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Sociologia Y Sociedad


Enviado por   •  17 de Mayo de 2013  •  3.704 Palabras (15 Páginas)  •  676 Visitas

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C A P I T U L O 7.

SOCIALIZACIÓN

E

IDEOLOGÍA.

El presente capítulo se ocupa de cómo las percepciones que los hombres tienen de la realidad responden a experiencias vividas anteriormente por otros seres humanos; de la forma en que la interacción con otros hombres desarrolla nuevas ideas, y de cómo las teorías de la socialización y la ideología explican este proceso.

Integración social

Educación y socialización

El malestar en la cultura

Socialización política

Teoría marxista de la ideología

Ideología y discurso

Medios de comunicación

y culturas de masas

COMO VIMOS EN EL CAPÍTULO SOBRE LA CULTURA, los hombres no sólo viven colectivamente, también piensan colectivamente. Sus ideas, creencias, mitos y percepciones del mundo proceden en su mayor parte de la propia sociedad en que viven dentro y fuera de ella, del grupo social que pertenecen. Por ello el sociólogo alemán Karl Mannheim sostiene que es incorrecto decir que el hombre “piensa”. Es más cierto, asegura, decir que, “participa en el pensar que otros hombres han pensado antes que él”.

Esto significa que la capacidad intelectual del hombre se desarrolla a partir de formas de pensamiento que constituyen respuestas a situaciones resueltas anteriormente por otros seres humanos. Muchos antes que él explicaron la realidad, dieron nombre a las cosas, instruyeron normas y principios, y delimitaron lo malo y lo bueno, lo justo y lo prohibido. En este sedimento cultural el que sirve de base al hombre para que, siempre en interacción con otros hombres, desarrolle ideas nuevas, amplíe los límites de su conocimiento del mundo y, a partir de ello, transforme su propia realidad. Sin embargo, esto también implica que el hombre es un producto de la sociedad: junto con sus propias ideas, la sociedad conforma y moldea el carácter y la personalidad del ser humano, otorgándole una uniformidad que en la mayoría de los casos lo convierte en un individuo adaptado, conforme con la realidad que vive.

El panorama nos puede parecer poco estimulante: ¿se halla el hombre atrapado en una especie de prisión espiritual de la que sólo puede escapar renunciando a si esencia social? ¿Por qué la sociedad necesita uniformar el pensamiento de sus integrantes? ¿Cómo avanzan y se modifican entonces las ideas? Diversos autores han dado respuesta a éstas y otras interrogantes a partir de dos puntos de vista teóricos que, de alguna manera, se complementan, además de que se han enriquecido con numerosos aportes; se trata de las teorías de la socialización y de las ideologías.

Integración social

La socialización se puede definir como el proceso de internalización de las conductas, normas y valores que rigen una sociedad; es decir, la forma paulatina en que el hombre, desde sus primeros años, se familiariza con una serie de comportamientos y principios que, al hacerlos suyos –al internalizarlos-, le permiten el acceso a la vida social.

La leyenda, repetida en muchas épocas y latitudes, del niño que, criado entre fieras, incorpora las habilidades y costumbres de éstas a su naturaleza superior (Tarzán de los Monos; Mowgli, el niño de la selva), subraya la capacidad imitativa del niño pero idealiza la fuerza de su esencia humana. Lo más seguro es que si el niño no convive con otros seres humanos, si no ve cómo reaccionan éstos ante diversos estímulos, cómo utilizan sus habilidades y sus sentidos, no aprenderá a ser uno de ellos; así el niño criado entre monos o lobos se acercará más a ser un mono o un lobo a ser un verdadero hombre. A pesar de su inteligencia superior y sus características físicas particulares, el hombre, como lo han comprobado diversos experimentos, requiere para sobrevivir de la vida colectiva, incluyendo en ella los aspectos como el afecto y el amor.

La pedagogía moderna, interesada en las etapas del desarrollo mental del niño como la de Jean Piaget, estudia la combinación de los factores biológicos (evolución cerebral, aparato locomotor) con los derivados de la propia sociedad. Para Piaget, las influencias del medio ambiente “adquieren una importancia cada vez mayor a partir del nacimiento, tanto desde el punto de vista orgánico como del mental. La psicología del niño no puede limitarse a recurrir a factores de maduración biológica, ya que los factores que han de considerarse dependen tanto del ejercicio o la experiencia adquirida, como la de la vida en general”.

Desde pequeño, el niño descubre la realidad que lo circunda guiado por la experiencia de su grupo familiar, sus maestros, sus amigos y compañeros, los libros que lee y las formas culturales a las que está expuesto. En el mismo proceso adquiere diversas aptitudes y formas de comportamiento que lo convierten en un miembro más de la sociedad de que se trate. La socialización de un niño nacido en un país de guerra diferirá enormemente de aquel que sólo ha conocido tiempos de paz. El primero sabrá cómo reaccionar ante el peligro, aprenderá desde pequeño a manejar un arma, estará acostumbrado a la inestabilidad y al miedo, cosas que el segundo no ha tenido necesidad de aprender. De la misma manera, un niño que esta socializado en el campo no está preparado para el tráfico intenso a la aglomeración de la ciudad.

Cada sociedad particular, y dentro de cada grupo social, crea formas culturales y normas de comportamiento que transmite a las nuevas generaciones. Así, muchos autores han visto que el proceso de socialización es, por un lado, un proceso de interiorización de normas y de valores y, por el otro, un proceso de aprendizaje de actuaciones.

Al mismo tiempo que el niño aprende las normas y principios necesarios para la convivencia social, también aprende las conductas asociadas al papel que cada individuo desempeña en la sociedad. De acuerdo con los sociólogos que han estudiado esta perspectiva, lo anterior ocurre a través de dos etapas: la socialización primaria, que se produce en los primeros años de vida del niño, principalmente a través de la familia y la educación elemental; y la socialización secundaria, que se adquiere a través de la escuela, los amigos, el grupo social ampliado (la pandilla, los vecinos, la aldea) y más tarde de las relaciones de trabajo y otras formas de asociación que hemos descrito al analizar grupos secundarios en el capítulo 3.

La socialización primaria es la más importante, ya que a través de ella se establecen las relaciones de autoridad y se asignan inicialmente las conductas correspondientes al futuro papel social del niño. No sólo a través de la observación del padre y

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