Qué es la diabetes insulinodependiente?
Enviado por ederjesus111088 • 29 de Agosto de 2014 • Práctica o problema • 4.980 Palabras (20 Páginas) • 182 Visitas
¿Qué es la diabetes insulinodependiente?
Se debe a una deficiencia en la secreción de insulina, hormona que permite al organismo utilizar el azúcar. Se trata mediante inyecciones diarias de insulina.
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Diabetes de tipo 1
La insulina es secretada por el páncreas. Esta hormona es indispensable para el buen funcionamiento del organismo: permite que el azúcar (glucosa) de la sangre penetre en el interior de las células, que lo utilizan para producir energía. Cuando la producción de insulina no existe o es casi nula, el azúcar en la sangre aumenta de forma anómala (hiperglucemia). Se habla, entonces, de diabetes insulinodependiente o, más exactamente, de diabetes mellitus insulinodependiente.
Síntomas
La enfermedad se caracteriza por sed muy intensa, emisión de grandes cantidades de orina, adelgazamiento brusco y fatiga intensa. En algunos pacientes, la enfermedad se descubre coincidiendo con una de las complicaciones agudas de la diabetes, como la llamada cetoacidosis (acumulación excesiva de sustancias ácidas en la sangre). El paciente adelgaza, presenta problemas digestivos y está muy cansado. Estos signos indican que la carencia de insulina es tan alta que obliga al organismo a utilizar las reservas grasas para producir la energía necesaria. Sin tratamiento, la diabetes insulinodependiente evoluciona inexorablemente hacia esta complicación, que puede provocar el coma.
Causas
La diabetes insulinodependiente suele aparecer antes de la edad de 20 años. Se trata de una enfermedad autoinmune: el sistema de defensas del organismo (sistema inmune) reacciona contra las células del páncreas que producen la insulina. Esta enfermedad aparece en personas con predisposición genética y se ve favorecida por factores ambientales, como infecciones por virus y sustancias tóxicas.
Tratamiento
Gracias a los tratamientos modernos y a un control escrupuloso, la mayor parte de los diabéticos pueden llevar una vida absolutamente normal.
Inyección de insulina. El primer tratamiento de la diabetes insulinodependiente es la inyección de insulina, por vía subcutánea, entre 1 y 4 veces al día. Se utiliza insulina artificial, fabricada mediante ingeniería genética, que tiene exactamente la misma composición que la insulina humana. Para ser autónomas, las personas con diabetes insulinodependiente, incluidos los niños, aprenden a ponerse ellas mismas las inyecciones. Existen diferentes métodos: utilización de una jeringa normal (la insulina se extrae de un frasco que debe conservarse en frío) o de un bolígrafo inyector cargado con un cartucho de insulina.
Dosis. Para saber qué dosis de insulina hay que inyectar, el diabético insulinodependiente debe controlar cada día la concentración de azúcar en la sangre (glucemia). Anota los resultados en un cuaderno de control, así como las dosis que se inyecta. Ello permite adaptar las dosis de insulina día a día y según la actividad desarrollada, con el fin de acercarse lo máximo posible a la concentración normal de glucemia.
Trasplante de páncreas. En teoría, constituye el tratamiento ideal, pero en la práctica todavía presenta numerosos problemas.
No obstante, las investigaciones prosiguen.
Páncreas artificial. existen unos aparatos o dispositivos llamados
páncreas artificiales que se emplean, en ocasiones, en estudios experimentales. Tienen el inconveniente de que son muy voluminosos y de que el paciente debe llevarlos en un cinturón, con lo que el peso es considerable. Se trata de un sistema que lleva un sensor de los niveles de glucemia en sangre y, en respuesta a las variaciones de estos valores (debidas a la comida o al ayuno), es capaz de inyectar automáticamente en la sangre del enfermo dosis mínimas de insulina de forma constante. En un futuro, probablemente se conseguirá mejorar el diseño y la fiabilidad, así como la facilidad de transporte y manejo.
Autocontrol del diabético
Un diabético insulinodependiente debe determinar la concentración de azúcar en la sangre (glucemia) varias veces al día. Para ello, deposita sobre una tira reactiva una gota de sangre, que obtiene pinchándose la punta del dedo. Después, introduce la tira en un pequeño aparato, que indica directamente la concentración de azúcar en la pantalla. Si no dispone de este aparato, también puede comparar el color que adquiere la tira con una es cala de colores de referencia. Acto seguido, debe anotar el resultado de cada medición en un cuaderno de control.
Los bolígrafos de insulina
Actualmente sólo existe una forma de administrar la insulina: la inyección debajo de la piel (o, en ciertos casos de urgencia, en una vena). Esta inyección se aplicaba con una jeringa clásica, pero en la actualidad se emplean «bolígrafos» con una aguja desechable en su extremo, cargados con insulina.
Estos bolígrafos facilitan enormemente la vida cotidiana de los diabéticos. Los cartuchos de insulina se cargan como las plumas de tinta y pueden conservarse a temperatura ambiente durante varias se manas, mientras que los frascos de insulina utilizados con las jeringas deben conservarse en frío. Estos dispositivos son cada vez más manejables y menos voluminosos.
Niño inyectándose insulina con un «bolígrafo». Este sistema de inyección, simple de utilizar, ha permitido mejorar la calidad de vida de los diabéticos.
Prueba de la glucemia. El paciente deposita una gota de sangre sobre una tira reactiva y la introduce en un pequeño aparato: en pocos segundos la concentración de glucosa aparece directamente en la pantalla.
Inyección de insulina. Puede emplearse una jeringa normal o un bolígrafo inyector.
Vida cotidiana
La diabetes insulinodependiente es una enfermedad crónica que tiene una repercusión importante en la vida de los
Pacientes.
A pesar de la enfermedad, el diabético insulinodependiente puede llevar una vida casi normal. Para conseguir este objetivo, son necesarias varias etapas. El paciente debe tomar conciencia de la enfermedad, aceptarla y aprender las actuaciones diarias que le permitirán ser autónomo.
Toma de conciencia Cuando el paciente descubre que sufre una diabetes insulinodependiente, su vida cotidiana se altera enormemente, sobre todo si se trata de un niño o un adolescente. En un primer momento, el tratamiento se vive como un trastorno de su autonomía: deben administrarse varias inyecciones de insulina cada día y las restricciones dietéticas son importantes. El paciente en seguida es consciente de que está afectado por una enfermedad crónica y que, a largo plazo, puede llegar a padecer complicaciones graves si no la controla bien. Esta certeza suele ser una fuente de ansiedad para el
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