Respuestas cardiovasculares

Discusión:

Las respuestas cardiovasculares a los cambios posturales (o gravitatorios) se ponen de manifiesto cuando una persona pasa de la posición de acostado a una postura de pie . La persona que se pone de pie demasiado rápido puede experimentar brevemente hipotensión ortostática (es decir, una disminución de la presión arterial al ponerse de pie), un mareo leve y posiblemente un desmayo.

Normalmente se activan una serie de respuestas cardiovasculares compensadoras rápidas en las que interviene el reflejo barorreceptor para superar este descenso inicial breve de la Presión arterial  Cuando una persona está tumbada y se incorpora bruscamente, la presión arterial en la cabeza tiende a disminuir, de forma que de manera instantánea se produce una cierta disminución del aporte de sangre a la cabeza.

En el caso de estar en posición de pie  hay una disminución de presión en vasos cerebrales por una disminución del flujo sanguíneo, habiendo un aumento de presión en los pies por acumulación de sangre y acumulación de líquido intersticial. Teniendo una disminución de la presión sanguínea en barorreceptores carotídeos en tanto se activa una respuesta del sistema Nervioso simpático, teniendo un aumento tanto de la frecuencia cardiaca y de gasto cardiaco teniendo así una corrección del efecto gravitacional, también tendremos como compensación un aumento de concentración de renina y aldosterona.

Cuando una persona pasa de la posición de decúbito supino a la de bipedestación, la sangre se acumula en las venas de las extremidades inferiores (estasis venosa). La distensibilidad de las venas permite que se acumule en ellas una gran cantidad de sangre. Cuando la sangre se acumula en las venas, el retorno venoso al corazón disminuye, a la vez que el gasto cardíaco (mecanismo de Frank-Starling), con lo que disminuye la presión arterial media.

Esta estasis venosa da lugar además a un aumento de la presión hidrostática capilar en las venas de las piernas, con lo que aumenta la filtración de líquido hacia el líquido intersticial con una pérdida de volumen intravascular. Por ejemplo, si una persona permanece de pie durante mucho tiempo (p. ej., un soldado en posición de firmes), la filtración desde los capilares puede superar a la capacidad de los vasos linfáticos para retornar líquido a la circulación, lo que conduce a la formación de edema en las extremidades inferiores. El aumento de la filtración de líquido fuera de los capilares contribuye aún más a la disminución del retorno venoso y de la Pa. Cuando el descenso de la Pa es notable, la presión arterial cerebral puede descender y provocar desmayos.

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