Urgencias Hipertensivas
Enviado por kyosukesama • 25 de Noviembre de 2013 • 2.763 Palabras (12 Páginas) • 451 Visitas
URGENCIAS Y EMERGENCIAS HIPERTENSIVAS
El presente artículo es una actualización al mes de octubre del 2006 del Capítulo del Dr. Diego Nannini, del Libro Medicina Intensiva, Dr. Carlos Lovesio, Editorial El Ateneo, Buenos Aires (2001)
DEFINICIÓN Y CLASIFICACIÓN
Se han realizado múltiples esfuerzos para clasificar la hipertensión en base a valores específicos. En EE.UU. el Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Bood Pressure ha clasificado la hipertensión de acuerdo al grado de elevación de la presión arterial. De acuerdo al informe más reciente de este comité (JNC 7 Report), los pacientes con hipertensión Estadío 1 tienen una presión arterial sistólica de 140-159 mmHg o una presión arterial diastólica de 90-99 mmHg. Los pacientes con hipertensión Estadío 2 tienen una presión arterial sistólica de 160-179 mmHg o una presión arterial diastólica de 100-109 mmHg, mientras que el Estadío 3 corresponde a pacientes con una presión arterial sistólica de 180 mmHg o más o una presion arterial diastólica de 110 mmHg o más. El Estadío 3 también se conoce como de hipertensión severa o acelerada.
Aunque se han utilizado una serie de términos para clasificar a la hipertensión severa, la clasificación más útil es la que se basa en los requerimientos clínicos para reducir la presión arterial (Tabla 1). Muchos autores han definido las crisis o emergencias hipertensivas como el brusco incremento en la presión arterial sistólica y diastólica asociado con daño orgánico del sistema nervioso central, corazón o riñón; el término urgencias hipertensivas se utiliza para pacientes con elevación severa de la presión arterial sin daño orgánico. Es importante destacar que la diferenciación clínica entre emergencias hipertensivas y urgencias hipertensivas depende de la presencia de daño de órganos blanco, más que del nivel de presión arterial. Otro término frecuentemente encontrado, hipertensión maligna, se define como un síndrome caracterizado por elevación de la presión arterial acompañado por encefalopatía o nefropatía. Sin embargo, este término ha sido retirado de la nomenclatura habitual, y esta condición es mejor referirla como una crisis o emergencia hipertensiva.
Tabla 1.- Causas de emergencias y urgencias hipertensivas
Emergencias hipertensivas
Urgencias hipertensivas
Hipertensión maligna acelerada Cerebrovasculares
Hipertensión maligna acelerada
Encefalopatía hipertensiva
Hemorragia intracraneana
Infarto aterotrombótico cerebral con hipertensión secundaria
Cardiacas
Disección aórtica aguda
Hipertensión de rebote por suspensión de hipotensores
Falla ventricular izquierda aguda
Infarto agudo de miocardio
Cirugía de bypass aorto-coronario
Quirúrgicas
Hipertensión severa en pacientes que requieren
cirugía
Exceso de catecolaminas circulantes
Crisis de feocromocitoma
Ingesta de IMAO-tiramina
Eclampsia
Hipertensión postoperatoria
Hipertensión luego de trasplante renal
Hipertensión asociada a quemaduras
Vasculitis
Traumatismo de cráneo
Colagenopatías
Sangrado de sutura vascular
Enfermedad de Guillain-Barré
La hipertensión también se puede distinguir de acuerdo a la causa que la produce como primaria o esencial y secundaria. Aunque más del 90% de los pacientes con formas leves o moderadas de hipertensión tienen una hipertensión primaria, más del 20% de los pacientes con hipertensión severa tienen causas secundarias, incluyendo enfermedad renal, hipertensión renovascular, embarazo o uso de drogas. En los pacientes con hipertensión maligna, más del 50% presentan una causa secundaria de hipertensión.
EPIDEMIOLOGÍA
La frecuencia de crisis hipertensivas ha disminuido en forma progresiva en los últimos 25 años, como consecuencia de un mejor tratamiento de la hipertensión arterial esencial y de la disponibilidad de fármacos más eficaces y con menos efectos colaterales. Se ha calculado que entre el 1 y el 2% de los hipertensos esenciales presentan en su evolución un episodio de crisis hipertensiva. Antes del advenimiento de la terapéutica antihipertensiva, esta complicación afectaba al 7% de la población de hipertensos.
Las crisis hipertensivas afectan habitualmente a hipertensos conocidos de larga data, pero también pueden producirse en pacientes con diagnóstico reciente o de corta evolución. El 60% de las emergencias hipertensivas se produce en pacientes con hipertensión esencial, en relación con una deficiente atención médica o con el abandono del tratamiento. La prevalencia de emergencias hipertensivas es mayor en pacientes de sexo masculino, fumadores, alcohólicos, toxicómanos e individuos de raza negra o amarilla.
La epidemiología de las urgencias o emergencias hipertensivas en las Unidades de Terapia Intensiva no ha sido claramente definida, pero parecen ser problemas frecuentes. La elevación de la presión arterial puede estar relacionada con dolor, discontinuación de drogas anestésicas y el periodo de recuperación, discontinuación de drogas antihipertensivas, hipercapnia, acidosis, hipoglucemia, estrés psicogénico y cuidados de enfermería.
FISIOPATOLOGÍA
A través de una serie de mecanismos de autorregulación, el organismo puede mantener las funciones vitales, por lo menos durante un cierto tiempo, en un rango de presión arterial media que oscila entre 50 y 180 mm Hg. Las manifestaciones clínicas de las crisis hipertensivas están precipitadas no sólo por la severidad de la elevación de la presión arterial sino también por el inicio abrupto de hipertensión en un individuo previamente normotenso.
Son conocidos los problemas sistémicos asociados con la hipotensión, y el escaso margen que presenta el paciente crítico hipotenso. Si bien existe un margen mucho mayor para los valores elevados de presión arterial media, la hipertensión severa constituye un estrés significativo para las arterias y el corazón, en especial en los individuos de edad avanzada, con mayor rigidez vascular y en ocasiones con estrechamientos vasculares focales.
En condiciones normales, la elevación de la presión de perfusión se asocia con un aumento de la resistencia vascular con el fin de mantener constante el flujo. Cuando existen lesiones vasculares fijas, edema, inflamación, hemorragias o necrosis, el proceso de autorregulación se modifica.
Los factores que conducen a la severa y rápida elevación de la presión arterial en pacientes con hipertensión maligna son poco conocidos. La rapidez del proceso sugiere un factor desencadenante sobrepuesto a una hipertensión
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