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SISTEMA ECONÓMICO NEOLIBERAL EN CHILE: ¿UN MODELO DE DESARROLLO?


Enviado por   •  31 de Octubre de 2013  •  4.877 Palabras (20 Páginas)  •  954 Visitas

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Observatorio de la Economía Latinoamericana

Número 32, octubre 2004

SISTEMA ECONÓMICO NEOLIBERAL EN CHILE: ¿UN MODELO DE DESARROLLO?

Sandra Ríos Núñez

sandra.rios@ulagos.cl

Universidad de Los Lagos

Osorno Chile

Para citar este artículo recomendamos utilizar el siguiente formato:

Ríos Núñez, S. (2004) “Sistema económico neoliberal en Chile: ¿Un modelo de desarrollo?” en Observatorio de la Economía Latinoamericana Nº 32 Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/index.htm

CONTEXTUALIZACIÓN

EL MODELO ECONÓMICO neoliberal chileno comenzó a gestarse el año 1956, al suscribirse un convenio de intercambio académico entre la Universidad Católica y la Universidad de Chicago. Ésta última tenía la intención de difundir sus ideologías en grupos de tecnócratas e intelectuales locales con el objeto de interferir en las políticas económicas de los gobiernos de la región, hecho que logró a medias, ya que el sistema económico chileno dista bastante del promovido por la Escuela de Chicago.

Las bases ideológicas del modelo no son nuevas. Ya en el siglo XVIII Adam Smith hablaba sobre los beneficios de la “mano invisible” y de la asignación “óptima” de recursos por parte del mercado. El modelo neoliberal sería, entonces, el renacimiento de la ideología perdida y relegada por las ideas de Keynes, las cuales dominaron el pensamiento económico después de la “gran depresión” y perduraron hasta mediados de los años 60.

En Chile, la introducción del modelo neoliberal vino de la mano de un grupo de economistas, de corte neoliberal, que participó en el diseño de la plataforma programática del Partido Nacional. Sin embargo, tuvieron que esperar hasta 1973 para ponerlo en práctica, cuando fueron convocados por la reciente Junta Militar.

No obstante, la ideología más ortodoxa del neoliberalismo no fue implementada inmediatamente, puesto que los militares fueron, al comienzo, reticentes a la idea de privatizar las empresas estatales y entregar al mercado la asignación de los recursos. Pero a poco andar, los logros conseguidos en materia de control de la inflación, del déficit fiscal y del restablecimiento de los equilibrios básicos los hizo cambiar de opinión.

No fue extraño, entonces, que en Chile se implantaran políticas económicas de corte liberal, pues las dictaduras militares que operaban en gran parte de América Latina, entre los años 60 y 70, dieron el marco propicio para el intento. Sin embargo, luego de ciertos fracasos en las políticas económicas, muchos de esos países optaron por modelos económicos mixtos, más heterodoxos, que conservaran aspectos de los modelos estructuralistas con algunos matices neoliberales.

La situación chilena fue totalmente distinta, ya que aquí no sólo se mantuvo el modelo, sino que además se profundizó, de modo que Chile ostenta el título de ser el país con el modelo liberal más radicalizado en el mundo, superando incluso a la Gran Bretaña de Margaret Thatcher, quien se propuso crear un nuevo sistema económico basado en la desregulación, liberalización y privatización.

A pesar de los éxitos iniciales, el modelo comenzó a evidenciar ciertas fallas, lo que refleja la idea que los modelos monetarios eran concebidos con enfoques de corto plazo, por lo que no era extraño que los resultados de las políticas implementadas tuviesen resultados visibles en el mismo período.

No obstante, tanto la historia como el tiempo, han demostrado que las decisiones adaptadas tuvieron efectos negativos en el mediano y largo plazo. Uno de los ejemplos más categóricos fue la crisis económica de 1982. Es más, el mismo Milton Friedman (ideólogo del modelo neoliberal) manifestó sus dudas sobre si volvería a impulsar un modelo como éste.

La críticas no provienen sólo de acá. También se hicieron desde su casa matriz –Chicago- debido a que el modelo fue aplicado de manera ortodoxa, no reparando en las diferencias que involucra el medio y la situación económica existente.

PRO-EMPRESAS ANTE QUE PRO-MERCADO

Hay dos variantes que no fueron consideradas y que tienen relación con las grandes diferencias que existen entre el modelo pro-mercado y el pro-empresas. El primero supone que el mercado libre es el mejor asignador de recursos; el segundo establece el dominio del sector privado por sobre el Estado.

El modelo aplicado en Chile comulgó con el segundo modelo. De ahí que se terminó concentrado las empresas en pequeños grupos de poder, los que se han convertido en un Estado dentro de otro Estado.

En la práctica, esto ha significado una pugna entre el Estado y las empresas, que se evidencia cuando el primero trata de llevar a cabo acciones que, desde la perspectiva de las empresas, les perjudican abiertamente.

Este pensamiento quedó anclado durante la dictadura militar. Ahí se impuso un sistema donde las metas del crecimiento económico global pasaron a ser el objetivo primordial y se relegó a un segundo plano cualquier política tendiente a mejorar la distribución de la riqueza. De ahí que los gobiernos hayan perdido casi la totalidad del poder necesario para cumplir con los objetivos de carácter social.

Una contradicción de la economía de mercado es la concentración de los medios productivos o monopolios encubiertos, que también afecta el desarrollo del país. Pero el peor legado de estos 30 años de modelo neoliberal, es el anquilosamiento instalado en nuestra sociedad, haciéndonos creer que no hay otra forma de gestión económica posible.

Es cierto que el modelo generó un gran crecimiento económico durante los noventa, pero la estructura de la distribución del ingreso se estancó e incluso sigue empeorando. Mientras en 1990 la relación entre el ingreso del 20% más pobre y el 20% más rico era de 14 veces, el año 2000 esta diferencia llegaba a 15,3 veces.

Es un hecho que el sistema económico imperante es a todas luces discriminatorio, monopólico y sectario. Sólo algunos pocos, amparados bajo el régimen autoritario, pudieron sentar las bases de una economía que lejos de corregir las diferencias o de ampliar la propiedad, tiende a concentrarse aún más.

Por ahora, sólo nos queda esperar que en algún momento la sociedad reaccione y entienda, que bajo un modelo tan desigual, la economía tenderá a estancarse y a colapsar. El crecimiento económico no genera mejor distribución de la riqueza, por lo menos bajo el modelo económico chileno.

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Se ha generalizado la opinión

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