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EDUCACIÓN INDÍGENA DEL SIGLO XX EN MEXICO


Enviado por   •  20 de Enero de 2018  •  Informe  •  1.972 Palabras (8 Páginas)  •  230 Visitas

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EDUCACIÓN INDÍGENA DEL SIGLO XX EN MEXICO

Del olvido en que se encontraban los indígenas mexicanos entre 1824 y 1917 cuando el término indio desaparece de los documentos oficiales, al reconocimiento de la pluralidad lingüística y étnica del México del siglo XX, se vive una profunda revolución política y paradigmática.

El reconocimiento se inaugura con las preocupaciones antropológicas de Manuel Gamio acerca de los grupos indígenas de nuestro país, preocupación subordinada durante décadas al impulso de proyectos políticos, que de modo sistemático, pretenden homogeneizar los rasgos materiales e intelectuales de la población mexicana.

En las postrimerías del siglo XX se fortalecen categorías de nuevo cuño que implican un cambio sin precedentes en el modo de atender la relación entre los pueblos indígenas, el estado, nación y sociedad envolvente.

 Las políticas educativas estatales para los indígenas del siglo XX constituyen un campo lleno de fisuras y contrastes influidas en principio por el intelectualismo latino de José Vasconcelos al frente de la recién creada Secretaría de Educación Pública, intentaron recuperar a los indígenas de su estado de barbarie y consolidar la identidad nacional mediante la fusión de las herencias culturales india y española.

Como responsable del Departamento de Educación y Cultura Indígena (1921) Manuel Gamio se adscribía a su concepto de área cultural, admitiendo la posibilidad de considerar el cambio cultural como síntesis irrepetible de adaptación, difusión y creación. Desde su perspectiva el México mestizo y el indígena debían reconocerse y aceptarse como no excluyentes, mediante acciones relativas al ámbito legislativo que influyeran en la autonomía de los pueblos, el respeto y la vigencia del derecho tradicional, la restitución de las tierras comunales y la preservación y cultivo de sus lenguas.

Durante el periodo callista, bajo la gestión de José M, Puig Casauranc al frente de la SEP, el subsecretario Moisés Sáenz tendió a consolidar la obra de Vasconcelos desde un enfoque distinto, dejando atrás el intelectualismo latino de José Vasconcelos y las preocupaciones de Gamio por conformar un estado incluyente, Sáenz funda una veta social y populista del mestizaje, lo que es definida por Aguirre Beltran como “sociología práctica o integralismo”.

En el discurso populista de Sáenz, el indio, su lengua y cultura se subordinan a la consolidación del “espíritu rural” al reparto agrario y a la producción de nuevas formas de organización social que deberán actuar contra el poder de los curas católicos, los caciques locales, los terratenientes y la burguesía capitalista.

El pragmatismo social importado por Sáenz subsume del mismo modo las expresiones culturales, incluida la lengua indígena, al concepto de clase social. El pragmatismo y su idea de democracia sustraen las preocupaciones en torno a la cultura, lo cual repercute en los modelos educativos rurales.

La casa del estudiante indígena catalogado como experimento psicológico intenta demostrar que los indios pese a sus diferencias raciales con los europeos pueden superar la distancia cultural evolutiva que los separa de la civilización occidental.

El indigenismo populista del primer tercio del siglo tendió paulatinamente a relegar la heteroneidad étnica en favor del agrarismo y de la promoción del progreso, tanto la antropología social de Gamio como la sociología practica de Sáenz modificaron el paradigma político anterior pues pusieron a los indígenas en sus relaciones con el estado y los situaron como ciudadanos con iguales derechos frente a los intereses nacionales.

Durante el gobierno de Pascual Ortiz Rubio, el abogado socialista Narciso Bassols, secretario de educación pública entre 1931 y 1932, revoluciona el pensamiento educativo mexicano al introducir el paradigma productivista, enfoque centrado en la integración socioeconómica. En ese sentido el resto del aparato escolar se subordinan al desarrollo económico y transformación de las relaciones productivas en el medio rural.

La integración socioeconómica es llevada al ámbito de los preceptos constitucionales y Bassols ratificado como secretario del ramo por Abelardo L. Rodríguez propone modificar el artículo 3° para que la educación que imparta el estado tenga carácter socialista.

La escuela socialista aprobada al inicio de la presidencia cardenista, instaura un discurso político donde el estado aparece como la única instancia de control del proyecto educativo, que opuesto a la influencia del clero, altera la vida cotidiana de muchas comunidades, agudizando los conflictos previamente provocados por las políticas antirreligiosas callistas.  

El socialismo nacionalista parte de la necesidad de mexicanizar a los indígenas mediante la reforma agraria, el acceso a nuevas tecnologías y su inclusión corporativa. Esta incorporación a la sociedad moderna los erige como actores potenciales del desarrollo industrial y capitalista.

Con la creación del Departamento Autónomo de Asuntos Indígenas, la antropología adquiere el status de “ciencia oficial” inaugurándose también el “indigenismo oficial”. La inclusión de los indios en el sector campesino hace del departamento a cargo de Miguel Othón de Mendizábal una instancia de verificación y seguimiento de las políticas socialistas hacia esta población.

   En este contexto surgen las primeras discusiones sistemáticas en torno a la enseñanza bilingüe, asociadas con la presencia en el país del Instituto Lingüístico de verano y con las discusiones derivadas de la Asamblea de Filósofos y Lingüistas que se realiza en 1939 en la que se aprueba el proyecto de alfabetización de Mauricio Swadesh, cuyo objetivo es alfabetizar en lengua nativa para garantizar tanto del desarrollo cultural de los grupos étnicos como la castellanización.

A pesar de la influencia de organizaciones étnicas en las acciones coordinadas por Othón de Mendizábal como la que ejercen los maestros tarahumaras para realizar en 1940 el primer congreso indigenista interamericano en Pátzcuaro Michoacán, la discusión de las especificidades étnicas y de la relación que estas sostendrán con el proyecto de integración nacional es subordinada a la búsqueda de alternativas educativas, económicas y productivas que alteren las relaciones de explotación en las que se encuentran sometidos los pueblos indígenas.

Al frente del departamento autónomo de asuntos indígenas en 1942 durante la presidencia de Ávila Camacho, Gonzalo Aguirre Beltrán analiza la influencia de la formación estatal y la colonización en los procesos de aculturación, dirigiendo su interés a las regiones culturales. La configuración regional abarca tanto a indios como a ladinos, reproduciendo el colonialismo y las relaciones de trabajo precapitalistas.

En 1944 el instituto para la alfabetización en lenguas indígenas, las cuales se basan en los aportes de Mauricio Swadesh, se agregan las que derivan de la fundación del instituto nacional indigenista( INI) en 1948 bajo la dirección de Alfonso caso. La propuesta del presidente alemán de crear el INI cuenta con el apoyo directo de Aguirre Beltrán y tres años más tarde Julio de la Fuente se hace cargo de la comisión técnica del instituto. Se crea la dirección general de asuntos indígenas y los internados se convierten en centros de capacitación económica y técnica.

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