El Paraiso Perdido
Enviado por wilestrella • 3 de Agosto de 2011 • 1.321 Palabras (6 Páginas) • 1.283 Visitas
John Milton
El Paraíso Perdido
PRIMERA PARTE
ARGUMENTO
Este primer libro contiene, en breves palabras, la exposición o asunto de todo el Poema: La Desobediencia
del Hombre; y como consecuencia de ella, la pérdida del Paraíso donde moraba. Indícase también que el
primer móvil de su caída fue la Serpiente o más bien Satanás, personificado en ella; el cual, rebelándose
contra Dios y atrayendo a su partido numerosas legiones de ángeles fue, por disposición divina, arrojado
del cielo y precipitado con toda su hueste al profundo abismo.
Terminada esta exposición el poema prescinde de los demás antecedentes y representa a Satanás con sus
ángeles sumidos ya en el infierno, que se describe aquí no como si estuviese situado en el centro del mundo
(porque debe suponerse que ni el cielo ni la tierra existían aún y por tanto no podían ser mansión de réprobos)
sino en un lugar de extrañas tinieblas, llamado más propiamente caos. Lanzado allí, Satanás con todos
los suyos, en medio de un lago ardiente herido del rayo y anonadado vuelve por fin en sí como al despertar
de un sueño, llama al que yace junto a él, que es su segundo en poder y jerarquía, y ambos discurren sobre
su miserable estado. Evoca el príncipe infernal a todas sus legiones, hasta entonces tan abatidas como él.
Levantándose a su voz unas tras otras: su número, su orden de batalla y sus principales jefes, cuyos nombres
son los de los ídolos conocidos después en Canaán y las comarcas circunvecinas. En un discurso que
Satanás les dirige, los alienta con la esperanza de recobrar el cielo, anunciándoles por último la creación de
un nuevo mundo y de un nuevo ser conforme a una antigua profecía o tradición que se conserva en el cielo,
pues era opinión de algunos Santos Padres que los ángeles existían mucho tiempo antes que este mundo
visible.
Para averiguar la verdad de esta profecía y lo que en su consecuencia debiera hacerse, junta en consejo a
los principales. El Pandemonio palacio de Satanás construido de pronto, surge del abismo, y en él tienen su
consejo los próceres infernales.
Canta celeste Musa la primera desobediencia del hombre. Y el fruto de aquel árbol prohibido cuyo funesto
manjar trajo la muerte al mundo y todos nuestros males con la pérdida del Edén, hasta que un Hombre,
más grande, reconquistó para nosotros la mansión bienaventurada. En la secreta cima del Oreb o del Sinaí
tú inspiraste a aquel pastor que fue el primero en enseñar a la escogida grey cómo en su principio salieron
del caos los cielos y la tierra; y si te place más la colina de Sión o el arroyo de Siloé que se deslizaba rápido
junto al oráculo de Dios, allí invocaré tu auxilio en favor de mi osado canto; que no con débil vuelo pretendo
remontarme sobre el monte Aonio al empeñarme en un asunto que ni en prosa ni en verso nadie intentó
jamás.
Y tú singularmente ¡Oh Espíritu! que prefieres a todos los templos un corazón recto y puro, inspírame tu
sabiduría. Tú estabas presente desde el principio y desplegando como una paloma tus poderosas alas cubriste
el vasto abismo haciéndolo fecundo, ilumina mi oscuridad; realza y alienta mi bajeza para que desde
la altura de este gran propósito pueda glorificar a la Providencia eterna justificando las miras de Dios para
con los hombres.
Di ante todo, ya que ni la celestial esfera ni la profunda extensión del infierno ocultan nada a tu vista, di
qué causa movió a nuestros primeros padres, tan favorecidos del cielo en su feliz estado, a separarse de su
Creador e incurrir en la única prohibición que les impuso siendo señores del mundo todo. ¿quién fue el
primero que los incitó a su infame rebelión? la infernal Serpiente. Ella con su malicia animada por la envidia
y el deseo de venganza engañó a la Madre del género humano. Por su orgullo había sido arrojada del
cielo con toda su hueste de ángeles rebeldes y con el auxilio de éstos, no bastándole eclipsar la gloria de sus
próceres, confiaba en igualarse al Altísimo si el Altísimo se le oponía.
Para llevar a cabo su ambicioso intento contra el trono y la monarquía de Dios, movió
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