Stephen Hawking

Stephen Hawking y García Márquez. ¿Vida extraterrestre?

La cátedra lucassiana de matemáticas de la universidad de Cambridge fue fundada en 1663; su segundo titular fue Issac Newton. Durante treinta años el notable físico y cosmólogo Stephen Hawking ocupó este puesto conocido como “la silla”, que honra una gran tradición del conocimiento. Estamos sin duda ante una de las mentes más brillantes de nuestros tiempos.

Uno de los rasgos que distinguen a Hawking es que no sólo tiene una gran pasión por el conocimiento, también le interesa difundirlo. Por eso nos ha entregado libros como breve historia del tiempo, uno de los fenómenos editoriales más sorprendentes debido a su penetración en la cultura popular. Su incursión en la televisión para dar a conocer los avances científicos ha dejado también una profunda huella en la imaginación colectiva; el trabajo más reciente en esta área se titula into the universe transmitido por Discovery Channel.

A pesar de sufrir esclerosis lateral amiotrófica que lo mantiene en una silla de ruedas, Hawking narra los episodios auxiliado por un sintetizador de palabras y un locutor que agiliza la expresión del pensamiento del gran científico. Loa capítulos de la serie se abren con ecuaciones a través de un cristal a través del cual podemos verlo desde lejos. La cámara realiza un close up al rostro del físico mientras él dice con voz robótica: “Mi nombre es Stephen Hawking, físico, cosmólogo y, en cierta forma, un soñador. A pesar de que no puedo moverme y que debo hablar a través de una computadora, en mi mente tengo una gran libertad. La cámara se enfoca a uno de sus ojos, que brilla con inteligencia. Entramos dentro del ojo y se abren imágenes que nos remiten a la vastedad de las galaxias. El pensamiento de Hawking continúa en otra voz: “Soy libre para explorar el universo y para plantearme grandes interrogantes como: ¿existen los extraterrestres?

De eso trata el primer capítulo de la serie y uno realmente se sorprende que este genio aborde un tema tan delicado. Siguen las preguntas de Hawking: ¿Dónde podríamos encontrarlos? ¿Cómo se verían? ¿De qué están hechos? Si los conociéramos, ¿Qué significaría para la humanidad? Hawking señala que con frecuencia en sus viajes le hacen este tipo de preguntas. Sin embargo no las considera fuera de contexto porque “apuntan directamente a nuestra visión del lugar que ocupamos en el universo”. Su lógica trata de dimensionar el problema:

“¿Estamos solos en nuestra pequeña y redonda pelota azul? Pienso que probablemente no. Por una sencilla razón. El universo es grande. Realmente enorme. Nuestro planeta es solo uno de los ocho que giran alrededor de nuestro sol que tampoco es demasiado especial, pues solo es una de las más de doscientos mil millones de estrellas de la enorme espiral de nuestra galaxia. La vía Láctea es tan grande que algunas veces me es difícil

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