Sociologia

Balance Agrícola

POR Alfredo Saltos Guale

Sábado 31 Diciembre 2011 | 00:00

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A la culminación del año 2011 conviene realizar un somero análisis de los más significativos resultados alcanzados por el sector, tomando como punto de razonamiento las cifras provisionales del Banco Central, en las que se constata que luego de haber reflejado un nulo crecimiento en el período anterior, se revierte esa figura al término de esta jornada, con un aumento cercano al 5%, y firme contribución a la evolución del producto interno bruto nacional, efectivamente uno de los más altos de Latinoamérica.

Examinando nuestros productos agrícolas primarios, banano y plátano, estarían cruzando la curva de los dos mil cien millones de dólares, estableciendo un nuevo récord de exportación; el camarón rebasaría también los mil cien millones; cacao en grano, pasaría los ciento diez millones de dólares; las flores naturales llegarán a más de seiscientos millones e inclusive el café remontará ciento treinta millones. Entusiasma saber que los elaborados de café y cacao llegarían a niveles mayores del 2010, trazando una clara tendencia de superación económica y social, por agregar valor a sus ventas internacionales.

En lo interno continuamos siendo autosuficientes en arroz, caña de azúcar, casi logramos el abastecimiento total para el consumo de pavo y no dependemos de importaciones para nuestras necesidades de carne de pollo y hasta exportamos leche a Venezuela. Sin embargo, seguiremos siendo dependientes del mercado externo en la provisión de maíz duro y soya, claves para la elaboración de alimentos balanceados para una industria que crece en volumen, tecnología y calidad. La balanza comercial agrícola concluirá con su típico saldo favorable.

El gobierno queda en mora con su pueblo en cuanto a la ejecución de su publicitado plan, que aun no despega, de substitución de importaciones agrícolas, cerrando la posibilidad de generar mano de obra directa y aportes para la producción global del Ecuador, como hubiese sido poner en agresiva marcha la siembra masiva, con comercialización y precios justos asegurados, de maíz duro, soya, algodón, cebada y trigo.

En fin, ha sido un año positivo para la agricultura en general, pero negativo en cuanto a la equitativa distribución de los beneficios que ella provoca, pues fueron ineficaces las medidas para promover el correcto pago a los agricultores, principales artífices de ese plausible desarrollo.

Nos preocupa, que luego de la sequía que agobia a la provincia, se vaticine para los próximos cuatro años un fenómeno del Niño de impredecibles consecuencias, cuyo impacto obliga inmediatas medidas preventivas. <

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