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Resumen retorica y argumentacion


Enviado por   •  9 de Abril de 2023  •  Informe  •  1.779 Palabras (8 Páginas)  •  50 Visitas

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5. USA EL ANÁLISIS PREVIO PARA ELABORAR UN RESUMEN DEL ARTÍCULO.

En este texto se analizan profundamente diferentes ámbitos, la adhesión, la pertinencia, los vínculos de proximidad y la objetividad. Dichos criterios, establecidos por Perelman y Olbrechts-Tyteca, son los designados por los teóricos de la argumentación retórica en el momento de referirse a la fuerza argumentativa. Todo esto dentro de la disputa entablada por Corina Yoris- Villasana en este artículo sobre la fuerza de los argumentos a partir del punto de vista retórica.

1.- DOS TEXTOS Y LOS CRITERIOS DE FUERZA O POTENCIA

Se indica principalmente que la retórica, y especialmente la argumentación retórica, es incapaz de producir criterios claros y prácticos para la evaluación de argumentos.

La argumentación retórica distingue argumentos fuertes y argumentos débiles, contando además con criterios operativos para diferenciarlos y facilitar su evaluación.

Corina Yoris-Villasana revisa el término de fuerza argumentativa a partir de la perspectiva de la retórica, orientando la controversia por un camino diferente del trazado por Stephen Toulmin y Trudy Govier, ejemplificando, una vez que privilegian recursos lógicos en esta labor, y diferente además de ese que halla su apoyo en recursos dialécticos, representado, entre otros, por Ralph Johnson1 y Hubert Marraud.

Empezamos por el argumento sin dependencia que tenga más grande fuerza y después lo comparamos con lo demás. Yoris-Villasana cita a Leo Apostel (2007 [1979]) una vez que apunta el silencio de Perelman y Olbrechts-Tyteca al respecto, indicando que los autores no desarrollan el término ni dan criterios operativos que permitan establecer la fuerza relativa de los argumentos. En su artículo, Yoris-Villasana presta atención en algunas situaciones a la parte de más grande interés sobre el asunto – la parte 97 (y hasta cierto punto la parte 98), subrayando además el papel decisivo que va a realizar el auditorio en cualquier modelo teórico de la argumentación retórica.

 Allí, en una sección ya bien avanzada del Tratado, Perelman y Olbrechts-Tyteca inspeccionan el “concepto confuso, sin embargo aparentemente central, que es el de la fuerza [o poder] de los argumentos” (sus cursivas).

Ciertamente, esta idea está asociada, por una sección, a la magnitud de la integración del oyente a las hipótesis, los enlaces usados incluso; por otra, a la relevancia de los argumentos dentro del debate en curso. Empero, la magnitud de la incorporación y, además, la relevancia, se encuentran a merced de una argumentación que vendría a arrostrar a ellas.

La fuerza de un argumento es dependiente de la incorporación del auditorio a las hipótesis de la argumentación, de la pertinencia de éstas, de las interrelaciones próximas o lejanas que ellas logren tener con la tesis defendida; además está en funcionalidad de las objeciones que podrían oponérseles, de la forma como uno podría refutarlas.

2. ADHESIÓN

En la adhesión nos indica que la fuerza de los argumentos es dependiente de la unión de los oyentes a las hipótesis de la argumentación. La primera observación tiene interacción con la relación entre el auditorio y las hipótesis, que es una relación fundamental.

 El auditorio, personificado en los oyentes (que en esta situación ampliaríamos para integrar a los “lectores”) entra en juego a partir del primer criterio. En otra situación, Perelman se pregunta: ¿Cuál es aquel auditorio en torno al cual se reúne la argumentación?, formulando una interrogación que surgirá una y otra vez en su planteamiento de la argumentación (Perelman, 1997 [1977]: 23-24). ¿Qué consecuencia poseen estas en las hipótesis de la argumentación? Pues, valga la metáfora captada de la física, para lograr alzarse la argumentación requiere un punto de apoyo, requiere – como nos rememora Yoris-Villasana – hallar su sitio dentro del ámbito cognitivo del auditorio y compartir con premisas que ya fueron célebres.

Al proveer aseveraciones que se vinculan entre sí (que además tienen la posibilidad de ser imágenes o expresiones gestuales), el argumentador aspira a generar lo cual Perelman y Olbrechts-Tyteca llaman un estado de “comunión” con el auditorio (1989 [1958]:265); en estas situaciones, las ideas “se hacen presentes” (Op.cit., 192-194). Los recursos se adaptan al auditorio y suscitan su actitud, realizando del argumento algo “suyo”.

3.        PERTINENCIA O RELEVANCIA

Señala que la fuerza de los argumentos es dependiente en seguida de la pertinencia de las hipótesis. Expuesto de esta forma, este criterio resulta poco claro: ¿Con que se mide esta pertinencia? El primer escrito tiene relación con los argumentos; el segundo aborda las hipótesis. Los dos tratan el tema en cuestión y evocan la pertinencia del asunto, distinta de la pertinencia de las hipótesis y de la pertinencia para el auditorio.

Cuando existe y se considera otra tesis, la pertinencia temática requiere que esta sea caracterizada adecuadamente. En estos términos, un argumento podría ser internamente pertinente (es decir, sus premisas podrían ser pertinentes) y sin embargo no tener ninguna relación con el tema debatido. La dirección de la pertinencia temática es externa, no interna; se proyecta hacia el contexto, no entre las proposiciones del argumento.

Este sentido de “pertinencia” se pasa a menudo por alto, prefiriendo atender a la pertinencia que pueda existir entre las proposiciones en el interior de los argumentos. De hecho, el pasaje de El imperio retórico plantea esta cuestión, relegándola al enunciado del criterio siguiente. El primer pasaje pone en relación argumentos y discusiones, colapsando de esta manera dos sentidos de pertinencia. En el segundo pasaje se reconoce este hecho y se destaca el contraste.

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