Un panorama general del Fracking
Enviado por Ricardo Casanova • 18 de Febrero de 2018 • Apuntes • 3.298 Palabras (14 Páginas) • 106 Visitas
Un panorama general del Fracking
Los hechos y procesos energéticos se han acelerado, debido a los avances tecnológicos e innovaciones científicas, que resultan principalmente del creciente fenómeno de la globalización. Estos adelantos son evidentes en las modificaciones a los procesos de aprovechamiento en el campo del gas natural no convencional. Pesto que en Estados Unidos se han obtenido resultados favorables, internacionalmente se han creando expectativas sobre la posibilidad de replicar estos logros. México se ha colocado en un lugar importante en cuanto a la existencia en su territorio de importantes recursos prospectivos del gas natural, denominado también shale gas. Con base en ello se ha dicho que esos recursos pueden contribuir a un mejor suministro energético e impactar favorablemente el desarrollo nacional y local.
La Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) posiciona a México en el sexto lugar a nivel mundial en términos de recursos potenciales de shale gas, con 600 billones de pies cúbicos técnicamente recuperables, detrás de China (1,275 billones de pies cúbicos), Estados Unidos (862 billones de pies cúbicos) y Argentina (774 billones de pies cúbicos). Siendo Chihuahua, Sabinas-Burro-Picachos, Burgos, Tampico- Misantla y Veracruz las regiones potencialmente productoras (Jaramillo, 2014)
Para entender el desarrollo de este combustible, es necesario comprender el proceso de formación del gas natural. Estrada (2013) explica que el gas natural se produce dentro de rocas orgánicas o lutitas, es decir, en fragmentos sólidos compactado y que esa compactación convierte a las lutitas en pizarras o filitas, es decir, rocas brillosas compuestas por cristales. Así, la presión sedimentaria expulsa la mayor cantidad de gas hasta la parte más porosa de la roca. “El gas que no puede salir se denomina shale gas, gas de lutita, gas de esquisto o gas de pizarra, y es metano producido por depósitos de lutitas y otras rocas de grano fino” (Jaramillo, 2014).
El fracking es el método de extracción del gas natural de yacimientos no convencionales. Este método de fractura hidráulica surge derivado de los procedimientos utilizados en perforaciones alrededor de yacimientos de petróleo. Consiste en explotar el gas acumulado en los poros y fisuras de ciertas rocas sedimentarias estratificadas de grano fino, generalmente arcillosas o margosas, cuya poca permeabilidad impide la migración del metano a grandes bolsas de hidrocarburos. Es necesario realizar cientos de pozos ocupando áreas amplias e inyectar grandes cantidades de agua y aditivos químicos para extraerlo.
La fracturación hidráulica consiste en una perforación en vertical, de aproximadamente 3 km, en el caso de México, en la que se inyecta agua, arena y aditivos químicos. Una vez perforado, se pone un caño de acero -llamado casing- hasta el fondo del pozo. Entre ese caño y la pared del reservorio hay un espacio en el que se agregan cementos especiales que evitan la comunicación de la parte superior con la parte inferior.
Como indica Jaramillo (2014) es necesario agregar una cantidad de fluido, pues al perforar hidráulicamente, el sistema se abre pero vuelve a cerrarse al quitarle la presión de superficie. La composición del fluido es 99.5% agua y arena y el restante son sustancias químicas. En cuanto se saca la presión y los componentes fluidos, la superficie se cierra y se acomoda como estaba originalmente.
Marco legal
Lamentablemente, no existen especificaciones adecuadas que correspondan a la explotación de shale gas, pues todo aquello concerniente a esta práctica se considera, en el mejor de los casos, una pequeña fracción de la supervisión y regulación de hidrocarburos. Sólo se menciona una vez y de manera incidental en la iniciativa de la Ley de Hidrocarburos de la Presidencia de la República. Considerar que los gases no convencionales pueden impulsarse con el mismo marco regulatorio que los convencionales puede tener importantes consecuencias, sobre todo si se pretende atraer inversiones específicamente para ese campo. El shale gas requiere trato especial, es una industria distinta que requiere un marco regulatorio distinto.
Dentro de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (2015), el artículo más importante en relación a este tema es el Artículo 27, pues establece el dominio de tierras, aguas, minerales e hidrocarburos por parte de la Nación, y le otorga a ésta el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada. Este artículo resulta particularmente fundamental, pues la iniciativa privada tiene especial interés en incursionar en la práctica del fracking, proporcionando la tecnología y los recursos monetarios de los que el país carece, y beneficiándose mayoritariamente de los resultados.
Otro aspecto importante es la creación del organismo público descentralizado denominado Centro Nacional de Control del Gas Natural, encargado de la operación del sistema nacional de ductos de transporte y almacenamiento. Establece la transferencia de los recursos necesarios para que dicho organismo controle la administración e infraestructura que estaba a cargo de Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios o divisiones.
En el caso de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (2015) tampoco existen menciones considerables que indiquen algún tipo de ordenación ateniente al fracking o al recurso como tal. Las únicas posibles excepciones son los artículos 11 y 28, los cuales abordan la evaluación de impacto ambiental de obras o actividades, y los convenios o acuerdos de coordinación para su realización. Estipula que la Federación no podrá expedir las autorizaciones correspondientes para que los gobiernos del Distrito Federal o de los Estados asuman, con la participación de sus Municipios, la facultad de evaluación de oleoductos, carboductos y gasoductos.
Sin duda, la normativa en materia de extracción de shale gas más trascendental se encuentra en la reciente Reforma energética, pues la apertura del sector apoyará la inversión tanto en actividades de exploración y extracción, así como de generación eléctrica. A continuación, menciono algunos aspectos que aborda dicha reforma, y que en cierta forma presentan diversas contradicciones e inconvenientes.
El fracking y la Reforma Energética
La Reforma constitucional aprobada en diciembre de 2013 abre las industrias energéticas a la iniciativa privada nacional y extranjera. En el caso de los hidrocarburos, De la Vega Navarro y Ramírez Villegas (2015) explican que habrá cuatro modelos de contratos que Pemex podrá llevar a cabo con privados; contratos de servicios -los cuales ya se llevaban a cabo-, contratos de licencia, de producción compartida, y de utilidad compartida. Esto no sólo permite sino que facilita enormemente la participación de empresas privadas, provocando un largo proceso de implementación de las reformas, no exento de riesgos en parte por carencias y deficiencias del nuevo marco legal.
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