Quintana Roo

Altar de Muertos

Para los mayas el universo se estructuraba en tres niveles que se comunicaban mediante la ceiba sagrada.

Sus raíces penetraban hacia el inframundo habitación de los nueve señores de la noche o Bolón-ti-cu. El nivel central era ocupado por el mundo de los humanos dividido en 4 rumbos asociado con los 4 puntos cardinales; blanco (norte), rojo (este), amarillo (sur),y negro(oeste), además el verde que correspondía al centro las ramas se abrían al mundo superior o trece cielos, morada de los oxtahun-ti-cu.

Nivel inferior y el inframundo

Del agua surgen las raíces de la ceiba que sostiene el hogar del señor de la tierra sobre el cual crece el árbol.

Nivel medio

La frente del señor de la tierra está formada por una vasija ritual, sobre ella hay tres objetos que representan a los componentes del universo, la concha simboliza el inframundo. Al centro la espina de mantarraya simboliza la sangre ofrendada a los dioses. A la izquierda el glifo corresponde al valor.

El tronco de la ceiba representa la naturaleza, las ramas en cruz sostienes los 13 cielos del plano superior del universo.

Nivel superior

El tronco decorado con los signos que representan el carácter divino del árbol que penetra la bóveda celeste.

La boca entre abierta evoca la comunicación verbal entre los dioses y el hombre.

La serpiente de dos cabezas representa el cielo, su cuerpo es la banda planetaria que recorre los astros, y un medio de contacto entre los hombres y los dioses.

El pájaro celestial posado en lo más alto del follaje vigila el orden de la naturaleza y señala la posición central del eje cósmico.

Ofrendas del Inframundo

Las ofrendas son objetos o elementos valiosos, que los mayas otorgaban a los dioses, espíritus y muertos para propiciar su buena voluntad hacia los hombres. Así trataban de controlar las fuerzas reales o imaginarias que decidían el destino humano. Cuando se construían obras arquitectónicas o monumentos, se depositaba una ofrenda las cual constaba de vasijas de alimentos así como objetos de jade y obsidiana, conchas y huesos tallados. Al inicio de una guerra, en los aniversarios de gobierno o por nacimientos, la nobleza acostumbraba los auto sacrificios, clavándose punzones de hueso y puntas de mantarraya. También se ofrecía la decapitación de los cautivos. Las ofrendas mortuorias consistían en enterrar a los muertos con sus pertenencias incluyendo alimentos y ropa para que vivieran en el inframundo de la misma manera que en la vida terrenal.

Al morir los muertos viajaban en canoas a través de las aguas de un mundo subterráneo llamado Xibalbá, donde deben enfrentar grandes peligros. Los muertos eran enterrados con una serie de objetos que los ayudarían en su tránsito por el paso al inframundo para que así el alma adquiera

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