Sociologia

En este siglo XXI, Enfermería se ha insertado en este mundo globalizado con grandes desafíos, ya que la práctica se está volviendo cada vez más sofisticada y polivalente, dentro de un contexto multidisciplinario y con acciones muy flexibles. Las condiciones de la práctica profesional tienden a transformarse diariamente por los efectos del desarrollo tecnológico, de los sistemas de comunicación computarizados, por los cambios epidemiológicos del fenómeno del envejecimiento de la población aumentando las enfermedades crónico-degenerativas , la aparición de nuevas enfermedades como el SIDA y de otras que se creían ya erradicadas, que tienen estrecha relación con la pobreza.

LA SALUD COMO FENÓMENO SOCIAL.

“La salud es un problema muy serio para ponerlo sólo en manos de los médicos”

Voltaire.

La salud y la enfermedad representan en gran dimensión, un problema que han tenido que abordar diferentes disciplinas, a través de la historia pero con mayor auge en el siglo XXI, la aparición de nuevas enfermedades y el aumento exacerbado de padecimientos crónicos que dirigen a un panorama que desequilibra no solo al ser humano como tal, sino además impacta en aspectos; económicos, psicológicos y sociales que declinan el alcance de la salud.

La salud como valor humano ha adquirido, en esta época histórica, distinta significación social de acuerdo al sistema socioeconómico, tradicionalmente se han dado versiones diferentes del concepto de salud; no obstante la definición elaborada por la Organización Mundial de la Salud considerada como la más universal: “ Es un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solo la ausencia de enfermedad y dolencia” de tal manera se podrá estar en armonía con el medio ambiente, entonces ¿qué controversia genera saber quien goza de salud?.

La salud pública se mueve en una época de grandes avances en el conocimiento científico, se empiezan a dar importantes cambios demográficos y las pirámides de población se invierten, es decir, tenemos menos natalidad y por tanto; más gente de edad avanzada que jóvenes y niños. El médico se combina con la robótica y cibernética, el hombre se ha deslindado de la materia ambiental así como de su propia salud y se ha olvidado de la prevención como prioridad, el tema de salud solo se ve como curativo, resultado de la economía, la industrialización, las masas sociales de pobreza-opulencia, profesionales-analfabetas, sociedades urbanas e indígenas.

El principal reto es el de promover la prevención de las enfermedades y no solo la resolución del padecimiento pues el costo de la prevención es mucho más barato que la curación y tratamiento de la misma, para lograr integrar al hombre nuevamente a su entorno social, de tal manera, se necesita concientizar y racionalizar a todos de que la prevención es infaliblemente la necesidad primordial del hombre para preservar la vida con salud.

Al revisar las características del Sistema de Salud Mexicano, es evidente que desde sus inicios ha enfrentado el problema de ampliar la cobertura a todas las zonas del país, sobre todo a las más remotas y pobres. Esta tarea ha estado a cargo principalmente de los servicios que brinda la Secretaria de Salud y el IMSS, los que permiten que una persona pobre o que no cuenta con la seguridad social, tenga la posibilidad de acudir a estos servicios a cambio de un costo mínimo o nulo.

En el periodo de 1990 a 1999 se impulsaron varias reformas entre las que se incluye un proceso denominado “descentralización” de los sistemas de salud, que consiste de manera esencial, en otorgar a cada entidad federativa; la autoridad para ejercer funciones y responsabilidades con más independencia del gobierno central, asignando al mismo tiempo los recursos correspondientes.

Así, se permitió que los Estados decidieran de algún modo qué programas aplicar de acuerdo con la situación de cobertura pobreza y necesidades primordiales de su población. La prestación de servicios de atención médica y de salud pública de la secretaria de salud Federal, pasó así a la Secretaría de Salud Estatales. Estos eventos constituyen los inicios, que han dado pie a lo que se denomina “tercera generación de reformas”, mismas que se impulsaron con base en el reconocimiento de que el sistema de salud Mexicano actual tiene muchos problemas que han repercutido en la salud de la población y su calidad de vida.

En México, durante el 2002 se estableció el “seguro popular”, que al año siguiente se incorporó en la ley general de salud en el titulo tercero bis: “El sistema de protección social en salud”. Con este seguro se busca, según las autoridades, que la población cubierta por el programa cuente con las medidas preventivas, de atención ambulatoria y de hospitalización que las autoridades consideran indispensables para mejorar las condiciones de salud de la población sin seguridad social y para evitar gastos catastróficos a su bolsillo.

Al examinar el programa, se contaba con un sistema casi gratuito, en el que, con el gasto público se pagaban los servicios de salud para aquellos que no contaban con recursos para pagarlos por sí mismos. Sin embargo el sistema de salud, de modo progresivo fue cobrando cada vez más cuotas de recuperación (por las recomendaciones del banco mundial), con la que cada vez se hizo más costoso, de forma que una persona pobre no podía atender su enfermedad o si pagaba esas cuotas, entraba en una catástrofe financiera, en muchos casos viéndose orillada a vender sus escasos vienes.

Ante esto, en lugar de avanzar hacia un sistema universal para todos, financiado por los impuestos generales se impulsó en cambio un sistema pre-pagado tipo seguro, mediante el cual los pagos se hacen poco a poco, los gastos grandes son compensados con las contribuciones de los impuestos. De esta forma, la atención toma una forma claramente mercantil, pero ahora con el sistema de prepago.

Es importante mencionar que el seguro popular atiende a las personas de acuerdo a un “catálogo de servicios” esto quiere decir que no cubre a la persona de las enfermedades que pudiera padecer.

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