Temporada de huracanes
Enviado por Jessrmz • 11 de Noviembre de 2019 • Ensayo • 9.278 Palabras (38 Páginas) • 519 Visitas
Universidad Nacional Autónoma de México.
Colegio de Ciencias y Humanidades.
Plantel Naucalpan.
Taller de Lectura, Redacción e Iniciación
a la Investigación Documental.
III.
Temporada de huracanes.
Moreno Ramírez Gerson Yael.
356.
Naucalpan de Juárez. Estado de México, 5 noviembre del 2019
Índice.
Introducción…………3
Desarrollo……...........5
Conclusión…………..19
Bibliografía…………..23
Introducción.
En este trabajo académico estaremos analizando más a fondo lo que es la novela “Temporada de huracanes”, de la autora Fernanda Melchor, el cual es una novela no tan extensa.
La novela al ver el título resulta no ser llamativo ya que al ponernos a analizar el libro o tratar de imaginarnos debió que trata, lo primero que se nos viene a la mente es que será una historia en la que sólo se la pasará hablando sobre desastres naturales pero no es así, la verdad que el libro resulta ser muy comprometedor y se vuelve cada vez más interesantes, por los contextos variados que esté nos trata.
Al estar leyendo este libro, desde primera estancia nos damos cuenta que trata, habla y se relata desde un México tercermundista, en el cual varias familias que se sitúan en el contexto tienen algo en común, que aunque sea muy mínimo o muy lejano o ya sea muy insignificante hace que tengan una conexión, esa conexión resulta por lo que viene siendo el personaje principal de la novela que es la famosa BRUJA.
Este libro cuenta con 233 páginas en las que las familias sufren distintas cosas, pero volviendo al contexto ninguno se sale de un pueblo tercermundista, en la que los personajes secundarios se ven en circunstancias difíciles, en las que un mexicano promedio hoy en día aún sigue pasando por la falta de recursos que hay y que le hacen falta a nuestro país desde hace años. La historia o las historias que se nos narran en la novela literaria se narran o se basan principalmente en un pueblo que es la Mantosa, donde ocurren varios sucesos con personajes secundarios los cuales tienen una conexión de forma muy indirecta entre sí.
Fernanda, nos atrapa con esta sencilla pero impresionante novela que sin lugar a duda nos ayuda a comprender y conocer cómo es que era ese México, estamos hablando de un pueblo del siglo xx, de los años setenta u ochenta, donde aún se de crimina a estas famosas personas que se dedican a la santería, y que como ya muchos saben y no es un mito a pleno siglo XXI que estás personas estaban malditas y que por lo tanto debían morir, y así es como el pueblo las rechazaba, pero que sin en cambio había personas quienes ocupaban de esta persona, que iban a visitarla para pedir brebajes, o entre muchas otras a las que se dedicaba está persona.
Esta novela es muy realista en la forma en que la autora nos relata la historia, muy bien estructurada que está y sin duda el gran sabor de boca que nos deja, cabe destacar que nos resulta muchísimo más interesante por qué cómo ya dije en un México de antes, y por lo tanto nos aparece elementos los cuales desconocemos un poco por la época en que se redacta, lo cual resulta fascinante porque conocemos un nuevo pueblo, en el cual vivieron nuestros abuelos o quizás es que también a nuestros padres les toco vivir en un pueblo así.
El elemento principal que nos llega a topar con la bruja en la novela literaria es el huracán que azoto al pueblo entero en el año de 1978, que es ahí donde empieza todo un misterio sobre este famoso personaje de la bruja, que poco a poco el pueblo la va conociendo.
La novela es asombrosa por como se relata, quiero decir que la autora supo cogenerar muy bien los elementos que utilizo para esta novela, a mi punto de vista Fernanda supo o mas bien hizo un gran trabajo con temporada de huracanes ya que pues es a lo que ella se dedica.
Fernanda Melchor.
“Estudió periodismo en la Universidad Veracruzana (UV), donde fue coordinadora de comunicación universitaria en el campus Veracruz-Boca del Río3. Es maestra en Estética y Arte por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Ha publicado cuentos y relatos en publicaciones como La Palabra y el Hombre, Excélsior, Replicante, Revista de Literatura Mexicana Contemporánea, Milenio semanal, Vice Latinoamérica, GQ Latinoamérica, Vanity Fair Latinoamérica, Le Monde Diplomatique y El Malpensante.3
Debutó como escritora mexicana en 2013 con la publicación de dos libros, Aquí no es Miami y Falsa liebre, éste último constituye su primera novela.4 Su obra más reconocida ha sido Temporada de huracanes.”
Extraido de: https://es.wikipedia.org/wiki/Fernanda_Melchor
Desarrollo.
Eran cinco, y su líder, el único que llevaba traje de baño: una trusa colorada que ardía entre las matas sedientas del cañaveral enano de principios de mayo. El resto de la tropa lo seguía en calzoncillos, los cuatro calzados en botines de fango, los cuatro cargando por turnos el balde de piedras menudas que aquella misma mañana sacaron del río; los cuatro ceñudos y fieros y tan dispuestos a inmolarse que ni siquiera el más pequeño de ellos se hubiera atrevido a confesar que sentía miedo, al avanzar con sigilo a la zaga de sus compañeros, la liga de la resortera tensa en sus manos, el guijarro apretado en la badana de cuero, listo para descalabrar lo primero que le saliera al paso si la señal de la emboscada se hacía presente, en el chillido del bienteveo, reclutado como vigía en los árboles a sus espaldas, o en el cascabeleo de las hojas al ser apartadas con violencia, o el zumbido de las piedras al partir el aire frente a sus caras, la brisa caliente, cargada de zopilotes etéreos contra el cielo casi blanco y de una peste que era peor que un puño de arena en la cara, un hedor que daban ganas de escupir para que no bajara a las tripas, que quitaba las ganas de seguir avanzando. Pero el líder señaló el borde de la cañada y los cinco a gatas sobre la yerba seca, los cinco apiñados en un solo cuerpo, los cinco rodeados de moscas verdes, reconocieron al fin lo que asomaba sobre la espuma amarilla del agua: el rostro podrido de un muerto entre los juncos y las bolsas de plástico que el viento empujaba desde la carretera, la máscara prieta que bullía en una miríada de culebras negras, y sonreía.
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