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Matrimonio, sexo y noviazgo


Enviado por   •  4 de Marzo de 2023  •  Documentos de Investigación  •  4.335 Palabras (18 Páginas)  •  73 Visitas

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MATRIMONIO, SEXO Y NOVIAZGO

           

 ORIGEN

 MATRIMONIO

Según una encuesta llevada a cabo hace algunos años, aproximadamente  el cincuenta por ciento de los casos en que las personas recurrían a un consejero, se trataba de problemas matrimoniales. Esta generación se caracteriza por el decaimiento del matrimonio y del hogar. No hay que ver las encuestas de las separaciones matrimoniales, y las que existen, de hecho, sin necesidad del proceso legal de separación. No tiene mayor importancia que ahora se casen a una edad más temprana que antaño, si la vida matrimonial de los mismos de apaga y termina en los primeros años. Ahora más que antes, el periodo matrimonial se extingue en proporciones geométricas. Lamentablemente, se nota que esta tendencia no se limita a los matrimonios de los inconversos, también ha invadido a la iglesia. Es imprescindible que el pastor-consejero  tenga un claro concepto del matrimonio cristiano y sepa los métodos, tanto de evitar como de solucionar los problemas matrimoniales

 

1. el concepto cristiano del matrimonio: “el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo” (mateo 19:4) el matrimonio es la primera institución constituida por Dios. En el relato de la creación en Génesis 1 y 2, se encuentra el estribillo “Y vio Dios que era bueno” Sin embargo, cuando el lector llega a 2:18, halla la primera cosa que Jehová creo a la mujer e instituyo el matrimonio

Luego Adán y Eva  tuvieron familia comenzando con la primera pareja, la biblia entera hace hincapié en la importancia del matrimonio y la familia. Describe los detalles de las familias de los grandes líderes tales como Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Samuel y David. Aunque Jesús nunca se casó, aprobó el matrimonio con su presencia en las bodas de Cana y enseño acerca de la relación matrimonial.

En Génesis 2 se encuentra en esencia la enseñanza más avanzada sobre esta relación. El propósito primordial del matrimonio es proporcionar compañía y ayuda mutua. “no es bueno que el hombre este solo, le hare ayuda idónea para él”. La palabra hebrea que se traduce “idónea” sugiere en primer lugar “similitud” o “correspondencia” y luego “adecuada”, sería una persona que podría tomar parte en la vida del varón, responder a su naturaleza con entendimiento y amor, y cooperar con él para realizar el plan divino Dios le proporciono una compañera que satisfacía los anhelos no realizados del hombre. Creando para tener comunión y compañía, el hombre solo tendría una vida plena cuando pudiera compartir, confiar y amar en el círculo íntimo de la familia.

 

Según el plan divino, el matrimonio ha de tener ciertas características. Debe ser monógamo, pues Dios creó una sola mujer para el varón (después permitió la poligamia, pero nunca la aprobó porque es incompatible con el ideal de Génesis 2.24 “Serán una sola carne”). Debe ser exclusiva, pues “Dejara el hombre a su padre y a su madre”. Debe ser una unión estrecha e íntima “Se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Así implica que la unión es tanto física como espiritual. Los cónyuges deben estar unidos por amor mutuo, intereses comunes y un propósito común. La unión debe ser permanente, indisoluble Jesús dijo “Lo que Dios junto, no lo separe el hombre” (Mateo 19.6). Cualquier rompimiento de la unión matrimonial, con la excepción de la muerte, viola el plan divino Dios instituyo la familia para proporcionar un ambiente ideal, en el cual los hijos puedan ser criados cabalmente en todo aspecto físico, social y espiritual. Se enseña también la igualdad y la dependencia mutua entre los sexos “Ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón”. (1 Corintios 11:11). Así que el uno sin el otro es incompleto.

 

Para tener armonía y paz en la familia, Dios ha mandado que la esposa haga dos cosas sujetarse a su marido y respetarlo. El apóstol Pablo aconseja “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor”. (Efesios 5:22). Esto no significa que la mujer es inferior al hombre, pues Pablo también enseña respecto a la libertad e igualdad cristiana, e insiste en que las distinciones entre judío y griego, esclavo y libre, hombre o mujer, terminan en Cristo, y que todos son uno en privilegios y oportunidades espirituales, así como en la posición que ocupan frente a Dios. Sin embargo, reconoce una diferencia en cuanto se refiere a las funciones y a la responsabilidad de Dios nombro al varón como cabeza de la familia. A la mujer le toca someterse a su esposo porque así se sujeta a Dios. La subordinación de la esposa no debe ser motivada por obligación y temor, sino por su propia voluntad y amor.

En segundo lugar, la mujer debe respetar a su marido (Efesios 5:33) James Hamilton explica que la palabra “respetar” quiere decir reconocer el valor y la autoridad del esposo. Una de las necesidades psicológicas más profundas de un hombre es ser estimado por su esposa. La imagen que la esposa tiene de su marido es la que el hombre tendrá de sí mismo. El respeto que recibe el varón fuera de su casa no es sustituto del respeto que debe gozar en su hogar. Por esto Dios manda que la mujer respete a su marido.

En cambio, los maridos tienen gran responsabilidad matrimonial “Amad a vuestras mujeres, así como Cristo amo a la iglesia, y se entregó a si mismo por ella. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos” (Efesios 5:25-28). Aunque el mando es la cabeza de la familia, debe hacer todo con amor, no tiene autoridad arbitraria ni dictatorial para gobernar a su esposa con vara de hierro. No debe imponer su voluntad egoístamente para satisfacer sus propios deseos. Debe ser motivado por un amor desinteresado y un anhelo por el máximo bien de su esposa. Debe considerar los deseos de ella y el bien de ambos. El bien de la mujer  es el bien de su marido, pues son una sola.

En efecto, no nos amo porque hubiera algo amable en nosotros, nos amó porque él es amor. Así debe ser el amor del marido. Debe amar a su esposa a pesar de sus imperfecciones y debilidades.

Asimismo, Cristo amo a la iglesia sacrificialmente “Se entregó a si mismo por ella”. Estuvo dispuesto a ceder sus derechos y dar lo que le era más precioso su vida misma, por la iglesia. Al igual que Cristo, el marido debe entregarse a sí mismo por su esposa.

Pueda ser que tenga que sacrificar algunos amigos, su tiempo, sus placeres, sus ambiciones y a sí mismo. Nada debe tener prioridad sobre la responsabilidad de suplir las necesidades de su mujer. Y no hay sustituto para la entrega de sí mismo. Muchas mujeres infelices confiesan que sus esposos están dispuestos a darle todo, salvo a sí mismos. Las cosas materiales no pueden sustituir el amor del marido.

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