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Salud Y Nutrición En Los Primeros años De Vida


Enviado por   •  3 de Junio de 2014  •  2.446 Palabras (10 Páginas)  •  408 Visitas

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Desde hace mucho tiempo, los nutricionistas y otros profesionales de la salud reconocen la importancia de establecer prácticas de nutrición saludables durante la niñez y la temprana adolescencia. La dieta y el ejercicio adoptados durante estos años fundamentales para el desarrollo preparan el terreno para adquirir hábitos para toda la vida que pueden marcar la diferencia entre la vitalidad y la falta de ella en años futuros.

Nutrición infantil

El período que va desde el nacimiento hasta los dos años de edad es una ventana crítica para la promoción del crecimiento, la salud y el desarrollo mental óptimos. Sobre la base de estudios longitudinales, se ha comprobado que también es la edad pico donde aparecen trastornos del crecimiento, ciertas deficiencias de micronutrientes y enfermedades comunes de la niñez, como la diarrea. El déficit nutricional que se produce durante estos años formativos tiene consecuencias inmediatas y a largo plazo. Las consecuencias inmediatas incluyen el retraso en el desarrollo motriz y mental. Las consecuencias a largo plazo se asocian con deterioros del desempeño intelectual, de la capacidad de trabajo, con consecuencias en la capacidad reproductiva y en el estado de salud general durante la adolescencia y la edad adulta. Por estos motivos, la nutrición adecuada es esencial para que el niño desarrolle todo su potencial humano.

Las guías de alimentación de la Organización Mundial de la Salud y UNICEF propician la alimentación exclusivamente dando el pecho durante los primeros seis meses de vida y la continuación de este tipo de alimentación, junto con alimentación complementaria adecuada, hasta los dos años de edad o más. La alimentación con leche materna tiene beneficios nutricionales e inmunológicos para el niño. Además, la actual evidencia científica demuestra que la alimentación con leche materna puede tener un efecto protector contra la obesidad infantil. Aunque bien se recomienda altamente dar el pecho, si no es posible, la fórmula infantil fortificada con hierro también es aceptable para los niños.

La alimentación complementaria es apropiada cuando no es suficiente, por si misma, la alimentación con leche materna para cubrir los requerimientos nutricionales del niño, y cuando se necesitan otros sólidos y líquidos sumados a la leche materna. El aprestamiento del desarrollo para ingerir alimentos complementarios varía considerablemente de un niño a otro. La Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics - AAP) recomienda a los padres introducir los primeros alimentos complementarios entre los cuatro y los seis meses de edad.

De acuerdo con la AAP, los bebés deben ser alimentados primero con alimentos simples y básicos. La mejor opción es un cereal para bebés de un solo tipo de grano fortificado con hierro. A menudo se recomienda el cereal de arroz molido semilíquido porque no contiene gluten y se asocia con menos frecuencia a una respuesta alérgica (el gluten es una proteína que a veces puede provocar reacciones alérgicas). El hierro que contiene el cereal fortificado para bebés ayuda a prevenir la anemia por falta de hierro, un trastorno nutricional común durante la infancia (aproximadamente a los seis meses de edad, se pierden los depósitos naturales de hierro en el bebé). Una vez que los bebés logran dominar esto, pueden pasar gradualmente a los alimentos colados o en puré y, en algún momento entre los siete y los diez meses de edad, pueden comenzar a comer alimentos de mesa cortados en trozos muy pequeños. Además de la edad, a continuación incluimos algunos indicadores para saber si el bebé está listo para comenzar a ingerir alimentos sólidos:

•El bebé se sienta con ayuda o con apoyo.

•Cuando está acostado boca abajo, el bebé se levanta usando los brazos con los codos extendidos.

•El bebé muestra interés en la comida cuando otros comen.

De a uno por vez es el mejor método para introducir nuevos alimentos en los bebés. Esto les da oportunidad de acostumbrarse a nuevos sabores y texturas y permite a los padres identificar reacciones adversas a alimentos específicos. Si un alimento en particular provoca una reacción (por ejemplo: diarrea, inflamación, gases), debe ser eliminado de la dieta durante uno a tres meses antes de dárselo nuevamente. Los estudios sugieren que aproximadamente al año de edad, la mayoría de los bebés pueden tolerar alimentos que antes les provocaban reacciones. Si se da a los bebés una variedad de alimentos y sabores en los primeros dos años de edad, esto puede aumentar la probabilidad de que prueben nuevos alimentos.

Los bebés siempre deben estar sentados para comer o beber, en una posición tal que puedan ver la cara de la persona que les da de comer. Los momentos de la comida ofrecen oportunidades importantes para que los bebés y quienes los cuidan sonrían, se rían y disfruten comer juntos. Además, no se debe dar de comer a los bebés cuando sus padres están apurados o apremiados por el tiempo. El apetito de cada bebé puede variar de un día a otro y ellos les harán saber a quienes los cuidan que están llenos dando vuelta la cara cuando se les acerca la cuchara o manteniendo los labios cerrados. Nunca se debe forzar a los bebés a comer después de que han dado señales de que están llenos. Por último, se aconseja a los padres evitar el uso de alimentos como recompensa o castigo de conducta.

En los niños menores de dos años de edad, las grasas en los alimentos tienen una función clave en la formación de los tejidos nerviosos vitales y del cerebro. Los profesionales de la salud no recomiendan dar alimentos reducidos en grasas a los niños de esta edad. Por ejemplo, se aconseja el uso de la leche entera en lugar de la leche total o parcialmente descremada.

Para ayudar a prevenir el desarrollo de caries dentales provocadas por la mamadera, quienes cuidan al bebé nunca deben llevarlo a dormir con una mamadera que contenga leche, fórmula ni otro líquido.

El crecimiento

Las recomendaciones nutricionales para niños de más de dos años difieren poco de aquellas indicadas para los adultos. Sin embargo, las recomendaciones para los niños están diseñadas para promover el crecimiento y el desarrollo óptimos y, por lo tanto, pueden no ser tan restrictivas como las de los adultos.

Una amplia variedad de alimentos ricos en nutrientes esenciales es necesaria para los cuerpos en crecimiento. Tal como lo indica el sistema de guías alimentarias del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, estos alimentos incluyen granos ricos en carbohidratos, frutas y vegetales necesarios para aportar vitaminas, minerales, fibra y energía vitales para la buena salud. Cantidades adecuadas de productos lácteos, carnes magras, pescado, carne de ave, huevos, frijoles secos y nueces

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