Cuento ayudador Mi pequeña Mascota

          Mi pequeña Mascota.

  Hubo un tiempo en el cual fui un hombre. Solitario y cerrado, sin familia ni amigos pero de igual manera lo era, de todos modos eso ya no importa. Ahora soy un Gato, no sé cómo ocurrió pero supongo que eso ya no importa. No hay vuelta atrás.

Transcurría una etapa de mi vida en la cual me sentía solo, muy solo, por eso decidí buscar una mascota, alguien que me sirviera de consuelo en momentos de soledad y ahí fue donde todo comenzó.

Encontré un pequeño felino, un gatito, de dos semanas de edad. En ese momento fue donde supe que ese diminuto animal era el indicado para acompañarme. Al primer momento que lo vi me sentí identificado con él, solo en el mundo, sin familia, un ser solitario que se encontraba en una sociedad en la cual nadie se interesaba en él.

Lo lleve a casa, lo alimente y lo cuide como si fuera un pequeño niño, lo veía jugar con los insectos y él es estambre y siempre se me escapaba una sonrisa. Su curiosidad era lo que lo definía, tanto que no le importaba el peligro con tal de averiguar qué era lo que había percibido con sus sentidos tan desarrollados.

Pasaron los meses y el pequeño felino creció, me parecía interesante la forma en la cual yo sentía una conexión con él, no lo sé pero llegue al punto de asustarme, porque por momentos sentía que podía percibir lo que el percibía, sentir lo que el sentía, tal vez no era nada pero me preocupaba.

A medida que pasaba el tiempo, me di cuenta que esa conexión que yo sentía con el animal iba aumentando, en ocasiones me podía ver a mi mismo en la habitación, sentado en el sillón, mirándome fijamente, me aterrorizaba saber que no era yo el que estaba en mi cuerpo.

Luego de un tiempo me di cuenta lo que había sucedido, ya no era yo el que manejaba mi cuerpo, me sentía excluido de él, sabía que ya no había vuelta atrás, mi alma ya no formaba parte de mi cuerpo, sino que esta había sino removida y colocada en el cuerpo del felino.

Entendí que esos ojos tan iluminados del animal me habían hecho algo, lo cual provocó que mi alama haya salido de mi cuerpo, de todos modos ya era tarde, tal vez por esa razón se los consideraba sagrados en el antiguo Egipto, no lo sé, lo único que ahora se es que ya no soy un ser humano, mucho menos una persona, ahora soy ese animal, estoy atrapado en su cuerpo y sé que no podré volver a ser el de antes, ahora soy un gato.

Fin.

Autor: Sivirski Braian 5to 6ta

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