Cuidado con la nomofobia

Hace más de 150 años nadie hubiera imaginado que la invención de un artefacto de gran utilidad para el hombre pudiera crear con el paso del tiempo y con los avances en la tecnología ciertos daños en el comportamiento de ser humano. Cuando Giuseppe Meuci dio a conocer su grandioso invento en el año 1860 no pensó en consecuencias negativas. Tampoco lo hizo en el año 1876 Graham Bell quien lo patentó de forma oficial. No, nadie pensó en algo así, mucho menos la compañía AT&T cuando creó el teléfono celular en el año 1947. Los adelantos tecnológicos que hicieron posible la aparición del teléfono celular más que nada facilitaban la comunicación entre las personas del mundo moderno, y propiciaban acercamiento, confort y comodidad.

En pleno siglo XXI el celular y su uso cotidiano nos crea un problema conocido como Nomofobia que no es otra cosa que una enfermedad que muchos padecen y no se han percatado de que la tienen, la cual está provocando cambios notables en la conducta y forma de actuar del hombre de este siglo y es la adicción al teléfono celular, es el miedo a gran escala a estar sin teléfono. Se diagnostica como un trastorno real para una inmensa parte de la población y está presente en todos los lugares y a todas horas, se propaga y crece cada día más, se hace más fuerte y peligrosa para todos, es preocupante como muchísimas personas tienen este padecimiento, lo sufren pero no tienen conciencia del mismo, no se percatan de que los esta dañando a ellos y a quienes los rodean.

La Nomofobia o adicción al teléfono celular en lugar de unir a las personas las está aislando del mundo que los rodea y de su entorno, convirtiendo a quienes la padecen en seres raros y fríos. El teléfono móvil o celular y su utilización indiscriminada está provocando trastornos en la personalidad tales como miedos, baja autoestima, ansiedad, dificultad para enfrentar problemas, aislamiento, bajos niveles de concentración y pocas habilidades sociales y casi o ningún deseo de trabajar en grupo. Usamos el teléfono para llamar a nuestros seres queridos; llamamos a compañeros de trabajo, amigos, solicitamos servicios, pedimos ayuda, buscamos informaciones, nos orientamos, hacemos citas, reservaciones, llamamos al doctor, al maestro de nuestros hijos y además escuchamos música.

La gran utilidad del teléfono móvil o celular está más que probada. La forma en que nos ayuda y facilita las gestiones de la vida cotidiana es innegable. Siempre la necesidad de comunicarnos existe .Es además un deseo que siempre está presente. Es un instinto inherente a cada mujer, a cada hombre, a cada adolescente. Por supuesto en pleno siglo XXI se incrementa porque siempre hay algo que decir, algo que comentar, alguna noticia que dar o alguna canción que escuchar. Sin darnos cuenta la Nomofobia está ahí con nosotros, nos acompaña, no nos da una tregua, nos persigue y lo peor de todo es que lo permitimos

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