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Teoría De La Organización


Enviado por   •  31 de Octubre de 2012  •  2.467 Palabras (10 Páginas)  •  335 Visitas

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A principios del siglo XX en Estados Unidos la necesidad de alcanzar una mayor eficiencia industrial encuentra en la administración científica un mecanismo para sistematizar el manejo de los tiempos de trabajo, la supervisión funcional y un medio para mantener estables y optimizar los costos de producción; pero no sólo ello, la administración científica promueve también una nueva forma de concebir el trabajo; es decir, una nueva “actitud frente al trabajo”, donde la búsqueda de la máxima productividad es una meta compartida por los empleados y los patrones.

Frederick Taylor, considerado el fundador de la administración científica, a partir de 1875 empezó a trabajar como obrero en una empresa industrial siderúrgica de Filadelfia, como resultado de la experimentación y la observación metódica del proceso de trabajo, introdujo procedimientos científicos a la producción tanto en lo que corresponde a descubrimientos técnicos como en lo que tiene que ver con innovaciones organizativas.

Taylor promovió la idea de que empleados y patrones no son actores antagónicos, sino que aparecen como aliados en el sistema de producción; en ese sentido, sólo la elevación de la eficiencia puede asegurar la máxima prosperidad tanto para el patrón como para los obreros. Producir eficientemente, según esta lógica, significa trabajar con calidad; ello implica que el trabajo de la fábrica debe realizarse con el gasto mínimo de esfuerzo humano, de recursos naturales y con un desgaste mínimo de la maquinaria y las herramientas. Sólo la máxima productividad, aseguraba Taylor, garantiza la máxima prosperidad, entendida no sólo como grandes dividendos para la empresa, sino también –para los empleados– salarios más elevados y la posibilidad de “la formación de cada hombre hasta llegar al estado de su máxima eficiencia, de manera que... sea capaz de hacer la calidad de trabajo para el que lo hace apto su capacidad natural.”

Un propósito fundamental de la administración científica, según Taylor, es modificar el desempeño más común de los trabajadores, regido por el principio de trabajar menos de lo posible; es decir, trabajar lentamente, de manera que no se llegue a hacer todo el trabajo correspondiente a una jornada.

Taylor señala que el hecho de que –sea por el instinto y la tendencia natural en el hombre de tomarse las cosas con calma, o por un bajo rendimiento sistemático llevado a cabo por los obreros con el fin de mantener a sus patrones en la ignorancia de cuán a prisa pueden trabajar– “casi todo trabajador ligado a las artes mecánicas, empleado en algo similar al trabajo cooperativo, considera como su obligación hacerlo más despacio en lugar de aprisa”. Tal comportamiento se debe a una falsa idea que tiene el trabajador, consistente en que un incremento en su rito de trabajo se traduce en un despido masivo de obreros. Contra esta noción, Taylor señala que un aumento en la riqueza simplemente significa aportar más riqueza a este mundo, y que tales beneficios se traducen en mejores niveles de vida para el trabajador.

Los sistemas de administración defectuosos, producidos por la falta de conocimiento del administrador, quien en realidad ignora las capacidades de cada trabajador y desconoce, la manera de realizar el trabajo en cada puesto laboral. Así, cada trabajador tiene a su cargo la responsabilidad final de hacer el trabajo, en la forma que cree es la mejor, con relativa poca ayuda y asesoramiento por parte de la dirección.

Los principales puntos que Taylor tuvo en cuenta, y que analiza y sistemáticamente en múltiples experimentos, fueron los siguientes: estudio de tiempos, estudio de movimientos, estandarización de herramientas, departamento de planificación, tarjetas de enseñanzas para los trabajadores, reglas de cálculo para el corte del metal, el sistema de ruteo, métodos de determinación de costos, selección de empleados por tareas, incremento salarial en caso de terminar el trabajo a tiempo.

A partir de tales consideraciones, la administración científica taylorista se basa en cuatro principios:

1. Principio de planeamiento: Sustituir en el trabajo el criterio individual del operario, la improvisación y la actuación empírico-práctica por los métodos basados en procedimientos científicos. Es decir, sustituir la improvisación por la ciencia, mediante el método: Reunir, analizar, codificar y organizar todos los conocimientos empíricos existentes en la empresa, de modo que se puedan formular leyes y reglas para cada elemento de trabajo. A través de la aplicación de este principio, la masa de conocimiento, como activo y posesión del trabajador, es sustituida por la medición de tiempos y movimientos que determinan la eficiencia por normas y estándares objetivos, cuantificables y medibles. De este principio se deriva la división de las labores y la especialización de los trabajadores.

2. Principio de la preparación/planeación: Seleccionar científicamente a los trabajadores de acuerdo con sus aptitudes y prepararlos, adiestrarlos e inducirlos para producir más y mejor, de acuerdo con el sistema científico. En todo caso, señala Taylor, el trabajador seleccionado no es ninguna persona extraordinaria, “se trata sencillamente de un hombre del tipo del buey, tardo tanto física como mentalmente”, “demasiado estúpido como para adiestrarse a sí mismo”; capaz de realizar el trabajo designado casi como sería capaz de hacerlo un “gorila amaestrado”. Si fuera el caso de que un trabajador se cansé más de los que se cansaría cualquier peón saludable, entonces sería que la labor ha sido asignada erróneamente. La motivación primaria de los individuos hacia el trabajo –bajo la lógica máxima productividad-máxima prosperidad– es el aumento de los ingresos salariales. Por otro lado, la característica principal de los trabajadores científicamente adiestrados para el trabajo fabril es su capacidad de obediencia y subordinación; es decir, la aceptación de que el administrador sabe más que él y le enseñará la forma más eficiente de realizar el trabajo.

3. Principio del control: Controlar el trabajo para certificar que el mismo está siendo ejecutado de acuerdo con las normas establecidas y según el plan previsto. Conforme a este principio, referido a una colaboración cordial entre los trabajadores y la dirección, el obrero ha de ser “persuadido” de la conveniencia de hacer el trabajo según los métodos científicos.

4. Principio de la ejecución: Distribuir distintamente las atribuciones y las responsabilidades, para que la ejecución del trabajo sea disciplinada. La administración debe asumir su responsabilidad de planear y dirigir el trabajo. Taylor afirma, en este

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