Introducción al libro “Género y pedagogía crítica”
Enviado por ALBA NUÑEZ • 31 de Diciembre de 2024 • Documentos de Investigación • 2.754 Palabras (12 Páginas) • 44 Visitas
INTRODUCCIÓN AL LIBRO “GÉNERO Y PEDAGOGÍA CRÍTICA”
¿Por qué otro texto sobre género? Se preguntarán algunos, si han corrido ríos de tinta sobre el tema. La respuesta es que, hacerlo desde los fundamentos y principios de la pedagogía crítica sigue siendo una tarea imprescindible, dado su interés por develar las condiciones de opresión, dominación y resistencia de las mujeres a múltiples dispositivos patriarcales que siguen prevaleciendo, lo cual, hace vigente esta discusión. Este posicionamiento considera necesario reflexionar sobre el abuso, el acoso y la violencia contra las mujeres, además de los avances en materia legal en un contexto estructural.
Si bien la legislación en México, en sus diferentes niveles establece la igualdad de todos y todas ante la ley y cada vez es más notoria la participación femenina en actividades económicas, políticas, culturales y profesionales, el ejercicio pleno de esos derechos se encuentra acotado por grandes rezagos como la pobreza, el analfabetismo y prácticas sociales denigrantes que en pleno siglo XXI prevalecen en la vida de niñas y mujeres.
El hecho natural de nacer hombre o mujer sigue teniendo como consecuencia social la asignación diferenciada de funciones, formas de comportamiento y modos de relacionarse con los demás siempre bajo la normativa sociocultural de la dominación masculina. Estas desigualdades se siguen presentando como el resultado natural, universal y absoluto de pertenecer a determinado sexo, justificando y legitimando las desigualdades entre hombres y mujeres. El destino de las mujeres aparece ligado a la naturaleza y la emotividad y el del hombre a la cultura y el raciocinio, derivándose de esta falsa premisa la serie de desigualdades, asimetrías, jerarquías, oposiciones y prácticas sexistas cuyas formas expresas y evidentes en algunos casos, sutiles y ocultas en otros, han sido denunciadas a lo largo de la historia por los movimientos de mujeres.
El género entonces debe concebirse como una construcción social (Lamas, 2017), una identidad impuesta que determina la jerarquización de lo masculino como superior a lo femenino y se va cimentando, merced a los avances tecnológicos, incluso desde antes del nacimiento, es un imaginario que la sociedad transmite, reproduce y refuerza constantemente a través de sus diferentes agencias sociales como la escuela, la familia, la iglesia, las amistades, los medios de información entre otros. El pensamiento crítico tiende a cuestionar aquello que no se cuestiona y a develar los mecanismos con los que el poder oculta y naturaliza situaciones de opresión. Desde esta mirada, ninguna de las agencias sociales mencionadas puede aparecer como una entidad “neutra, al servicio de una sociedad neutra, sin conflictos ideológicos importantes” (Torres, 1998, p.49), tampoco son formas aisladas del sistema económico, social y político. El sistema capitalista que actualmente rige nuestros destinos se basa en relaciones de explotación, su origen se encuentra en la acumulación originaria de capital, producto del despojo.
De acuerdo con Althusser (1988) ninguna estructura socio económica tiene futuro si, a la vez que produce, no prepara los medios para reproducir las condiciones de su producción. Le es imperativo reproducir las fuerzas productivas y las relaciones de producción existentes, que en el capitalismo son relaciones de explotación.
Así se ha tejido la trama que destina a las mujeres a reproducir literalmente las fuerzas productivas mediante la maternidad, el cuidado de los explotados y de aquellos adultos mayores o personas con discapacidad que no sirven a la reproducción del capital, destinando miles de horas de trabajo no pagado y no reconocido a una labor cuyo beneficiario final es el capitalista dueño de los medios de producción. La realización de tales tareas está actualmente envuelta en una serie de mitos y narrativas que tienden a presentarse como ideales a alcanzar y oscurecen su verdadero significado mediante el bombardeo constante de mensajes de los medios de información y la violencia simbólica ejercida por las instituciones religiosas, la familia y tristemente por la escuela, cuya principal misión para el neoliberalismo es atender las necesidades de capital humano de las empresas.
Uno de los mitos más nocivos para las mujeres, es el del amor romántico, mito rodeado de fantasías y expectativas irreales cuya principal función es concretar la dominación masculina reduciendo a las féminas al espacio doméstico o priorizando éste por encima de cualquier posible actividad profesional que estén desarrollando, lo anterior es posible dado que el amor romántico lleva implícito el ideal maternal y el sacrificio por amor. El dominio masculino garantiza la funcionalidad reproductora de las mujeres (Federici, 2018), por ello el patriarcado es de gran utilidad al sistema capitalista, de ahí que siga tan vigente, de ahí las reacciones virulentas contra las manifestaciones que cuestionan tal dominio. Por ello, la lucha de las mujeres no puede limitarse a la consecución de más derechos, esta lucha tiene que ser anticapitalista.
Es cierto que las condiciones de vida y posibilidades de desarrollo de nuestras bisabuelas no son las mismas que tenemos muchas mujeres actualmente, pero estos avances no nos han alcanzado a todas, ni se han conseguido por una concesión del régimen patriarcal, por el contrario, son el producto del esfuerzo constante de aquellas que se resistieron a la opresión e irrumpieron en el espacio público, a veces a costa de su vida.
Con la consigna de arrebatar palabras al silencio y rescatar de todos los confinamientos las voces tradicionalmente silenciadas (Vallejo, 2020), las mujeres desde sus posiciones como académicas, activistas y librepensadoras han buscado estrategias diversas para hacerse escuchar. En su caso, las investigadoras han profundizado en los estudios los fenómenos de género, con la intención de develar los mecanismos en que se reproduce la opresión, cómo se enfrenta, los dispositivos a través de los que se concreta; así como las formas de luchas y resistencias. Además, partiendo de que en esta sociedad patriarcal hay que buscar grietas en las cuales sembrar (Walsh, 2013) posibilidades de denunciar y enfrentar el patriarcado, estas investigadoras se plantean difundir y divulgar sus reflexiones por distintos medios. De ahí que el Instituto de Pedagogía Crítica presente este libro sobre el género, donde las autoras; todas ellas miembras de este colectivo académico; comparten los hallazgos y reflexiones de sus investigaciones desde el posicionamiento teórico del multiculturalismo, la sociología y la pedagogía crítica, con la finalidad de generar diálogo con diversos actores y grupos de la sociedad.
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