Ácidos grasos poliinsaturados

UNIVERSIDAD TÉCNICA DE  MANABÍ
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INTEGRANTES:

TUBAY FIERRO JHONNY JONAIDER.

PALMA GUEVARA DARLA BRIGGETE

PARRALES RIVAS MARIA ANGELES

POZO ZAMBRANO PIA ELISA

CARRERA:
MEDICINA VETERINARIA

MATERIA:

BIOQUÍMICA

DOCENTE:

DR. SIXTO REYNA GALLEGOS.

PARALELO:

I A

PERIODO ACADÉMICO:

SEPTIEMBRE 2018 – FEBRERO 2019

Efectos de los ácidos grasos poliinsaturados en la salud y enfermedad.

Los ácidos grasos poliinsaturados (también llamados grasas saludables o dietarias) son aquellos que poseen más de un doble enlace en su cadena de carbonos, tienen bajos puntos de fusión por lo que se encuentran en estado líquido. Estos ácidos grasos son esenciales lo que quiere decir que no son sintetizados por el organismo y deben ser consumidos en la dieta. Hay dos tipos de ácidos grasos poliinsaturados: Omega 3 (ácido linolénico o alfa-linolénico también conocido como ALA ) y Omega  6 (ácido linoléico o AL). Estos pueden ser encontrados en aceites vegetales de semillas principalmente, pescados azules, aceites de pescados o mariscos, en vegetales como maíz, soja, girasol, calabaza, nueces, etc.

Si estos ácidos grasos se suministran correctamente en lugar de grasas trans o grasas saturadas pueden ayudar a la disminución de los niveles de colesterol total y colesterol LDL (o colesterol malo). Estos ácidos grasos tienen una función cardioprotectora, ayudan a disminuir la presión arterial, a reducir los triglicéridos, a disminuir las probabilidades de arritmia, a retrasar la acumulación de placas en las arterias, a controlar los niveles de azúcar en la sangre, reducen el riesgo de diabetes, tienen muchas funciones en la construcción y el mantenimiento de las membranas celulares, la piel, las células nerviosas y la retina del ojo, en la síntesis de las hormonas, en el sistema inmunitario, entre otros beneficios más.

La carencia del consumo de estos ácidos grasos produciría trastornos cardiovasculares y neurológicos, problemas cutáneos como sequedad de la piel, envejecimiento prematuro de las células de la piel, problemas en la visión, trastornos de coagulación sanguínea, problemas reproductivos, e incluso podría llegar a causar trastornos cancerosos.

El consumo excesivo de alimentos o grasas ricas en ácidos grasos poliinsaturados también favorece, como el de todas las grasas, al aumento de peso que puede llevar a la obesidad y trastornos físicos en el organismo y en la producción de compuestos tóxicos. Se recomienda un consumo equilibrado de estas grasas y variar en el consumo de diferentes aceites para poder mantener este equilibrio para esto se recomienda que los ácidos grasos poliinsaturados representen la cuarta parte de las grasas totales, es decir: una ingesta de pescado azul de 100 a 150 g por semana y de 1 a 2 cucharadas de aceite vegetal rico en estos ácidos grasos al día.

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