente puede provocar la deshidratación (debida a los vómitos) y favorece la hipotermia ("bajada de temperatura", por el debilitamiento general que conlleva la deshidratación). Por
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