Pablo Sharagrodsky: Escolarización y Educación de los cuerpos

La relación entre la escolarización y educación de los cuerpos en el contexto de la modernidad. Se destaca que el cuerpo no puede ser reducido a una entidad biológica, sino que es un fenómeno social, cultural e histórico. Aunque el cuerpo ha estado presente en todas las culturas y organizaciones sociales, su significado y simbolismo varían en función del género, orientación sexual, clase, etnia y religión.

En el ámbito escolar, se argumenta que tradicionalmente se ha prestado mayor atención a los conocimientos académicos en detrimento de lo corporal. Aunque existen asignaturas como Educación Física, han sido consideradas de menor valor y estatus en comparación con otras disciplinas. Sin embargo, se señala que la regulación y el control del cuerpo infantil siguen siendo objetivos centrales en el discurso pedagógico moderno.

Se describe cómo se ha intentado normalizar y controlar los cuerpos a través de la escolarización, buscando la docilidad y utilidad. Se han establecido mecanismos de disciplinamiento corporal en términos de espacio, tiempo y métodos. La vigilancia jerárquica, las sanciones normalizadoras y los exámenes se han utilizado como herramientas para generar una cultura corporal que promueve la homogenización y la rutina.

El texto también destaca la influencia del discurso médico en la institución escolar, donde se ha buscado definir las normalidades corporales. A través de la biopolítica, se ha incrementado el valor de la vida y se ha abordado aspectos relacionados con la salud, la higiene, la natalidad, la longevidad y la raza. El biopoder, a través de la medicina, ha pretendido garantizar la salud y promover un estilo de vida "moralmente saludable", lo que ha atrapado nuevamente al cuerpo en una lógica simbólica.

En conclusión, el texto evidencia cómo la escolarización y la educación de los cuerpos han estado sujetas a una regulación y control que han buscado moldearlos de acuerdo con normas sociales, culturales y médicas. Se ha promovido la homogeneización, la disciplina y la conformidad, al tiempo que se han impuesto estándares de belleza, salud y comportamiento. El cuerpo ha sido un terreno de disputa y de poder, donde se han naturalizado y reforzado las desigualdades sociales y culturales.

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