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SOCIEDAD, MEDIO AMBIENTE Y POLITICA AMBIENTAL


Enviado por   •  1 de Septiembre de 2022  •  Resumen  •  1.899 Palabras (8 Páginas)  •  81 Visitas

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REPORTE 1

SOCIEDAD, MEDIO AMBIENTE Y POLITICA AMBIENTAL 1970-2000

Se inicia con una revisión de las ideas prevalecientes en los años sesenta y setenta y de la manera en que se empieza a configurar la idea moderna de lo ambiental. Se propone que desde los años setenta México, al menos en el plano discursivo, se mantiene al día con la evolución internacional del pensamiento y de las propuestas de política para corregir sus problemas ambientales. En todos los casos se pone énfasis en el contacto que mantienen académicos y funcionarios públicos mexicanos con lo que ocurre en el ámbito internacional. El medio ambiente remite a la posibilidad de pensar la naturaleza en su relación con lo humano, como un producto de su intervención, resultado último del impacto de la acción del hombre sobre su medio natural. Lo ambiental es un acontecimiento histórico, hecho social y natural ligado estrechamente con una época, con una mirada, con una manera de entender y, sobre todo, de percibir y vivir la vida. Los problemas ambientales no son nuevos, ni en México ni en el mundo; han existido desde siempre, con la propia aparición del hombre en la Tierra. Estos problemas, hoy día son vistos y vividos de una manera distinta. La revolución industrial los magnificó al darle al hombre una inmensa capacidad para impactar a su medio y, además, hizo más abierta la relación utilitaria con la naturaleza: la redujo a recursos naturales, a materias primas.

La política ambiental emerge como la posibilidad de prevenir, encausar o corregir el impacto humano sobre el medio ambiente natural, en la política ambiental se expresan también las épocas históricas, las concepciones del mundo de cada periodo, las sensibilidades y percepciones sociales; una política ambiental no es, por lo tanto, sólo un territorio técnico-burocrático de diseño y operación de programas; es, al mismo tiempo, lugar de confluencia de los distintos factores y fuerzas que orientan el rumbo de la sociedad en su relación con la naturaleza, vista ésta sobre todo como la fuente proveedora de recursos de vida y, especialmente, de recursos naturales para la vida humana; el daño ambiental que la gente percibe no es tanto el que se produce en las áreas rurales; no son los problemas de pérdida de la biodiversidad, noción inexistente por esos años. El problema ambiental que se construye en México, el que empieza a generar conciencia y que es motivo de la naciente preocupación ambiental a fines de los años sesenta es el más visible y mediáticamente difundido de la contaminación atmosférica en grandes ciudades, en particular en la ciudad de México. La preocupación ambiental en el mundo es ya una prioridad desde principios de los ochenta. El Informe Brundtland recoge la idea de que, sin tocar los fundamentos de la moderna sociedad industrial, es posible corregir sus excesos, recuperar la naturaleza perdida y, despejando las dudas prevalecientes entre los especialistas, lograr un desarrollo duradero, sostenido o “sustentable”, término con el que a partir de entonces se empezó a llamar de manera más generalizada a los intentos por armonizar el desarrollo y el medio ambiente y que, además de plantear la necesidad de asegurar la continuidad de la civilización occidental, introducía la noción de justicia transgeneracional al plantear el principio de que nosotros, los habitantes del mundo de hoy, debemos heredar a las generaciones futuras un capital natural al menos equivalente a aquel que recibimos. La ciencia, la tecnología y su aplicación para optimizar los sistemas productivos y los recursos de la administración son los principales factores puestos en movimiento bajo el discurso de la sustentabilidad. El orden social, los fundamentos de la desigualdad, las relaciones de poder y el marco valorativo de la moderna sociedad industrial no son cuestionados. Los noventa son sin duda los años de difusión de la idea del desarrollo sustentable y de otra que le es afín: la globalización. El discurso de la sustentabilidad se apoderó de la década de los noventa en todo el mundo, primero en el desarrollado y después, o simultáneamente, en el no desarrollado. El desarrollo sustentable implica una concepción de lo ambiental que ve al mundo de manera unificada, global e interrelacionada, de tal manera que las causas y consecuencias de los problemas ambientales no pueden restringirse a sus ámbitos locales, regionales o nacionales, sino que deben ser pensadas como resultado de interacciones en todos sus niveles de existencia y causalidad. Del año 2000 en adelante las ideas del desarrollo sustentable en el discurso ambiental del gobierno mexicano están presentes no sólo en las oficinas encargadas de la gestión ambiental, sino que es posible encontrarlas como una parte esencial y legitimadora del discurso de toda la administración pública.

La política ambiental mexicana, que data desde los inicios de la década de los setenta, se ha sustentado en un discurso vigoroso, moderno y renovado constantemente por su permanente diálogo con el exterior. El marco jurídico e institucional y las formas discursivas han estado de alguna manera a la altura de sus contrapartes en el extranjero, incluso de las de los países desarrollados. La persistencia y, en algunos casos, el agravamiento de los problemas ambientales, del deterioro y daño ambiental no hay que buscarlos en lo jurídico y en lo institucional, sino en la escasa correspondencia entre un marco jurídico y un arreglo institucional sumamente avanzado y sofisticado, vestido y legitimado por un discurso ambiental de vanguardia, con una incapacidad para tomar acciones concretas o para hacer cumplir la legislación y normatividad existentes. El medio ambiente, a través de sus distintos medios, agua, aire y suelos, muestra escasas mejorías y en algunos casos el daño se acentúa, en México en los años setenta el problema demográfico, la crisis económica y los problemas ambientales son vistos con carácter de urgente y son considerados como objetos de una intensa actividad planificadora que alcanza su mejor momento en el sexenio 1976-1982.

Los avances en materia ambiental, en muchos casos, son únicamente de carácter formal, en el plano normativo y discursivo, pero no en el terreno concreto de los problemas y de la detención, prevención o remediación del daño ambiental. Una gran proporción de las leyes y normas ambientales no se cumple por omisión, corrupción, incapacidad de la autoridad para vigilar, por ausencia de poder gubernamental para imponer la ley en presencia de agentes poderosos tanto en las esferas públicas como privadas. Estos y otros motivos explican los escasos progresos en materia ambiental que se observan en México después de cerca de cuatro décadas de avances normativos e institucionales.

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