El paradigma emergente en la educación para superar las limitaciones de los métodos tradicionales de enseñanza

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¿Cómo se puede aplicar el paradigma emergente en la educación para fomentar un enfoque más holístico y sistemático en el proceso de enseñanza-aprendizaje?

Camilo Carreño, Isabella Cely, Melody Cuaspa, Gabriela Escalante, Leidy Guerrero, Aida Martinez

La educación actual está caracterizada por rápidos avances tecnológicos y un mundo cada vez más interconectado, surge la necesidad de replantear los enfoques tradicionales de enseñanza-aprendizaje. El paradigma emergente en la educación representa un cambio significativo en la forma en que concebimos el proceso educativo, alejándose de los métodos fragmentados y disciplinarios que han predominado históricamente. Este paradigma se centra en la integración y la interconexión de conocimientos, promoviendo una visión holística y sistemática del aprendizaje que prepara a los estudiantes para enfrentar desafíos complejos y multifacéticos en la vida real.

La aplicación del paradigma emergente implica adoptar estrategias pedagógicas innovadoras que fomenten un aprendizaje más profundo y significativo. Entre estas estrategias se incluyen el aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje colaborativo, y el uso de tecnologías digitales que facilitan la personalización y la adaptabilidad del proceso educativo. Estas metodologías no solo buscan mejorar el rendimiento académico, sino también desarrollar competencias transversales, como el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de resolución de problemas.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Hoy en día, muchas escuelas todavía usan métodos de enseñanza antiguos que dividen el conocimiento en materias separadas y se enfocan en que los estudiantes memoricen información. Este método no siempre ayuda a los estudiantes a estar preparados para resolver problemas complicados y variados que enfrentarán en la vida real.

Problema: Los métodos tradicionales de enseñanza a veces no son suficientes para ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades importantes como resolver problemas, pensar de manera crítica y conectar ideas de diferentes áreas. Necesitamos un enfoque educativo que sea más completo y conectado, permitiendo a los estudiantes ver cómo las diferentes materias se relacionan entre sí y aplicar lo que aprenden de manera práctica.

Tener un enfoque más completo y conectado en la enseñanza puede ayudar a los estudiantes a entender mejor el mundo que los rodea. También puede mejorar su capacidad para trabajar en equipo, pensar críticamente y usar sus conocimientos en situaciones reales.

Objetivo: Investigar cómo se puede usar este nuevo enfoque educativo, llamado paradigma emergente, para mejorar la enseñanza y el aprendizaje, integrando conocimientos, habilidades y actitudes que reflejen una comprensión más completa del mundo.

La educación es clave para el desarrollo de sociedades justas y sostenibles. Al adoptar este nuevo enfoque, las escuelas pueden preparar mejor a los estudiantes para enfrentar los desafíos globales y contribuir positivamente a sus comunidades y al mundo.

Muchos proponen combinar la revisión de literatura, estudios de casos de escuelas que ya usan estos enfoques, y entrevistas con maestros, estudiantes y expertos en educación. Además, se pueden realizar experimentos y observaciones en aulas que adopten estos nuevos métodos para ver qué tan efectivos son.

Este planteamiento resalta la necesidad de repensar y posiblemente reinventar cómo enseñamos y aprendemos, con el objetivo de crear un sistema educativo más relevante y conectado con la vida real, que prepare a los estudiantes para los desafíos del siglo XXI

RECOPILACIÓN DE DATOS

La ciencia, al igual que la pedagogía y la educación, ha experimentado cambios significativos en sus estructuras a lo largo de los años. Estos cambios han permitido su evolución en componentes esenciales. Ilya Prigogine, a través de su teoría de las estructuras disipativas, ha sido uno de los principales impulsores del surgimiento de este nuevo paradigma. Según Miguélez (1997), Prigogine creó teorías que superan las brechas entre diversas ciencias y niveles de realidad en la naturaleza (p. 80). Esta teoría ha inspirado la construcción de nuevos modelos educativos que buscan eliminar las antiguas estructuras rígidas de enseñanza, favoreciendo la convergencia de saberes y adaptándose a las necesidades individuales de los estudiantes

En la ontología sistémica, se sostiene que las acciones humanas, vistas de manera aislada, carecen de valor y deben ser interpretadas en función de su contribución a la estructura total de la personalidad (Martínez, 1997). Esto implica que la comprensión del comportamiento humano se logra principalmente a través de la hermenéutica, examinando la intencionalidad que lo subyace.

El conocimiento personal, un principio central en el paradigma emergente según Martínez, subraya la interacción dialéctica entre el sujeto y el objeto, resaltando la influencia crucial de la cultura, la ideología y los valores del individuo en la conceptualización y teorización de las realidades.

La metacomunicación y la autorreferencia revelan la profundidad y la capacidad del espíritu humano, caracterizándose por su capacidad crítica y cuestionadora, así como por su habilidad para alcanzar niveles superiores de conocimiento y comunicar dicho conocimiento a otros.

El principio de complementariedad, esencial en la ontología sistémica, alcanza su máxima expresión a través de la actividad cognitiva individual, integrando coherentemente las percepciones de múltiples observadores con sus distintas filosofías, enfoques y métodos. Esto promueve una conciencia de la relatividad inherente a todo conocimiento, derivada de una matriz epistémica fundante que enriquece una visión interdisciplinaria.

En este contexto, la cultura y los currículos ocultos desempeñan un papel crucial en el desarrollo educativo y personal de los involucrados. Los antecedentes familiares y culturales predisponen a las partes implicadas en el proceso cognitivo, aspecto que debe considerarse al interactuar en el entorno educativo.

Es imperativo que los principios fundamentales del paradigma emergente se reflejen en el currículo oculto, de modo que las instituciones educativas y su personal docente estén abiertos al cambio y no se limiten a una doctrina específica ni a una única orientación filosófica. Esto requiere estar preparados para cuestionar los fundamentos del conocimiento.

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