QUIMICA
Enviado por adnarn1357 • 17 de Noviembre de 2014 • Tesina • 2.790 Palabras (12 Páginas) • 197 Visitas
Los consejos del Nobel mexicano que descubrió gases del agujero de ozono
CienciaBBC Mundo, @bbc_ciencia
• 22 septiembre 2014
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Mario Molina recibió el Premio Nobel de química en 1995 por su investigación sobre los gases CFC.
Pura curiosidad científica. Eso, dice el premio Nobel Mario Molina, lo motivó para hacer el descubrimiento crucial que permitió detener la destrucción de la capa de ozono.
El primer mexicano que ganó un Premio Nobel de Química descubrió que los gases CFC (clorofluorocarbonos) eran los culpables de acabar con el ozono que protege al planeta de los rayos solares ultravioletas.
Y gracias a su curiosidad científica, se pudo impulsar la acción conjunta internacional para impedir la producción de esos gases.
"Es ejemplo de un problema que sí se pudo arreglar y nuestras mediciones nos indican que lo hicimos a tiempo", le dice Molina a BBC Mundo.
Gracias al trabajo de Mario Molina, los aerosoles ya no se producen con los gases que destruyen la capa de ozono.
Cuarenta años después de que Molina y su colega F. Sherwood Rowland publicaran el resultado de sus indagaciones sobre los peligrosos compuestos, un estudio de Naciones Unidascorroboró que tenían mucha razón con una buena noticia: la capa de ozono muestra sus primeras señales de recuperación.
La contribución científica de Molina cobra especial relevancia en vísperas de una cumbre de la ONU en Nueva York que intentará este martes convencer a 125 jefes de Estado de la urgencia y la necesidad de alcanzar un acuerdo universal sobre los gases de efecto invernadero.
Los lectores de BBC Mundo le enviaron decenas de preguntas sobre la capa de ozono, el cambio climático y la ciencia latinoamericana. Lo que sigue es una selección que el científico respondió vía telefónica desde Ciudad de México.
Un problema resuelto
Desde Bogotá, Colombia, Katherin Salamanca pregunta cuál es la base para afirmar que hay recuperación de la capa de ozono.
La base son observaciones de la capa de ozono, mediciones, y la complicación es que hay variabilidad, la cantidad de ozono varía de un año a otro, el tamaño del agujero de la capa de ozono también, entonces no es fácil ver con claridad que sí haya un cambio.
Pero finalmente sí hay indicaciones claras midiendo el ozono de que sí se está recuperando. La base empezó con el acuerdo internacional, el Protocolo de Montreal, que prohibió la producción de los compuestos que degradan la capa de ozono, los CFCs (clorofluorocarburos).
El cloro de los compuestos clorofluorocarburos es el que deteriora el ozono.
El problema que tienen es que permanecen durante muchas décadas en la atmósfera, pero con toda claridad dejó de aumentar la cantidad que se estaba acumulando y empezó a disminuir.
Y lo importante de este nuevo anuncio no sólo es tener la certidumbre de que los compuestos que dañan a la capa de ozono ya no se están emitiendo a la atmósfera sino simplemente tenemos todavía los que se emitieron en siglo pasado y poco a poco desaparecen, sino que ya hay indicaciones de que la misma capa de ozono se está recuperando.
¿Cuál fue el momento en que decidió pensar en los CFCs como un problema? Es la pregunta de Darío Chuquilla, desde Ecuador, y es algo que también intriga a Hiram Martínez León, que desde Veracruz, México, le pregunta qué lo motivó a realizar sus investigaciones sobre los efectos de estos gases en la atmósfera.
La motivación no era la capa de ozono. Mi campo de trabajo, mi doctorado, lo hice en química muy fundamental. No tenía conexión con el medio ambiente.
Con mi colega Sherwood Rowland, profesor de la Universidad de California, decidimos aplicar los conocimientos que teníamos, no nada más hacer ciencia pura sino buscar un problema más conectado con la sociedad.
Sabíamos que estos compuestos, los CFC, se estaban acumulando en la atmósfera, nada más, es la única información que teníamos.
Fue curiosidad, ¿qué pasa con estos compuestos que ya se pueden medir en cantidades pequeñísimas en la atmósfera? ¿Nos deberíamos preocupar o no?
Porque estaban diseñados para ser muy estables –uno los pone a respirar y no pasa nada– para sustituir a compuestos que sí hacen mucho daño que se usaban en los refrigeradores, como el amoniaco, el dióxido de azufre, esos no se pueden respirar.
Fue curiosidad, ¿qué pasa con estos compuestos que ya se pueden medir en cantidades pequeñísimas en la atmósfera? ¿Nos deberíamos preocupar o no?
Después de hacer estudios, que no nos tardamos mucho tiempo, pero aprendiendo cómo funciona la atmósfera, nos dimos cuenta de que eran tan estables que iban a llegar a la estratósfera y ahí es donde se iban a descomponer y dejar de existir como tales.
La imagen muestra los cambios en la capa de ozono entre 1979 y 1989.
Pero hicimos el siguiente paso también, qué consecuencias hay: resulta que la estratósfera es muy delicada y las moléculas de estos compuestos tienen átomos de cloro y al descomponerse se liberan estos átomos y son los que nosotros hicimos la predicción de que podían afectar a la capa de ozono.
Por un proceso catalítico, una pequeña cantidad, un átomo de cloro, puede destruir a decenas de miles de moléculas de ozono, porque destruye y luego se regenera en otra reacción y luego destruye otra más.
Por un proceso catalítico, una pequeña cantidad, un átomo de cloro, puede destruir a decenas de miles de moléculas de ozono, porque destruye y luego se regenera en otra reacción y luego destruye otra más.
Es un ciclo que denominamos catalítico, lo que explica por qué cantidades relativamente pequeñas pueden afectar al ozono que de por sí no hay mucho.
Fue una hipótesis que años después se comprobó con mucha claridad. Esa fue la motivación, en dos palabras: curiosidad científica. Y no empezó con el ozono, eso fue una consecuencia de la investigación.
Roberto Fernández, desde República Dominicana, pregunta: ¿Si los gases generados por los seres humanos son los causantes del daño a la capa de ozono, por qué las zonas más afectadas son donde no habitan personas, en los polos ?
Eso está también muy claro. Resulta que en la Antártida, en la estratósfera, es la parte del planeta donde la temperatura es más baja. Por contraste con los trópicos, la luz llega de lado, y los polos son las partes más frías del planeta
En la imagen, los cambios en la capa de ozono entre 2006 y 2010.
Pero por qué en el Polo Sur y no en el Polo Norte, eso depende de la geografía de nuestro planeta. Hay una diferencia importante, el Polo Norte es plano y su mar está rodeado
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