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Rol del docente en la educación sexual


Enviado por   •  7 de Mayo de 2017  •  Tesis  •  29.283 Palabras (118 Páginas)  •  918 Visitas

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CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIÁTRICAS

PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA

NÚCLEO ANZOÁTEGUI

MAESTRÍA EN: ORIENTACIÓN DE LA CONDUCTA

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ROL DEL DOCENTE EN LA EDUCACIÓN SEXUAL DE LOS ESTUDIANTES CURSANTES DEL 9° GRADO QUE ASISTEN A LOS INSTITUTOS EDUCATIVOS U.E.C.P. “HOGAR AZUL” Y EL LICEO BOLIVARIANO “CREACIÓN CAIGÜIRE”. CUMANÁ, ESTADO SUCRE. AÑO ESCOLAR 2015- 2016.

AUTORA:

PROF: CABRERA, OMARLIN

TUTORA: MSc. NATHALIE SOTILLET 

MAYO DE  2017.

CAPITULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del problema

El aprendizaje es fundamental en la vida del hombre, el desarrollo humano no sería posible sin éste. Pues casi toda la conducta humana es resultado de dicho proceso. Sin duda, el ser humano aprende desde que nace hasta que muere, por lo que es un proceso importante en la vida del individuo. Al respecto, la lucha por adquirir cada vez más integralidad en el mismo no ha sido en vano, y hoy éste cuenta con un enfoque holístico, el cual implica ver al hombre como un “ser total”, es decir, en todas sus dimensiones: cognitivo, emocional, espiritual, física, social, sexual y personal.

Con esa finalidad, abordar el aprendizaje bajo esta perspectiva significa también hacer énfasis en la visión integral de la educación; y es precisamente dentro de este marco de referencia que surge la necesidad de estudiar la sexualidad como una parte esencial de la realidad de todo ser humano, dentro de su desarrollo biopsicosocial. Si bien es cierto, la sexualidad se manifiesta en todas las acciones del  individuo desde la forma de vestir, hablar, caminar entre otros, hasta en aquellas en que se demuestran los afectos, las relaciones con los demás y la búsqueda de la intimidad y el placer.

Sin embargo, en cada etapa de la vida de la persona, la sexualidad se va modificando, y está básicamente determinada por el aprendizaje adquirido en el medio que le rodea. Así mismo, que de una edad a otro los intereses sexuales van cambiando, coincidiendo generalmente con la edad cronológica tal como ocurre en la adolescencia.

En efecto, la adolescencia y sus cambios implican el inicio de una intensa sexualidad, creando en el adolescente una serie de sentimientos y emociones que muchas veces causan confusión; aunado a mitos y tabúes que evocan desde su etapa infantil y en ocasiones reforzadas por la inadecuada educación sexual que reciben de diversas fuentes (padres, grupo de pares, medios de comunicación, internet, revistas…), al intentar obtener detalles que les expliquen su sentir, de allí que muchas interrogantes no sean aclaradas generando dudas que de no ser bien orientadas, pueden dificultar el desarrollo de una sexualidad sana.

Es por eso que, los adolescentes necesitan estar educados sobre la sexualidad en todas sus manifestaciones; siendo el docente el principal promotor en el aula de clases como escenario propicio para brindar información clara y oportuna, que les permitan desmitificar tantas creencias e ideas erróneas. Al respecto, los docentes deben estar conscientes que la educación sexual debe favorecer la promoción de la sexualidad y poder brindar a los educandos, no sólo información, sino elementos que permitan integrar el conocimiento del cuerpo, el respeto a la intimidad, los valores personales, las creencias y los principios que le den sentido a la vida, contribuyendo a su desarrollo integral.

En efecto, el rol del docente es la función de carácter profesional que implica el desempeño de facilitador y orientador del proceso de enseñanza aprendizaje dentro del ámbito educativo. Cabrera, O. (2016[a])

En relación con lo expuesto, el rol que desempeña el docente es fundamental para que se propicie una educación sexual adecuada; debido a que ejerce una influencia de extrema importancia sobre las posibilidades de lograr un desarrollo equilibrado y armonioso del adolescente. Si bien, el docente tiene la responsabilidad de desempeñarse como facilitador de aprendizajes, debe proporcionar al educando contenidos a través de las estrategias de enseñanza para consolidar la conducta sexual responsable, coadyuvando en la formación sexual de manera sistemática y formal, adecuando contenidos acerca de la sexualidad acorde a las interrogantes y necesidades de los estudiantes.

Dentro de ese marco, el Currículo Nacional Bolivariano expresa: En el perfil del egresado y egresada que: “(…) éstos deben ser poseedores de conocimientos y valores acerca de la sexualidad, sustentada en la perspectiva de género” (2007: 63). Esto con el fin de que cada subsistema del Sistema Educativo  Bolivariano imparta y refuerce conocimientos sobre el tema de la sexualidad, colocando en el área del ser humano y su interacción con otros componentes del ambiente aspectos relacionadas con este tema, desde la anatomía del ser humano, prevención de infecciones de transmisión sexual hasta una educación sexual adecuada.

Por su parte, la educación sexual es el conjunto de conocimientos que se obtienen desde la infancia, tanto de manera informal como formal sobre la sexualidad en todas sus manifestaciones y que abarca aspectos biológicos, psicológicos y sociales. Cabrera, O. (2016[b]). En tal sentido Bianco (1991), enfatiza que: “La Educación Sexual tiene entre sus objetivos, el que se desarrolle un patrón de conducta responsable, el cual tiene su base fundamental en el “para qué” y no en el “por qué”. (p.70).  

Para esta autora, la educación sexual constituye un derecho fundamental de los adolescentes; y en ella, deben colaborar los docentes; ya que la misma debe promover una preparación teórica, que despierte vínculos y confianza en sus alumnos. De allí, que lo fundamental, es la posibilidad de desarrollar un trabajo educativo positivo, de valorización humana, aunque limitado en su alcance, a través de una intervención pedagógica adecuada, para facilitar al adolescente hacer uso correcto de su sexualidad como varón o como hembra, a ser responsable y a respetar al otro.

Sin embargo, la realidad en las instituciones educativas venezolanas es otra, pues no se les brinda a los estudiantes una educación sexual adecuada; es decir, la educación sexual en los liceos sólo se centra en transmitir conocimientos puramente biológicos, descuidando la parte afectiva y emocional del educando. Aunado a la situación, muchos docentes no crean espacios de interacción con los estudiantes donde se produzca el intercambio de ideas y experiencias para abordar de manera asertiva temas como: identidad sexual, importancia de la intimidad, autoejercicio de la función sexual (masturbación), entre otros; que permita indagar sobre el manejo de información que estos poseen y así corregir errores de concepto.

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