Una nueva Reseña Cruzando Sarmiento
Enviado por Rocio Molina • 27 de Mayo de 2018 • Reseña • 1.653 Palabras (7 Páginas) • 94 Visitas
Nacida en Córdoba, Julieta Quirós completa su doctorado en antropología en la Universidad de Buenos Aires. Como proyecto de disertación de maestría en Antropología Social decide hacer una revisión crítica de la bibliografía existente sobre el fenómeno piquetero. Este fenómeno surge a mediados de la década de los 90 como acción reaccionaria al proceso de desindustrialización y desocupación que arrasaba a la Argentina. La forma de protesta social optada por este grupo fue el corte de ruta. Dicho movimiento de trabajadores desocupados comienza a recibir en 1996, con la presidencia a cargo de Carlos Menem, diversos subsidios y planes sociales.
A fines del año 2002 la desocupación en Florencio Varela rondaba el 22,2% e incluso, se trataba de uno de los distritos del conurbano con mayor cantidad de planes asignados. Por este motivo, Quirós se adentra en el barrio de Florencio Varela y comienza su proyecto de tesis previamente mencionado.
En un principio toma a los autores como sus nativos y su inmersión en el barrio como un mero complemento del análisis. Al adentrarse en este y en las vidas de las personas, cambia el objeto de su estudio. La autora se aleja de las miradas normativas, de los puntos de vista de las discursivas oficiales y de los dirigentes, y los nativos pasan a ser nuevos sujetos. De este contexto surge “Cruzando la Sarmiento: Una etnografía sobre piqueteros en la trama social del sur del Gran Buenos Aires”, libro que será reseñado a continuación.
El método utilizado por Malinowski en “Los Argonautas del Pacifico Occidental” es el que guía el trabajo de Quirós. Acude al “contexto de situación” que refiere que dar sentido a un término es definirlo a través del análisis de su contexto. La autora toma esta concepción al describir el contexto social en el que esta inverso el movimiento piquetero, mostrando la vida cotidiana de las personas y poniéndolas en acción. Esto guarda una estrecha relación con “los imponderables de la vida social”. Según Malinowski se deben observar los hechos, las rutinas, los acontecimientos y los comportamientos de los nativos para lograr con mayor rigurosidad una investigación etnográfica.
También utilizado como inspiración de su análisis etnográfico, acude al concepto de “figuración” de Elias. Es decir, los lazos de dependencia recíprocas que ligan a las personas en múltiples direcciones. Basándose en esta concepción, la autora toma la trama de las relaciones interpersonales como punto de partida y como motor de su trabajo.
“Cruzando la Sarmiento” se divide en una introducción, tres capítulos y un final. La introducción se subdivide en tres partes. La parte I, sitúa el problema a la hora de elegir su hipótesis central y de alejarse de bibliografía existente sobre los piqueteros. En el plantea la necesidad de romper con el encantamiento y la demonización del movimiento piquetero. No reducir al piquetero como un ser cargado pura y exclusivamente de ideología, pero tampoco pensarlo como un “vago” que solo recurre a las marchas por necesidades económicas. La autora expone las dificultades de estos presupuestos y asegura que su intención es demostrar la heterogeneidad de voces y opiniones en el movimiento.
En la parte II relata su llegada a Alsina y su primer contacto con una residente, Estela. En este primer encuentro se halla con los primeros obstáculos de su investigación. Por un lado, el círculo de Estela no formaba parte del propósito inicial de su trabajo y por otro, las preguntas que le hacía a los habitantes no siempre eran las adecuadas. Además, por primera vez se plantea la relación plan - piqueteros y se abre un mundo nuevo cargado de vocabulario propio de los habitantes; planes “con carga familiar”, planes “sin carga familiar”, “dar de baja” un plan, etc. A su vez, la autora visita el local del Movimiento Teresa Rodríguez, edificio central en la investigación ya que le permite llegar a diversas personas, barrios e instituciones. Esta primer visita fue definitiva para que la autora desarrolle nuevos interrogantes y para trasladar su objeto de investigación a las personas y a sus casas.
En la parte III explica el modo en el que dividió los capítulos, sus motivos y su carácter descriptivo inspirado en Malinowski. Asimismo, aclara que no realizó entrevistas, que los diálogos fueron reconstruídos y que jugó con el tiempo, el espacio, y las distintas voces de sus personajes.
El capítulo I se adentra en el mundo de los planes. La autora presencia una charla llevada a cabo en Cabildo Mayo en donde se discute el posible acceso de unas becas para los chicos del barrio. Este acceso solo se iba a dar si las personas reunidas lograban formar talleres, y para esto, debían “tomar” un local. En esta charla se empieza a evidenciar la heterogeneidad de voces del movimiento; no solo estaban presentes personas que sentían estar con el movimiento sino sujetos que se desligaban en su totalidad; no todos tenían un plan, no todos estaban en política o trabajaban para un político. Al existir multiplicidad de perspectivas la noción puntero vs piquetero desaparece. No son opuestos ni contradictorios, sino que todos se mueven en los mismos ámbitos. También, la autora define al plan como lenguaje colectivo, como un universo de compromisos, como un recurso que el gobierno “da” y como un saber practico.
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