Tres tipos de bombas nucleares

Existen tres tipos de bombas nucleares: la bomba atómica, la de hidrógeno y la de fusión pura. La bomba atómica emplea la fisión, que consiste en la división de un núcleo atómico muy pesado en dos o más fragmentos. Esencialmente, la bomba atómica es una esfera llena de explosivos temporizados electrónicamente. En su interior hay una bola de plutonio del tamaño de una uva, que lleva en su núcleo un dispositivo que libera un chorro de neutrones. Cuando los explosivos detonan, el plutonio se aplasta y forma una masa densa. Los átomos se dividen en fragmentos y suscitan una reacción en cadena que, a su vez, libera inmensas cantidades de energía.

En una bomba de hidrógeno, el uranio-235 absorbe un neutrón. La fisión tiene lugar cuando el neutrón se divide para formar dos núcleos más pequeños, varios de los neutrones y una gran cantidad de energía. Esto a su vez, produce la temperatura y la densidad necesarias para la fusión del deuterio y el tritio que son dos isótopos del hidrógeno. Y ya no se más de eso

La fusión es una reacción que tiene lugar cuando dos átomos de hidrógeno se combinan entre sí, o se fusionan, para formar un átomo de helio. Este proceso, el mismo que proporciona energía al sol, libera cantidades de energía mucho mayores que la fisión, y por lo tanto causa una explosión más grande.

El factor clave para determinar en última instancia la potencia de un arma termonuclear es la manera de explosión. Una bomba de fusión pura es distinta a una atómica o de hidrógeno en el sentido de que no requiere fisión para causar la fusión. Esto quiere decir que no es necesario utilizar en el diseño plutonio ni uranio enriquecido. Lo bueno es que la ausencia de plutonio implica poca o ninguna lluvia radiactiva; lo malo es que la potencia de explosión de una bomba de fusión pura relativamente pequeña sería mucho más grande que nuestra bomba de hidrógeno más moderna

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