Resumen del Desarrollo de la teoria celular
Enviado por Utopia.xy • 23 de Agosto de 2015 • Resumen • 2.781 Palabras (12 Páginas) • 282 Visitas
Las ciencias biológicas modernas nos proporcionan conocimientos tan profundos y significativos que su validez ya no deja lugar a duda. En concreto, su lección es que la biología no solo reconoce la individualidad y la unicidad de todos los seres humanos y de cada organismo vivo, sino que, de hecho, también aduce pruebas convincentes para una explicación racional de esta individualidad en términos moleculares.
El primer paradigma, que sentara sin duda alguna las bases para constituir a la biología como una ciencia, es la teoría celular, la cual es una gran generalización, que llega para satisfacer una búsqueda de mucho tiempo en la historia del pensamiento humano: la referente encontrar cual es la parte más pequeña que constituye a los seres vivos, el principio o la unidad fundamental para la organización y funcionamiento del cuerpo y en última instancia, de la vida.
Aparecerá la teoría celular con el propósito de satisfacer una expectativa ya existente, pero incoherente, que se expresa de diferentes modos (como la inquietud de un niño que busca una explicación de lo que ve, pero no entiende).
Las células, las cuales sabemos hoy que son la base estructural y funcional de esta unicidad, de modo tradicional, existe la tendencia a creer que la teoría celular se relaciona de manera directa con el microscopio y con las observaciones de él derivadas, no obstante, esta clásica vía de interpretación resulta fácilmente cuestionable y no resiste la prueba de la reflexión. Evidentemente, el microscopio y la observación de las células y su estructura tendrán una participación importante en la comprensión de lo que es la célula y su significado en biología, sin embargo, esto no significa que la compilación de las observaciones y descripciones de ellas haya conducido a la generación del concepto de célula.
La tabla periódica de los átomos es un ejemplo de un sistema coherente de este tipo y parte de su gran valor reside en el hecho de que nos permite predecir lo que sucederá en determinadas circunstancias físicas o químicas. Por consiguiente, uno de los primeros fines de una ciencia, ya sea la física, la química o la biología, es determinar la unicidad de las unidades con que está relacionada, pues si tales unidades no son comprendidas y aceptadas por todos los técnicos en un campo particular, el conocimiento científico en este campo no puede progresar.
La célula es una entidad física. Podemos desintegrar células y extraer de ellas determinadas partes para estudiarlas como lo hacen los físicos con los átomos.
Fragmentos celulares pueden manifestar muchas de sus actividades por algún tiempo. Consumen oxígeno, fermentan azucares y aun forman nuevas moléculas.
Estas actividades individualmente no constituyen la vida como tampoco el comportamiento de una partícula subatómica equivale al de un átomo intacto. La célula fragmentada ya no puede seguir viviendo indefinidamente; en consecuencia, concluimos que la célula es una unidad elemental que puede mantener la vida aunque, como lo hemos visto, es difícil definir la célula como una unidad.
Robert Hooke era un arquitecto del que se le conocen grandes obras tal como, el edificio que albergaba a la Royal Society.
Fue en el año de 1665 cuando Robert Hooke realizo un delgadísimo corte en un pedazo de corcho, que al ser observado al microscopio, le llevo a ver por primera vez una estructura tabicada que comparo con la de un panal de abejas. Ante esta observación, Hooke acuña el término célula, por derivación de la palabra celdilla pensando precisamente en las cavidades llenas de cera de los paneles de estos insectos.
Su interés no era conocer la estructura más íntima de la vida.
Paralelamente a Hooke, hubo otros individuos preocupados por conocer todo aquello que develaba ante nuestros ojos el nuevo descubrimiento, el instrumento óptico llamado microscopio. Marcelo Malpighi y Nehmiah Grewe en 1671, cada quien por separado, se dedicaron a estudiar la estructura de los órganos vegetales, y ahí encontraron formaciones que denominaron utrículos o vesículas, diferentes denominaciones para aquello que Hooke llamo células.
En otra línea de acción, pero por aquellos mismos tiempos, Antón Van Leeuwenhoek de Delft descubrió a los seres unicelulares de vida libre, bacterias, protozoarios e inclusive a los espermatozoides.
Las moléculas orgánicas son este constituyente fundamental de la corporeidad, analogable al humus que plantea Linneo, con el encontramos una visión más acorde a lo que es la estructura de los seres vivientes. Buffon plantea que las moléculas orgánicas forman al cuerpo, el cual se construye sobre la base de un patrón de organización, va a ser determinante para abrir paso después en el siglo XIX.
Las moléculas orgánicas se organizan para formar el cuerpo de acuerdo a un molde interior, un molde que definirá la forma en como las moléculas orgánicas se adosaran por atracción para generar la estructura corporal, de acuerdo a una especie de ley de constancia morfológica.
¿Qué es un molde interior?
Implica la entrada del material mineral en la parte en la que se va a fosilizar antes de que se disuelva; como ejemplo se encuentra la formación de las conchas fósiles, que conservan los detalles de la estructura del animal.
La explicación que da el conde de Buffon a la morfogénesis de los animales: Los animales y las plantas que se pueden multiplicar y reproducir por todas sus partes, son los cuerpos organizados compuestos de otros cuerpos orgánicos semejantes.
Para Buffon, hay una cantidad infinita de partes orgánicas vivientes en que la sustancia es la misma que en la de los demás cuerpos organizados; por eso afirma que: “De la misma manera que nosotros podemos hacer moldes con los cuales damos al exterior de nuestros cuerpos el aspecto que nos gusta, supongamos que la naturaleza puede hacer moldes con los cuales no solo da la forma exterior, sino la forma interior”.
Así, para Buffon debe existir una regla que definía la manera en cómo se organiza el cuerpo, el cual está constituido de partículas elementales.
Para el siglo XVIII, el constituyente elemental de los cuerpos al separas los músculos, los nervios o los tendones: se trataba de fibra.
La visión de Maupertuis se opondría a la visión de Haller, la cual elabora la teoría fibrilar como un elemento fundamental para explicar la organización del cuerpo.
Evidentemente todos los cuerpos están conformados por fibras, pero estás son de diferente naturaleza y están estructuradas de distinta manera, según sea la especificidad del tejido de que se trate.
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