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Socialismo


Enviado por   •  14 de Enero de 2015  •  2.260 Palabras (10 Páginas)  •  178 Visitas

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Investigación: Socialismo

I. EL SOCIALISMO: UNA UTOPÍA ANTES DE MARX

1. Marx no fue el primero en pensar en una sociedad comunista. Antes de él hubo escritores que, haciendo una crítica de la sociedad en que vivían, llegaron a proponer soluciones de tipo socialista ya un comunista. Todos ellos deseaban una sociedad en que no hubiera antagonismo de clases, es decir, en que no existieran grupos sociales que tuvieran el monopolio de algún sector fundamental de la actividad social.

2. Se anunció la “planificación centralizada” de la producción, una “sociedad mundial” en que el poder estuviera en manos de los hombres de ciencia y de los dirigentes de la economía.

3. Se habló de la sociedad del futuro como una “federación de comunidades con gobierno propio”.

4. Se propuso eliminar la separación entre trabajo intelectual y manual; entre el trabajo industrial y agrícola. Pero muchas veces esto se hizo proponiendo soluciones que chocaban con el desarrollo natural de las fuerzas productivas. Se rechazó, por ejemplo, la producción mecanizada.

5. Se pensó en la transformación del trabajo en una actividad voluntaria que fuera un placer para cada individuo.

6. Se habló de unir la enseñanza y el trabajo productivo.

7. Se proclamó que la liberación de la mujer era necesaria para cualquier liberación en general. Se inventaron y organizaron guarderías infantiles.

8. El comunismo utópico propuso también la distribución de los productos según las necesidades. En la “Utopía” de Tomás Moro, cada uno recibe de los almacenes sociales “todo lo que necesita”.

9. Pero ¿por qué estos pensadores, que tenían tantas ideas buenas, no pudieron construir las sociedades con las que ellos soñaban?

10. Porque en la época en que ellos vivían no existía un capitalismo avanzado, todavía no se manifestaban en forma muy clara sus contradicciones, todavía no se habían producido las grandes concentraciones proletarias en los centros industriales.

11. Todos estos pensadores deseaban una sociedad más justa, pero no podían darse cuenta, en ese momento, de cuál era la clase social que iba a liberar al pueblo de todos los males producidos por el capitalismo. Ellos no consideraron, en sus modelos de sociedad, la resistencia que podían oponer las clases dominantes. Tampoco se formaron una idea correcta del papel que tiene el Estado en las sociedades de clase. No pensaron, por lo tanto, que el aparato de Estado burgués, al servicio de las clases dominantes, iba a ser usado por estas clases para oponerse a la implantación de una sociedad gobernada desde su propia base.

12. Por último, el punto central de sus debilidades fue el método que pensaban usar para implantar la sociedad ideal: simplemente por medio de la propaganda o de una serie de decretos. La lucha de clases estaba ausente de sus pensamientos. Creían más bien en la bondad natural del hombre, en la posibilidad de llegar a arreglos amistosos entre los intereses antagónicos de los diferentes grupos dela sociedad.

II. DEL SOCIALISMO UTÓPICO AL SOCIALISMO CIENTÍFICO

13. Marx, junto a Engels, fue el primer pensador que no se limitó a “desear” una sociedad nueva y justa, donde desapareciera la explotación del hombre por el hombre. Realizó un estudio a fondo del régimen capitalista, de sus leyes de funcionamiento y de la lucha de clases que éste produce. Por ello fue capaz de mostrar cuáles eran los mecanismos y cuál era la clase social que iba a poder destruir el sistema capitalista e implantar el nuevo sistema social con el que muchos habían soñado sin ser capaces de indicar cómo llegar a realizarlo.

14. Marx y Engels, por medio de este estudio científico de la sociedad, descubrieron la contradicción fundamental del sistema capitalista: la contradicción entre el carácter cada vez más social de las fuerzas productivas y la propiedad privada cada vez más concentrada de los medios de producción. Es esta contradicción la que explica el rápido desarrollo del sistema capitalista en sus comienzos. Sin embargo, este motor del desarrolla capitalista llega a transformarse en su propio freno en un momento determinado de su desarrollo. La propiedad privada de los medios de producción era en un comienzo “una camisa adecuada” al desarrollo que tenían entonces las fuerzas productivas. Pero, al crecer éstas, la propiedad privada se transforma en una “camisa demasiado estrecha” que frena su desarrollo. Por eso, es necesario deshacerse de este freno, es decir, de la propiedad privada de los medios de producción, para poder adquirir la libertad de movimientos que permita planificar la producción al servicio de la sociedad.

15. A medida que se desarrolla la contradicción entre la socialización de las fuerzas productivas y la propiedad privada de los medios de producción, se desarrolla también la contradicción entre el proletariado y la burguesía, es decir, entre autores de la producción social y los acaparadores de sus frutos debido a que son los propietarios de los medios de producción. La creciente concentración de los medios de producción en un número cada vez más pequeño de capitalistas aumenta la masa de los desposeídos, de los que tienen que vender su fuerza de trabajo para poder sobrevivir. Pero, con el desarrollo del sistema, la clase obrera no sólo crece, sino que va concentrándose cada vez más en las zonas industriales. Esto ayuda a que los obreros adquieran conciencia de clase, es decir, que se vean a sí mismos como una clase social explotada por el sistema: que crea las riquezas qué van a parar a los bolsillos de los capitalistas y está sometida al control capitalista dentro de la fábrica. Además, la socialización del trabajo dentro de la fábrica crea hábitos de organización, de disciplina y solidaridad, que ayudan a que esta clase se de una organización que le permita destruir el sistema de explotación al que está sometida. Por eso Marx, en el Manifiesto Comunista, dice que el sistema capitalista “produce a sus propios sepultureros”.

16. Marx y Engels llegaron, por lo tanto, a plantear que “el modo capitalista de producción, al convertir más y más en proletarios a la inmensa mayoría de los individuos de cada país, crea él mismo la fuerza que, para librarse de la explotación, está obligada a hacer la revolución”. Además, este sistema hace que el Estado capitalista pase a ser el propietario de grandes medios socializados de producción, como son el transporte, la energía eléctrica, etc., porque ellos no producen suficientes ganancias en manos privadas. Al verse obligado a hacer esto, el propio sistema señala ya por sí mismo el camino por el que esa revolución va a producirse. El proletariado toma en sus manos el poder del Estado y comienza a convertir todos

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