Destruyendo el paraiso
Enviado por Jessica242424 • 6 de Julio de 2017 • Ensayo • 532 Palabras (3 Páginas) • 72 Visitas
Entre las masas forestales densas del manglar con alturas diversas habitaba un hombre, su hijo y millones de especies quienes disfrutaban y se abastecían a diario de las riquezas que aquel lugar les brindaba
Por las mañanas cuando las gaviotas emprendían su vuelo y anunciaban un nuevo día, ellos pescaban y recolectaban comida. Tal era las técnicas que habían adquirido que les era fácil atrapar jaibas, cangrejos y peces al primer intento.
Al caer la noche ambos se recostaban a apreciar el espectáculo de la inmensa turba de aves nocturnas sobre el manglar, ellos no podían pedir más, era un lugar perfecto.
Su ecosistema era codiciado, cercano a él se encontraba la frontera agrícola que cada vez iba extendiendo su medida y con ello arrasando con los manglares sin saber su importante función como barrera natural que contiene la erosión de vientos y mareas evitando posibles desastres en la ciudad.
Como de rutina el padre salía de pesca a un extremo y el hijo hacia el otro extremo a recoger provisiones
Tenemos un largo día por delante –le dijo – hoy iremos en posiciones opuestas, tomarás mi lugar y yo tomaré el tuyo.
Así el niño emprendió el viaje hacia la parte norte de aquel lugar que, para ser un manglar se encontraba en perfectas condiciones para ser habitado mientras el padre tomó como ruta la parte sur. Se deleitaba observando las aves del camino, Pelícanos en plena cacería, fragatas robando comida, gaviotas emprendiendo su vuelo y unas extrañas ramificaciones en forma de puerta.
–Tengo que mostrarte algo –Le dijo su padre al niño luego de haber regresado al punto de encuentro.
El hombre llevó al pequeño hacia el extremo sur, se encontraban muchas ramificaciones y atravesaron una especie de puerta, la luz era tenue, pero se podía ver claramente a los perfectos tallados de la cultura que habitó aquí antiguamente, las paredes contaban leyendas por sí solas y no cabía duda que este lugar era mágico. El niño se maravillaba y corría a leer las escrituras, ver los antiguos utensilios llegando finalmente al manglar más grande de ahí.
–Esto es realmente maravilloso –dijo el padre-–¿Te imaginas cuánto dinero nos darían por esto?
– ¿Qué quieres decir? –Respondió el niño –Esto es de aquí, no podemos decírselo a alguien que seguramente lo destruirá.
El padre no respondió, a pesar de tenerlo todo se había cansado de vivir en aquel lugar, quería saber lo que se sentía estar en la ciudad, convivir con las demás personas o ir de compras con su hijo.
Mientras el pequeño dormia tomó su bote decidido a informar a los leñadores de su nuevo hallazgo, a cambio de una suma grande de dinero sin saber que cometía un grave error.
Por la mañana, gran cantidad de empleados agrícolas y leñadores con todo tipo de maquinarias destinadas a la destrucción de su hábitat se encontraba ahí, el niño al ver todo lo que sucedía intentó pararlo pero era en vano.
–No saben lo que hacen –Había gritado el niño sin ser tomado en cuenta a causa del ruido de las máquinas.
Poco a poco iba desvaneciéndose la esencia del manglar, destruyeron todo a su paso, las aves volaron hacia un futuro incierto, y muchas especies desaparecieron extinguiéndose por completo.
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